Santuario amenazado: Los vacíos del decreto que protege las Capillas de Mármol
By Comunicaciones

Santuario amenazado: Los vacíos del decreto que protege las Capillas de Mármol

Desde 1994 las famosas formaciones rocosas están protegidas bajo la categoría de santuario de la naturaleza. Sin embargo, las 50 hectáreas mencionadas no calzan con ningún sector del área y, más grave aún, el texto de la resolución apunta al “grupo de islas denominadas Panichini”, que se ubican frente a las visitadas cavernas. Fuente: El Divisadero, 1 de noviembre de 2022.

Cada año son miles las y los chilenos y extranjeros que visitan las Capillas de Mármol, en las cercanías de Puerto Río Tranquilo en la región de Aysén.  Las imponentes formaciones de roca que emergen del Lago General Carrera, hoy por hoy más conocido como Chelenko, se han transformado en uno de los íconos de la Patagonia, a la par de la Laguna San Rafael, las Torres del Paine o la estepa de Valle Chacabuco, todas transformadas en parque nacional.

La estratégica ubicación de Puerto Río Tranquilo, un pequeño poblado de menos de 500 habitantes ubicado en la comuna de Río Ibáñez (215 kilómetros al sur de Coyhaique), permite recorrer en bote o kayak las capillas y el gran lago, visitar el cercano glaciar Exploradores o adentrarse en los centenarios bosques de nothofagus (lenga, coigüe, ñire) o arrayán que lo circundan.

Lo que los miles de sus visitantes no saben es que las capillas de mármol, aunque emplazadas a 6 kilómetros del pueblo, no están en la comuna de Río Ibáñez sino en la de Chile Chico.  Ambos municipios comparten la jurisdicción del segundo lago más grande de Sudamérica y la principal cuenca del país, de la que nace el río Baker que desemboca lejos allá en Caleta Tortel.

El misterio del santuario

El 22 de junio de 1994 el Ministerio de Educación dictó  el decreto exento que creó el Santuario de la Naturaleza “Capilla de Mármol”, como una forma de reconocer “las características derivadas de la belleza de las formaciones naturales y su entorno paisajístico” que “lo elevan a atractivo turístico de carácter nacional y único en su especie”.  Firmó el documento el subsecretario Ernesto Schiefelbein.

Una decisión visionaria y acertada, gestada e impulsada desde la propia región: el 16 de septiembre de 1993 el intendente de la época, Héctor Morales Ramírez, mediante oficio 2292, solicitó al Consejo de Monumentos Nacionales  (CMN)  “se declare santuario de la naturaleza la Capilla de Mármol ubicada en la comuna de Río Ibáñez”.  El acta del 1 de diciembre de ese año del organismo consigna que la petición fue elevada al ministro de Educación.

La relevancia de este acto no provino sólo de la preeminencia turística actual (según un estudio, en 2014 un 70 % de los visitantes de Aysén eligieron este destino: unos 30 mil al año 2015) sino como una forma de evitar que siguiera su destrucción por la extracción de grandes volúmenes de mármol a la que fue sometido durante décadas este geositio.

En una ponencia ante el 6° “Congreso de la Sociedad de Investigadores en Turismo de Chile:  Explorando las relaciones entre turismo y ciencia” el antropólogo Mauricio Osorio recuerda que “el registro más antiguo de las bellas formaciones de mármol sobre el lago General Carrera se encuentra en el libro Trepando los Andes, escrito por el explorador ítalo-argentino Clemente Onelli y publicado por primera vez en 1904”.

Recientemente el investigador dio con un mapa donde aparece identificado el sector, con el topónimo “Capilla del Mármol” en el área conocida como la puntilla (donde hoy se realizan los tours).  Éste fue confeccionado en 1906 por la Comisión de Límites chilena que a fines del siglo XIX y principios del siglo XX levantó información y cartografía para enfrentar las controversias fronterizas con Argentina.

Osorio da cuenta de que hoy se usa indistintamente el concepto capillas, catedrales y cavernas para referirse genéricamente a una misma área.  En realidad, la “catedral” sería el islote más grande y mayormente reconocido, siendo las otras cavernas o cuevas, las capillas.

Pero más allá de sus múltiples nominaciones, lo claro es que la protección que se buscó por vía legal hoy está en entredicho. Un exhaustivo análisis del documento constata que el área protegida no corresponde a las reconocidas capillas de mármol.

El decreto de 1994 señala en su único artículo que el polígono del santuario tendría “una superficie aproximada de 50 hectáreas, ubicada en la comuna de Río Ibáñez, provincia del General Carrera, XI Región de Aysén”.

