Biorremediación, el proceso biológico de saneamiento de suelos que se quiere usar en proyecto Barrio Las Salinas

La remediación del terreno es un aspecto clave para la construcción del proyecto de barrio de uso mixto de la inmobiliaria, filial del grupo Angelini. Hay experiencias internacionales en fábricas industriales en España e Italia. Los plazos, en todo caso son extensos. Fuente: Diario Financiero, 3 de marzo de 2022.

Hace dos semanas la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el recurso contra la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del proyecto barrio Las Salinas en Viña del Mar -presentada por organizaciones civiles opositoras a su construcción-, lo que ratificó la legalidad del procedimiento de evaluación ambiental que aprobó en 2020 la propuesta de saneamiento del terreno contaminado con hidrocarburos en base a biorremediación.

Sin embargo, el proyecto tiene varios detractores, desde el gobernador de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, hasta organizaciones civiles quienes lo rechazan por su historial industrial, ya que en la zona, desde inicios del siglo pasado, han operado refinerías y otras actividades que dejaron su huella.

‘Por más de 80 años se realizaron procesos industriales y se eliminaron residuos sin aplicar normativas ambientales, comprometiendo los suelos y napas subterráneas del sector, dejándolas contaminadas por distintos compuestos químicos de alta peligrosidad’, dice el manifiesto de la organización Un Parque para Las Salinas en su sitio web.

También advierte que el proyecto ‘pretende remover más de un millón de metros cúbicos de tierras y napas contaminadas, y cuyos residuos peligrosos (Respel) serían posteriormente trasladados por la ciudad a diferentes puntos de destino’.

El proceso de biorremediación tiene como objetivo la remediación definitiva del terreno, aspecto clave para iniciar la construcción del proyecto de barrio de uso mixto de Inmobiliaria Las Salinas, filial del grupo Angelini.

Para descontaminar el terreno, Las Salinas conformó en 2017 el Comité de Expertos en Saneamiento (CES), el cual está constituido por académicos de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y de la Universidad Federico Santa María (USM) para la investigación y desarrollo del plan de biorremediación.

Luis Álvarez, académico del Instituto de Geografía de la PUCV y parte del CES, señala que el Comité ha estudiado múltiples soluciones de remediación y que la ‘más adecuada’ es la biorremediación.

El proceso, explica, consiste en ocupar los microorganismos presentes en el lugar para que se alimenten de los contaminantes -en este caso, de hidrocarburos- y logren el saneamiento. Además, estas bacterias se secuencian y se alimentan para aumentar su reproducción y acelerar el proceso de remediación del suelo.

‘Es mucha innovación trabajar con estas bacterias. Están patentadas, todas secuenciadas, lo que significa que uno las puede estudiar y entender si son patógenos o no. En este caso no son patógenos, están en la naturaleza y responden a ella. No hay manipulación genética y nada de esas cosas’, afirma Álvarez.

Cristóbal Girardi, líder de Gestión de Riesgo Ambiental de Fundación Chile (FCh), comenta que el proyecto de biorremediación en Las Salinas, es una apuesta ‘interesante e innovadora’.

‘La ventaja de la biorremediación es que la puedes hacer en el sitio y es costo eficiente. Hay experiencia a nivel mundial de sitios que se han remediado, sobre todo para hidrocarburos hay mucha literatura y está comprobado que el método funciona’, dice Girardi.

Entre las experiencias internacionales de biorremediación exitosas en fábricas industriales, está el depósito y mantenimiento de tranvías y buses de la Cochera de Buenavista en Madrid e Italgas -empresa de distribución de gas natural- en Turín, cuyos terrenos lograron sanearse.*

Plazos

Álvarez estima que, de acuerdo al estudio de laboratorio realizado, el plazo de biorremediación del terreno sería de cinco años. ‘Es necesario para poder hacer este trabajo silencioso de las bacterias, no las podemos apurar, hay un proceso natural’.

Entre 2009 y 2012 -previo a la existencia del CES- se retiraron las instalaciones y la primera capa de suelo de 1,5 metros. Sin embargo, la contaminación sigue y ha bajado hasta el fondo, donde rebotaron con el agua subterránea y hay un espesor de contaminante en el subsuelo de un promedio de entre 5,5 metros hasta 7 metros.

Girardi de FCh señala que estos tiempos estimados podrían extenderse, porque la gran limitante de los proyectos de biorremediación son los tiempos de los procesos, ya que a medida que se va trabajando se va adquiriendo nueva información.

‘Por ejemplo, en Europa, hay proyectos de biorremediación muy complejos asociados a mezclas de contaminantes difíciles de degradar que duran 20 años y otros que llevan 50 años implementándose por la complejidad. Aquí la autoridad, el ecosistema, los privados y el sector público entienden que son procesos de largo plazo’, afirma el experto.

Añade que es importante tener conciencia de que este tipo de proyectos no pueden ser eficientes y efectivos en el corto plazo. ‘Tiene que haber apertura para poder dejar que los microorganismos actúen en los tiempos que requieren, tienen muchas variables que controlar, como temperatura y la heterogeneidad del suelo’.