Identifican zonas claves para conservar la biodiversidad

Foto: Archivo Terram.

María José Martínez-Harms, ingeniera en recursos naturales, afirma que los ecosistemas de Chile central presentan altos niveles de biodiversidad, de flora y fauna endémica, pero también una gran vulnerabilidad. 'Hay múltiples amenazas que se conjugan. Chile central está súper amenazado por la agricultura, la minería o por la misma situación urbana; y ya hacia el sur, para las regiones del Maule y Biobío, por la industria forestal', dice. Fuente: Las Últimas Noticias, 24 de mayo de 2021.


María José Martínez-Harms, ingeniera en recursos naturales, doctora en Ciencias de la Conservación de la Biodiversidad por la University of Queensland (Australia) e integrante del Instituto de Ecología y Biodiversidad, identificó sitios geográficos en Chile para preservar la diversidad de especies vegetales y animales y para mejorar el acceso a la naturaleza.

Su trabajo fue publicado en la revista científica ‘People and Nature’ (disponible en https://bit.ly/3sMn1Yw).

La investigadora afirma que los ecosistemas de Chile central presentan altos niveles de biodiversidad, de flora y fauna endémica, pero también una gran vulnerabilidad. ‘Hay múltiples amenazas que se conjugan. Chile central está súper amenazado por la agricultura, la minería o por la misma situación urbana; y ya hacia el sur, para las regiones del Maule y Biobío, por la industria forestal’, dice.

Para proponer soluciones, desarrolló esta investigación (que también fue su tesis para alcanzar el grado de doctora) junto a científicos de la University of Queensland, en la cual exploró escenarios de planificación para expandir el sistema de áreas protegidas hacia sectores de alta biodiversidad. Su idea es mejorar la conservación y, al mismo tiempo, reducir las inequidades actuales en el acceso social a las áreas protegidas.

Martínez-Harms cuenta que para eso evaluó la efectividad de la conservación a escala regional para alcanzar beneficios minimizando costos sociales y económicos. ‘La mayoría de las visitas a las áreas protegidas (el 87% de ellas), viene de la población que concentra mayores ingresos. Hay un índice de inequidad muy alto en el acceso social a estas áreas protegidas’, dice la investigadora.

‘Definitivamente, hay que mejorar el acceso a la naturaleza, porque si la gente no conoce, tampoco quiere proteger’. Acá las tres zonas identificadas:

Bosque mediterráneo costero (Región de Valparaíso)

Una de las zonas que identificó está en la Región de Valparaíso, en lugares como Zapallar y Papudo. Ahí, sostiene, están los últimos remanentes de bosques mediterráneos costeros. ‘Hay especies emblemáticas como el olivillo costero, el belloto del norte, el peumo, el canelo, la patagua y el arrayán. Muchas especies están amenazadas de extinción, como el chagual y el naranjillo, y esta amenaza persiste ya que la cobertura de protección del sistema de áreas protegidas es muy baja’.

Cordillera de Nahuelbuta (Región del Biobío)

Se extiende entre los ríos Biobío e Imperial. Ahí está el Parque Nacional Nahuelbuta, donde abundan los bosques de araucarias y otros con especies como lenga, roble y coigüe. También habitan zorros chilotes, pudúes y pájaros carpinteros. ‘Son los últimos espacios con vegetación nativa de la cordillera de la costa’, dice la cientifica.

Altos de Cantillana (Región Metropolitana)

Otro sector clave se ubica en el cordón montañoso de la cordillera de la costa, a unos 70 kilómetros de Santiago. ‘Es uno de los pocos espacios de bosque nativo de gran extensión, que representa el bosque esclerófilo (de hojas duras, con especies adaptadas a largos períodos de sequía y calor) que aún se mantiene en la Región Metropolitana. Una de las especies endémicas recién descubiertas en esta zona es la planta Leucheria Cantillanesis’, precisa.

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