Al ya mencionado hecho de que las formaciones rocosas en realidad no están en Río Ibáñez sino en Chile Chico, se agrega el preámbulo que aleja aún más el sitio protegido del lugar por todos conocido: “Que, en numerosos puntos del grupo de islas denominadas Panichini se pueden encontrar afloramientos de mármol, alcanzando su mayor valor escénico en el sector conocido como ‘Capilla de Mármol'”.

Frente al sector capillas, a 4 kilómetros cruzando el lago, efectivamente existe una isla conocida con el nombre de “Panichini”.  Por sí sola, según consigna un informe solicitado por la seremi de Minería, tiene una superficie de 194 hectáreas.   Entonces, no puede ser ésta.  El resto de las pequeñas islas suma unas 23 hectáreas: tampoco encaja.  Y menos dan los números si nos remitimos a la catedral (933 m2), la primera capilla (268) y la segunda (262).

Ya en 1996 el CMN había abordado la falta de claridad sobre los límites.  En una sesión del 3 de abril se informa que “el Sr. Nelson Alvear, Secretario Ministerial de Bienes Nacionales de la Región de Aysén, remite al Consejo en nota del 4 de marzo, los deslindes propuestos por Conaf para el Santuario de la Naturaleza Capilla de Mármol, el cual ya fue declarado como santuario de la naturaleza pero faltaba incorporar al decreto respectivo los deslindes. Se aprueban los deslindes propuestos por Conaf”.

A pesar de este avance, la incertidumbre se mantuvo.

Un acta del 5 de diciembre de 2001 del Consejo de Monumentos Nacionales informa que a en esa época seguía la preocupación por “aclarar los deslindes del Santuario de la Naturaleza Capilla de Mármol en función de un plano preparado por Conaf XI Región, que fue la base para la elaboración del decreto de declaratoria.   Se adjunta plano”.

Pero hasta hoy, este plano no ha sido ubicable.

La pregunta se mantiene: ¿Qué es lo que en realidad protege el decreto?  Eso no está claro, siendo preocupación de expertos y autoridades.

El difícil camino de la salvaguarda

En 2010 se insistió en la necesidad de aclarar los límites.  En sesión ordinaria del 13 de enero de ese año del CMN, se informa que la “visita al SN Capilla de Mármol tuvo como objetivo principal la redefinición de sus límites, para lo que se efectuaron las mediciones correspondientes junto con su georeferenciación”.

Años después y en alerta por este limbo normativo, en 2015 la seremi de Minería realizó contactos con el Consejo de Monumentos Nacionales para dilucidar y, eventualmente, enmendar el equívoco.  Un equipo conjunto viajó en junio de ese año al sector, regresando en dos ocasiones.

En 2016 el CMN determinó formalmente actualizar los polígonos de varios santuarios, incluido el de Aysén.

En 2017 se dio un paso más y se elaboró una propuesta que pasa de las acotadas 50 hectáreas del decreto original a 1.131, bajo criterios geológicos y patrimoniales, con su respectiva cartografía asociada.  Así emergió una primera propuesta de proteger tanto las islas Panichini como el sector Capillas de Mármol (“Puntilla de Mármol”), con sus correspondientes zonas buffer de porciones de lago, como es un “área de amortiguación de 200 metros desde la línea de costa y su proyección hacia el fondo del Lago General Carrera”.

Este trabajo fue presentado a la comunidad local el 16 de mayo de 2017, donde fue aprobado por la totalidad de los asistentes al taller convocado para el efecto.

En ese momento, el interés de actualizar el polígono topó con la idea de la seremi de Medio Ambiente de elaborar un plan de manejo del santuario, a pesar de que la georreferenciación no estaba muy clara.

El año 2018 el CMN envió al Ministerio del Medio Ambiente el ordinario 1.920 solicitando la aprobación de los nuevos límites.  Desde el año 2010 la creación (y modificación) de santuarios de la naturaleza (así pasa por la aprobación del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, que lo propone al Presidente de la República para la dictación del respectivo decreto.

A cuatro años de tal requerimiento, aún no ha sido posible materializar aquello.

A la luz de estos antecedentes, a pocos meses de asumir el seremi de Minería Hans Zimmermann Dueñas, junto a los geólogos José Benado Wilson y Felipe Andrade Andrade, ha retomado la tarea.  A través del Programa de Fomento Productivo de los Recursos Geológicos de Aysén ha actualizado la información con el fin de zanjar el problema.  Porque esto, hoy por hoy, lo es.

