Calentamiento global: ni bosques del sur compensan la crisis en alza

Pese a que las regiones australes -como Los Lagos- colaboran mayormente capturando el CO2 ambiental, gracias a su vegetación frondosa, sus números positivos se están reduciendo drásticamente con el correr de los años. Más flora endémica y un cuidado mayor en las actividades humanas, son urgentes en la lucha por reducir los gases de efecto invernadero. Fuente: El Llanquihue, 13 de diciembre de 2021.

By Comunicaciones

Calentamiento global: ni bosques del sur compensan la crisis en alza

Hace menos de dos meses el mundo se enteró con estupor del nuevo informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el calentamiento global, específicamente sobre la brecha de emisiones de gases de efecto invernadero.

La conclusión fue clara y preocupante al determinar que el planeta se encamina a un “catastrófico aumento” de 2,7 grados de temperatura, ante la mala gestión en el recorte de las emisiones que, a 2020, alcanzaría a un escuálido 7,5%, en circunstancias que se requiere una reducción del 55% de dichas emisiones para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5°C, el máximo definido por los científicos como el escenario menos arriesgado para nuestro planeta y el futuro de la humanidad.

Esto, tomando en cuenta que el calentamiento trae consigo mayor frecuencia e intensidad de calores extremos, olas de calor, precipitaciones, sequías, reducción de hielos, entre otros.

Contexto en que toma especial relevancia el compendio de datos nacionales que realizó Data Intelligence, tomando los datos publicados por el Ministerio del Medio Ambiente y sus informe sobre emisiones de gases invernadero en nuestro país. Último informe que toma en consideración cifras desde 1990 hasta 2018.

RÁNKING ENGAÑOSO

De acuerdo a las cifras más actualizadas, la Región de Los Lagos se ubica en el cuarto lugar del país entre las que presentan menos emisiones netas (emisiones menos las absorciones) de CO2 (dióxido de carbono) equivalente, las que se expresan en “kilotoneladas”.

Con una cifra otorgada de menos 5 mil 294 kilotoneladas, sólo están en mejor situación Los Ríos (-5 mil 996), Magallanes (-7 mil 420) y Aysén (-18 mil 390). Todas áreas australes. ¿Por qué? Porque son los frondosos bosques del sur los principales agentes que capturan el CO2 y ayudan a balancear las emisiones.

Por contrapartida, las cinco regiones con más emisiones netas fueron la Metropolitana (22 mil 259), Antofagasta (21 mil 590), Valparaíso (13 mil 631), Biobío (13 mil 189)y Atacama (7 mil 272).

Sin embargo, la situación, que aparentemente es positiva, marca una tendencia preocupante dentro de su propia realidad.

En el caso específico de Los Lagos, los últimos 20 años han sido de descenso sostenido en el promedio, pasando de -10 mil 25 kilotoneladas en el año 2000, a casi la mitad en 2018: apenas -5 mil 293.

Desde el equipo de Data Intelligence, los expertos Astrid Holmgren, Patricio Emanuelli y Natalia Arancibia, explicaron que para hacer los cálculos “se reúnen las emisiones y absorciones de los cinco principales sectores de emisión, que son: Energía, Procesos Industriales, Agricultura, UCTUS (uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura) y Residuos. Para poder calcular las emisiones netas se suman las emisiones positivas y las absorciones (negativas). El sector UCTUS -donde se ubican los bosques-es el que principalmente realiza las absorciones.

En este sentido, y demostrando la tendencia a la desmejora de los números, se detalla que en 2018 Energía aportó con 2 mil 695 kilotoneladas (1.875 en 2010;1.739 en 2000; y 857 en 1990)

Procesos Industriales con 296 kilotoneladas (108 en 2010; 13 en 2000; y 2,026 en 1990)

Agricultura con 2 mil 367 kilotoneladas (2 mil 241 en 2010; 2 mil 289 en 2000;1.874 en 1990).

UCTUS con -10 mil 867 kilo-toneladas (-13 mil 448 en 2010; -14 mil 183 en 2000; y -11 mil 742 en 1990).

En tanto, residuos aparece con 214 kilotoneladas en 2018 (186 en 2010; 115 en 2000; 79 en 1990).

