Roxana Bórquez, investigadora del (CR)² ante los estragos del cambio climático en Europa: «Los eventos extremos nos afectan y seguirán afectando»

La experta del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)² y líder de Investigación sobre Resiliencia de la Secretaría Técnica de la Campaña Race to Resilience (Carrera a la Resiliencia) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, vive en Reino Unido y relata que en junio se registró la temperatura más alta en la historia del país, alcanzando los 40 °C en Londres. Los parques de la ciudad se están secando por la falta de lluvia y los ríos también, ha habido cortes de luz en diversas zonas del país y, además, algunas carreteras se vieron afectadas por el derretimiento de las vías. Es más, se estima que entre el 17 y 19 de julio de 2022 murieron 948 personas en Inglaterra y Gales a causa del calor. "Los eventos extremos que se están viviendo hacen recordar que el cambio climático es algo que nos está afectando y nos seguirá afectando", subraya la experta. Fuente: El Mostrador, 17 de agosto de 2022.


El vienes pasado, el Gobierno del Reino Unido determinó estado de sequía en ocho zonas de Inglaterra, medida que permite que las compañías sanitarias establezcan restricciones al consumo de agua potable. La decisión anunciada por el ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales llega luego de que la Oficina de Meteorología declarara alerta de calor extremo en Inglaterra y Gales. Europa está viviendo un verano catastrófico, los ríos se están secando y las temperaturas han superado los 40 °C en Francia, Italia y España.

La crisis climática está afectando la vida de las personas en el mundo. Hasta julio, la Organización Mundial de la Salud informó que la ola de calor en Europa fue responsable de 1.700 muertes solo en la península ibérica.

«Existe una gran preocupación en la población. La falta de lluvia está teniendo efectos muy importantes. Ríos tan conocidos como el Rin, Danubio, Loire, Támesis, han bajado de manera importante su nivel. Esto se suma a las olas de calor», explica Roxana Bórquez, ingeniera en Recursos Naturales y master en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Chile, y doctora en Geografía y Estudios de Políticas del King’s College London.

Bórquez vive en el Reino Unido, donde en julio se registró la temperatura más alta en la historia del país: 40.3 °C en Coningsby, Lincolnshire, y 40,2 °C en Heathrow, Londres. Además, es investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)² y líder de Investigación sobre Resiliencia de la Secretaría Técnica de la Campaña Race to Resilience (Carrera a la Resiliencia) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Eventos extremos que afectan la vida diaria de los europeos

La experta relata que en el caso del Reino Unido la crisis climática ha afectado muchos servicios, «las casas no están preparadas para las altas temperaturas», expresa, es por eso que el Gobierno ha debido comunicar recomendaciones para mantener una temperatura más baja que en el exterior.

«Los trenes se vieron severamente afectados, cancelándose muchos viajes. Uno de los aeropuertos de Londres (Luton) también debió cancelar muchos vuelos porque la pista de aterrizaje se vio afectada por el calor. El servicio nacional de salud, NHS, también se vio con un aumento considerable de muertes provocadas por el calor, también el servicio de bomberos tuvo trabajo intenso producto de muchos incendios en casas y bosques. Adicionalmente hubo muchos cortes de luz en diversas zonas del país. Algunas carreteras también se vieron afectadas por el derretimiento de las vías», detalla.

En relación con la sequía, Bórquez agrega que además tiene un efecto en la producción de energía y, por ende, el precio de este servicio.

«Los efectos de la sequía en la producción de energía también son importantes, por ejemplo, ha disminuido la producción hidroeléctrica en toda Europa, incluido el Reino Unido. Esto se conjuga con una falta de inversión en modernización de estas centrales, pero también la energía nuclear, fuentes fósiles y solar, han funcionado más lento, esto debido a que las tecnologías usadas en las plantas eléctricas y paneles solares no funcionan tan bien en altas temperaturas.En este contexto, la población no solo ha tenido que lidiar con las altas temperaturas y la sequía, sino con un alza importante en los precios de la energía, dada el alza del gas, producto de la crisis entre Ucrania y Rusia», explica.

Las consecuencias son tales que, según el investigador del London School of Hygiene & Tropical Medicine, Antonio Gasparrini, se estima que entre el 17 y 19 de julio de 2022 murieron 948 personas en Inglaterra y Gales, «donde más de la mitad fueron adultos mayores de 85 años o más. Esto es estimado a través de modelamientos, porque el número oficial tarda más tiempo en poder entregarse, ya que se tienen que asociar las muertes a la causa, es decir, al calor», indica Bórquez.