La idea es subsanar un error que puede significar un grave daño a este patrimonio geológico común, polo de desarrollo económico no sólo para la zona sur de Aysén sino para toda la región.

En paralelo a esta labor, recientemente la seremi de Medio Ambiente de la región de Aysén llamó  a una licitación pública para elaborar un “expediente de ampliación del santuario de la naturaleza Capillas de Mármol“.  Esta cerró el 15 de septiembre y llegaron cinco propuestas: Consultora en Recursos Naturales y Gestión Ambiental, GEAM Chile Limita; Hebert Arturo Cáceres Figueroa; Patrimonia SpA; Consultora Racolab Limitada; Tabor Medioambiente y Territorio.

La consultoría deberá incluir construir una nueva propuesta de polígono (que tendría como base lo ya avanzado previamente), “socializarla y validarla con los actores del territorio”, además de “recopilar y sistematizar información técnica y socioeconómica”.

“La licitación de expediente requiere reunir antecedentes de los dueños de terrenos hacia donde se postula la ampliación de santuario. De esos antecedentes se requiere copia de los títulos de dominio, con la consultoría se solicitaron reuniones y talleres para acordar no sólo con quienes realizan actividad turística sino que además con los dueños de predios, que quedarían dentro de esta ampliación de santuario de la naturaleza” explica Carol Alvarado Romo, Encargada Biodiversidad y Recursos Naturales de la seremi del Medio Ambiente.

Se busca que éste no sea sólo un proceso legal sino también legitimado.  El riesgo subyacente es que, claramente, buscar la “aprobación” de los propietarios podría derivar en disminuir al máximo un área de interés público para la región y el país.  “La propuesta de límites hecha en conjunto con CMN asumió que lo que se debe proteger es el relieve kárstico. Para todas las agrupaciones internacionales de conservación, el relieve kárstico es un sistema. Conservar solo una parte, sería tan loco como conservar una sola torre de un castillo” acota José Benado.

Más aún, apunta, “las islas Panichini, según las cartas del Instituto Geográfico Militar (anteriores a la declaratoria), son las de Puerto Sánchez.  Por ello desafectar Sánchez de la declaratoria dejaría fuera terrenos del santuario, y el más espectacular: las cavernas”.

Este tema no es menor. Si las cavernas de las islas Panichini son ya parte del santuario, no podrían ser desafectadas por un simple acto administrativo.  Esto por el principio de no regresión ambiental que la Corte Suprema ha ido aplicando en sus fallos, como

A esta licitación se suma el proceso de análisis de las dos propuestas técnicas que llegaron para la elaboración de un estudio de evaluación de calidad y fragilidad visual, que orientará sobre el uso del territorio desde el punto de vista del paisaje, realizando recomendaciones de uso.  Y asimismo, el llamado para una consultoría que permita contar con una propuesta de plan de manejo del santuario, “que incluya la sistematización, recopilación, ajuste, socialización y validación de información disponible de línea de base y facilitando y sistematizando talleres específicos para dicho fin”.  El plazo de presentación de ofertas concluyó el 14 de octubre.

El mármol

No es poco común encontrar en las casas de muchos ayseninos fragmentos de mármol, al igual que de especies fósiles.  Sin embargo, no necesariamente son homologables ambas situaciones, ya que sólo el mármol del santuario estaría salvaguardado. De todas formas, lo que ayer era visto como un souvenir, podría ser un grave problema para la conservación patrimonial si la piedra proviene de dicha área protegida. Por ejemplo, camino a Bahía Exploradores hay lugares de extracción, que son utilizados por asociaciones de pirquineros para elaboración de productos de alto valor agregado que aportan, sustentablemente al ser de bajo impacto, a la economía local.

Ya en 1999 se informaba sobre las potencialidades de la “explotación para uso productivo de los yacimientos de mármol existentes en la Región de Aysén”.

Un informe preparado por José Benado da cuenta que “actualmente, varios privados están transformando las islas Panichini en segundas viviendas”.  Las islas son afloraciones de mármol (con cavidades tipo cavernas), sin embargo dada la vaguedad del decreto estas intervenciones “no han pasado por el sistema de evaluación ambiental (SEIA)” siendo que la Ley de Bases del Medio Ambiente establece que debe ingresar al SEIA toda “ejecución de obras, programas o actividades en parques nacionales, reservas nacionales, monumentos naturales, reservas de zonas vírgenes, santuarios de la naturaleza, parques marinos, reservas marinas o en cualesquiera otras áreas colocadas bajo protección oficial, en los casos en que la legislación respectiva lo permita”.