Ante este panorama, resulta coherente pensar que una de las opciones es aumentar las zonas de vegetación. Al respecto, Arancibia expresó que aumentar la superficie de bosques, independientemente de la especie (nativa o exótica) permite absorciones adicionales que aportan positivamente al balance. Esto se debe a que al crecer los árboles, el CO2 se almacena en sus hojas, madera y raíces. Así, las mejores especies de captura son las que crecen más rápido.

Eso sí, con un gran “pero”: “Las formas en que ese CO2 absorbido vuelve a la atmósfera es que los árboles sean talados o que se quemen, por ejemplo, producto de un incendio”.

Pero no es llegar y plantar. Especificó que “con la inclusión de especies exóticas, como el eucaliptos o el pino, si bien se estaría aumentando la capacidad de captura de CO2, estas son más propensas a incendios masivos y a morirse por la presencia de plagas; además de que el objetivo principal de su plantación es comercial (se los tala). Es muy importante que en esos casos exista un manejo adecuado, con una selección de árboles para su tala”, especificó.

LA INDUSTRIA AL DEBE

Pero eso es un remedio, mas no una solución a lo que genera el problema. En este sentido, uno de los factores de aumento de los gases es el trabajo del agro. La región se destaca por ser líder en este rubro.

¿Qué pasa con el trabajo de esa tierra y el efecto de los animales?

Desde el equipo de Data respondieron que “efectivamente, la actividad agrícola genera emisiones significativas tanto por el tratamiento de suelos, las quemas agrícolas y el metano (CH4) que generan los desechos de los animales, entre otras actividades”.

Puesto en números, sobre el metano provocado (principalmente por los vacunos), este pasó de una emisión de 1.395 en 1990 a 1.703 en 2018, en un sentido contrario a lo que pasa a nivel nacional, en el que el metano emitido ha bajado desde 1990.

“En el caso de Los Lagos, las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero son los suelos agrícolas, que liberan N20 (óxido nitroso) a la atmósfera, y la fermentación entérica producto de la ganadería bovina, que principalmente emite CH4 (metano). En el año 2018, estas actividades fueron las responsables del 39,3% de las emisiones positivas de CO2 equivalente. Estos números dan cuenta de la importancia de este sector en la región y la necesidad de buscar maneras de disminuir estas emisiones”, sentenciaron.

Coincidió con esta visión, Maximiliano Vergara, biólogo marino, doctor en Ciencias de la Acuicultura UACh, para quien “en Chile las industrias que tenemos a gran escala son la pesca y agricultura. En ambas se emite mucho CO2 (…). En la acuicultura también hay mucha emisión, porque la gran mayoría de la generación eléctrica va ligada a generadores que ocupan combustibles fósiles. En este caso, han sido poco proactivos en generar nuevas tecnologías”.

Quien además es experto en el comportamiento del Fiordo del Reloncaví, explicó que “es el fiordo que lleva más años siendo impactado fuertemente por la actividad industrial, especialmente la acuicultura, tanto de salmones corno de mitílidos. Y a eso está asociado un cambio de uso de suelo en la cuenca; es decir, se van perdiendo fracciones del bosque que se reemplazan por praderas o por parcelas de agrado para habitación, etcétera. Entonces, el fiordo se va deteriorando año a año”.

Desde su óptica, la doctora Viviana Bustos, académica de Agronomía y del Departamento de Acuicultura y Recursos Agroalimentarios de la ULagos, cree que “las mejoras de las prácticas agrícolas – como cero labranzas, reducción del uso de agroquímicos, incremento de la biomasa (materia orgánica) del suelo- pueden contribuir a mitigar la crisis climática, reduciendo las emisiones procedentes de la agricultura y de otras fuentes; y a su vez, almacenando el carbono tanto en la biomasa vegetal (praderas y cultivos) como en los suelos. Debemos pensar en revertir la degradación de los suelos, mediante la promoción de sistemas regenerativos y mejorados de uso de la tierra y de prácticas de gestión que proporcionen efectos beneficiosos para todos en términos de ganancias económicas y beneficios medioambientales”.

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  • 13/12/2021