Waldemart Coutts, negociador del equipo chileno: “La Cop 26 ha sido una sido una conferencia no muy ambiciosa, pero exitosa”

Fuente: Diario Financiero

Se aprobó el artículo 6 que fija los mercados de carbono y se consolidó la agenda de los océanos, pero no hubo acuerdo para dar financiamiento climático a los países en desarrollo. Fuente: Diario Financiero, 16 de noviembre de 2021.


La Cumbre del Clima, COP26, de las Naciones Unidas, concluyó el sábado con el Pacto Climático de Glasgow, cuyo objetivo es limitar el aumento de la temperatura a 1,5º Celsius por sobre la media preindustrial, según el Acuerdo de París firmado en 2015.

Avances como el libro de reglas del artículo 6 -que fija y regula el mercado de carbono-, poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y acelerar los objetivos climáticos, quedaron plasmados en el nuevo Pacto de Glasgow.

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Los principales traspiés estuvieron en no cumplir con el fondo climático de US$ 100 mil millones que los países desarrollados deben aportar a las naciones en desarrollo y el reemplazo de último minuto de «eliminar gradualmente» a «reducir gradualmente» el carbón, cambio impuesto por China.

El negociador climático de Chile en la COP26 y director de la división de medio ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Waldemar Coutts, explica que «se han cerrado los pilares del Acuerdo de París, por eso ha sido una conferencia que dentro de todo ha sido exitosa, no muy ambiciosa pero exitosa». Además de resaltar el «gran logro» de Chile en las negociaciones oceánicas, que permite que el océano sea considerado por la convención como herramienta para enfrentar el cambio climático.

– ¿Por qué no se llegó a acuerdo en el fondo climático de US$ 100 mil millones para países en desarrollo?

-Tal vez la razón más importante es la pandemia, que ha hecho que los países no sean solidarios unos con otros y menos entre desarrollados y en desarrollo. Por eso, uno de los titulares de esta COP era la desigualdad entre norte y sur, no solo en emisiones, sino también en términos de procesos de regulación. Los países desarrollados están al debe, sin duda. Todos se han puesto en la medida de lo posible, pero no de cara a lo que se comprometieron, no en la medida en que ellos se comprometieron en la COP21 de París para firmar ese acuerdo.

-¿Se logró cerrar el libro de reglas del artículo 6?

-Se llegó a un acuerdo, es bueno porque crea un mercado como el que había en el protocolo de Kyoto. Este sistema de mercados va a ser más amplio y sin duda que es una buena señal para los inversionistas y se logró también acoger las pretensiones de algunos con justa razón. Sin duda es una señal positiva, vamos a ver cómo empieza a funcionar y si es capaz de convocar a las grandes inversiones que se esperan.

– ¿Cuáles son las proyecciones para la próxima COP27?

-Es difícil saber qué va a pasar. Será en Egipto y hay que entender la propuesta de estos países productores de combustibles fósiles que viven gracias a ellos. Muchos están haciendo un esfuerzo de diversificar su economía y centrarse más en energías renovables.

Habrá que llegar con nuevas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC). Pero el momento crucial va a ser en 2023, porque ahí se hace el Global Stocktake, que está contemplado en el Acuerdo de París y en el que se realiza un balance entre lo que se logró en el pasado y las iniciativas que deben tomarse de cara al futuro para lograr la meta de mantener el calentamiento global a 1,5º, aunque las trayectorias que tenemos ahora no generan muchas expectativas.

-¿Cuál fue el logro de Chile en océanos?

-Ya podemos decir que hemos anclado el tema oceánico en la convención en el Pacto Climático de Glasgow. Hasta ahora, solamente los bosques estaban realmente considerados, hasta con sus mecanismos financieros, sin embargo los océanos no lo estaban, a pesar de que capturan hasta 10 veces más carbono que los bosques.

El pacto resalta la importancia de asegurar la integridad de todos los ecosistemas, incluyendo bosques, el océano y la criósfera. Además, se solicita a los programas de trabajo relevantes constituidos en virtud de los órganos permanentes subsidiarios de asesoramiento científico y tecnológico la convención -que son el Sbsta (Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico) y SBI (Órgano Subsidiario de Ejecución)- que consideren formas de integrar y fortalecer la acción climática oceánica en los mandatos ya existentes y programas de trabajo, como también de informar sobre dichas actividades. Esta se podría considerar como una segunda COP azul.

-¿Los países deberán presentar compromisos y acciones en océanos en sus NDC?

-Aquí se consolida a las partes a incorporar acción climática oceánica en sus NDC, que tendrán que ser presentadas en 2023. Por ejemplo, Chile fue el primero que presentó acciones oceánicas climáticas en su NDC, tenemos un 43% de las zonas económicas exclusivas protegidas.

También tenemos argumentos para movilizar recursos en adaptación y mitigación para las acciones climáticas de carácter oceánico. Obviamente que se espera financiación, una vez que ya está metido dentro del corazón de la convención, se va a poder tener acceso a mayor financiamiento, sin lugar a duda. Ahora hay que operacionalizar.

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