Benado alerta que “un ejemplo paradigmático de esta situación lo constituye la ‘casa-mirador’, un emprendimiento privado extranjero, que removió toneladas de mármol, para construir un lugar para ver la puesta de sol durante el verano”.

Estas obras son descritas en el artículo de 2014 “Arte y Arquitectura: NotOna – una casa escultura en la Patagonia chilena“, de portal Archdaily, consignando lo que hicieron el artista suizo Not Vital y el arquitecto chileno Cristian Orellana en una de las islas Panichini de 6 hectáreas. Con múltiples fotografías se da cuenta del profundo impacto de estas “obras arquitectónicas”, que fueron levantadas sin acción alguna de los servicios mandatados para proteger el patrimonio común.

Para la elite santiaguina esto nunca ha sido problema: el mismo sitio consigna la inauguración de una muestra en la Galería Patricia Ready en Vitacura.  Iniciativa ha sido profusamente difundida por la prensa nacional, consignando por aquella época La Tercera las palabras de Orellana: “Lo interesante fue transformar la isla en casa y no construir una casa arriba de la isla, es un total, no se puede separar el proyecto del contexto” y El Mercurio titulando “la escultura habitable de Not Vital en la Patagonia”.

Not Vital ha materializado construcciones en múltiples lugares del mundo, dando a la “cueva de 50 metros con una abertura hacia el occidente” que levantó en una de las islas Panichini el nombre de NotOna.

Este tipo de acciones son las que Zimmermann y su equipo buscan cautelar mediante la clara redelimitación del polígono del santuario de la naturaleza “Capillas de Mármol”.

A mediados de septiembre, incluso, un particular presentó una denuncia ante el Consejo de Monumentos Nacionales denunciando la situación.

Geositios: cuando el tesoro es el paisaje

Este trabajo se enmarca en un desafío mayor del ministerio: el catastro de 180 geositios en la región de Aysén, que deben ser relevados pero también protegidos.  Entre ellos la Piedra Clavada y el Valle Lunar cerca de Chile Chico, las marmitas de gigante en el río Picacho, el cerro La Virgen, la desembocadura del Baker, los fósiles de Puerto Guadal y el glaciar Exploradores.  Y, por cierto, las capillas de mármol.

Próximamente será lanzado un libro con una veintena de éstos, que podrán ser visitados a lo largo del Camino Longitudinal Austral.  El proyecto “Fomento Productivo de los Recursos Geológicos” es financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), en el marco del programa “Gestión del patrimonio geológico de la región de Aysén“.

“El libro de geositios de la región de Aysén representa un verdadero aporte a la divulgación científica en nuestra región, que sin pretensiones de tener un carácter academicista busca enseñar sobre nuestra geología regional a grandes y chicos, en un lenguaje claro y sencillo. Queremos que este material sea un aporte para la educación de los niños y niñas que crecen en este territorio, y para las comunidades; sabemos que el conocimiento geológico también permite una mejor gestión y planificación del territorio” explica Zimmermann.

Esta obra continúa la pionera labor a nivel nacional de la seremi de Minería, al potenciar la línea de geopatrimonio.  “Estamos muy orgullosos de lanzar el primer libro sobre geositios que se haya publicado en Chile.  Esto sin duda responde a los desafíos estratégicos que se ha propuesto nuestro ministerio en el gobierno del presidente Gabriel Boric, consistentes en promover e implementar iniciativas que permitan transitar de una actividad basada en la explotación de recursos naturales a una basada en el conocimiento y la innovación” apunta.

El objetivo es que estos lugares excepcionales sigan siendo patrimonio de todos y no sólo de unos pocos. O, peor aún, de nadie producto de su falta de protección.

Una opinión con la que concuerdan en la Corporación Chelenko, organización que reúne a decenas de agrupaciones de empresas familiares de turismo y que nació al alero de la Zona de Interés Turístico Chelenko, territorio que abarca todo el lago General Carrera.

“Como habitantes y emprendedores del área por cierto que estamos interesados en el desarrollo económico de quienes acá vivimos.  Pero con la misma certeza tenemos claro que éste tiene que ser cuidando la biodiversidad, la cultura y el tejido social, que es la hoja de ruta que nos hemos impuesto como corporación, un turismo sustentable y responsable, para lo cual se requiere un ordenamiento territorial claro” señala Jasmia Yáñez, presidenta de la entidad.

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  • 03/11/2022