La investigadora señala que en Europa en general «hay conciencia de la crisis climática», sin embargo, «los  eventos extremos que se están viviendo hacen recordar que el cambio climático es algo que nos está afectando y nos seguirá afectando», subraya.

La urgencia es tal que un grupo de jóvenes portugueses presentó una causa contra 32 Estados europeos ante la Corte Europea de Derechos Humanos, argumentando que las consecuencias de la crisis climática atentarían contra los derechos humanos.

«Creo que países como el Reino Unido, donde en general llueve bastante y las temperaturas no son tan altas, si bien hay conciencia, la población aún no sabe cómo lidiar con esto. Por ejemplo, en general los parques no se riegan, nunca lo han necesitado, porque generalmente llueve durante todo el año. Ahora la mayor parte está todo seco, pero algunos que son privados y atractivos turísticos, han decidido comenzar a regar, y cosas que para Chile son un poco obvias, como, por ejemplo, que no se debe regar al momento de calor, acá sí se hacen, y tú los ves no solo regando el pasto a las 3:00 p.m., sino que también las hojas de los árboles, lo que es totalmente ineficiente, generando una evapotranspiración altísima», sostiene la experta.

Medidas de mitigación del cambio climático

Adicionalmente, la doctora en Geografía comenta que se están tomando medidas a nivel local, nacional y en la Unión Europea, por ejemplo, «España cada vez está usando más el concepto de ‘Refugio Climático’, que son espacios en los cuales la población puede combatir, en este caso, las olas de calor, pero podría combatir cualquiera de los impactos del cambio climático sobre la población y los ecosistemas», afirma.

«Esto es particularmente interesante, porque la nueva Constitución en Chile crea los ‘territorios especiales’ (art. 187) y una de las razones para su declaración puede ser las particularidades climáticas (art. 236). Esto perfectamente puede dar pie a que se puedan declarar zonas como ‘Refugios Climáticos’, permitiendo aplacar el impacto de eventos extremos sobre la población», agrega.

A nivel de la Unión Europea, en junio de este año se logró un acuerdo.

«Luego de arduas negociaciones, para sacar cinco leyes para combatir la emisión de gases de efecto invernadero. Entre ellas, que el 2035 ya no se podrán vender automóviles con combustibles fósiles, aunque esto está ante mucha presión por los grupos de interés. Lo que busca el paquete de propuestas es, al 2030, reducir al 55% las emisiones netas desde los niveles de 1990. Otro de los acuerdos fue la creación de un fondo de la Unión Europea de 59 mil millones de euros para proteger a los ciudadanos de bajos ingresos de los costos de la política de 2027 a 2032», menciona.

Adaptación y resiliencia

Si bien la evidencia científica a nivel global ha alertado de los efectos que tiene la crisis climática en el mundo entero y hay una voluntad de gobernabilidad sustentable, en la práctica la crisis climática está avanzando más rápido que las soluciones. En ese sentido, Bórquez, opina que en el pasado las discusiones sobre cambio climático se han centrado en la mitigación de la emisión de gases de efecto invernadero, pero actualmente hay que pensar también en adaptación y resiliencia.

«Cada año que pasa se toma más relevancia a la adaptación al cambio climático y cómo incrementar la resiliencia de la población. Creo que adaptación y resiliencia tendrán un foco importante en la COP27, porque Egipto ha relevado particularmente esto, dado el hecho de cómo el cambio climático afecta a los habitantes del país», recalca.

En ese sentido, la experta es crítica con las instancias de discusión entre los gobiernos del mundo.

«Cada año se piensa que por fin se llegará a acuerdos transformadores, pero son muy pocas las COPs que lo logran. La última que logró un avance importante fue la COP21, en París, del cual emergió el Acuerdo de París. La COP26 (2021), en Glasgow, a la cual asistí, da un paso importante en el ‘Pacto de Glasgow’, en reconocer y relevar la urgencia de escalar las acciones para hacer frente a las pérdidas y daños provocados por el cambio climático, anunciando un mecanismo de financiamiento para apoyar de manera adicional las acciones direccionadas a esto. Espero que esta COP27, en Egipto, se centre aún más en adaptación y resiliencia, llegando a acuerdos más efectivos para apoyar a las poblaciones más vulnerables», manifiesta.

«Lamentablemente, durante las COPs, los grupos de interés, muchos financiados por la industria de combustibles fósiles, tratan de presionar para que no se toman las medidas requeridas, pero también hay muchas otras organizaciones y países que realmente quieren avanzar y ser más audaces en esta materia. Lo que está claro es que las medidas deben tomarse ya y de manera urgente o, de lo contrario, más personas y ecosistemas, generalmente los más vulnerables, seguirán sufriendo de manera más intensa los impactos del cambio climático», concluye.

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