Ni bien se mostró ayer la pantalla gigante con las votaciones del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), los vítores se multiplicaron por toda la sala de sesiones de la Cámara de Diputados. Hasta un grupo del Sindicato de Guardaparques de Áreas Silvestres Protegidas, que se encontraba en la tribuna, alzó los brazos en señal de júbilo. Con ello, concluía el segundo trámite constitucional de un proyecto de ley cuya discusión se ha dilatado, por diversas razones, en el Congreso por más de doce años. Antes de pasar a Sala, la iniciativa fue visada por la Comisión de Hacienda de la Cámara.
Sin embargo, al comenzar la votación separada que solicitaron diputados y diputadas de las comisiones de Medio Ambiente y Agricultura, estalló de nuevo la polémica. En particular, cuando se votó separadamente el polémico artículo 92 de la iniciativa, cuyo texto señala que las concesiones sectoriales en áreas protegidas se regirán por sus propias leyes. En otras palabras, dicho artículo permite las concesiones privadas fuera de los fines autorizados: educación, investigación y turismo sustentable. Este artículo había sido aprobado en la Comisión de Agricultura de la Cámara, y reemplazó aquel que había emanado de la Comisión de Medio Ambiente que prohibía todo tipo de concesiones fuera de las salvedades ya reseñadas.
En el tercer trámite constitucional, en efecto, la batalla irá en el orden de recuperar la prohibición total a las concesiones sectoriales. La voz cantante en la discusión de ayer en la Sala fue de la propia ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, quien antes de la votación señaló expresamente que el Gobierno no está de acuerdo con tener actividades industriales en áreas protegidas, situación que, por lo demás, hoy ocurre, tales como concesiones mineras, hidroeléctricas y salmonicultura en parques y reservas nacionales.
Pese al traspié, la ministra Rojas, visiblemente emocionada, celebró la aprobación del proyecto en Sala, aunque anticipó que el Ejecutivo pugnará para que no haya actividades industriales ni extractivas en áreas protegidas “La crisis de biodiversidad no permite seguir esperando y por lo tanto valoramos la creación de este servicio público que cuidará de nuestro patrimonio natural. Chile se comprometió recientemente a un nuevo acuerdo internacional: el Nuevo Marco Global de Biodiversidad, para cumplir 23 metas para resguardar la diversidad de la vida en el planeta tiene como condición habilitante contar con este servicio. Queda un trámite más, y una comisión mixta, donde esperamos resolver y mejorar algunos puntos muy importantes. Me refiero a sitios prioritarios y concesiones: hacernos cargo de la pérdida de biodiversidad requiere que en nuestras áreas protegidas no existan actividades productivas”, dijo en punto de prensa.
Consultada por País Circular, la ministra Rojas indicó que “tenemos espacio en la mixta de reponer ciertos temas que hayan cambiado mucho entre el primer y el segundo trámite. Esperamos poder reponer indicaciones y generar el acuerdo para el tercer trámite. Si no, hay otras opciones que vamos a tener que ir evaluando”.
En ese mismo punto de prensa, los diputados Jaime Sáez y Félix González también celebraron el avance de la iniciativa, aunque también esperan resolver en la comisión mixta esta piedra de tope que, en palabras de la directora ejecutiva de Chile Sustentable, Sara Larraín, es “un absurdo, un despropósito y un contrasentido”.
Según dice Larraín a País Circular, “la gran tensión en este proceso fue la insistencia del sector productivo que quería mantener chipe libre para desarrollar proyectos dentro de áreas protegidas. Es absurdo que se deje la puerta abierta a actividades industriales. El tema es que la Comisión de Agricultura pidió el proyecto, no le correspondía, pero lo pidió para ir en contra de lo aprobado en Medio Ambiente, y el artículo 92 que hoy se aprobó en Sala lamentablemente, permite las concesiones sectoriales. Esto pasa a Comisión Mixta porque hay una contradicción flagrante entre lo que aprobó la comisión técnica (Medio Ambiente) y una comisión revisora de segundo orden (Agricultura)”.