Ante el nuevo desafío que significa la entrada en vigencia de la Ley Marco del Cambio Climático (Ley 21.455), el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) elaboró una guía para orientar la inclusión de este componente en los proyectos que son presentados para su evaluación. El propósito del SEA es que este documento sea una ayuda para quienes ingresen sus iniciativas al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), por lo cual están en un proceso de difusión y capacitación. En ese contexto, se realizó el seminario web “Implementación de la Guía de Cambio Climático para proyectos en el SEIA”, organizado por País Circular.

En el seminario, la directora ejecutiva del SEA, Valentina Durán Medina, expuso los principales componentes de la guía, especificando dónde se deben poner los énfasis y cuáles son los elementos a considerar bajo estas nuevas “reglas del juego”. El encuentro fue moderado por el exministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, y contó con la presencia y comentarios de Andrés Pirazzoli, consultor ambiental; Clemente Pérez, socio en Guerrero Olivos y director de Sustentable S.A.; y Yordana Mehsen, fundadora de WeAre1.

La guía, explicó Durán, consideró tres ejes para su elaboración: asegurar una evaluación de impacto ambiental de excelencia y técnica, apegada a la normativa, con unificación de criterios; incorporar la variable de cambio climático en la evaluación de impacto ambiental; e iniciar una implementación progresiva del Acuerdo de Escazú en el SEIA.

Además, destacó la importancia de generar este documento porque el país presenta la mayoría de los criterios de vulnerabilidad establecidos por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La guía fue elaborada por la institución junto a consultores externos, el Ministerio de Medio Ambiente (MMA), la Dirección General de Aguas (DGA) y el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).

“Lo que estamos dando es una metodología general para que, previo al ingreso de los proyectos, las declaraciones de impacto ambiental (DIA) y los estudios (EIA) hagan un análisis de los efectos del cambio climático en sus proyectos. Esto no es una revisión exhaustiva de las posibles interacciones de un proyecto en el territorio en que se inserta con el cambio climático, sino que es un enfoque general”, precisó Durán.

La guía se estructura sobre los ocho pasos habituales de la descripción de un proyecto, indicando que se debe considerar sobre ellos el cambio climático. Esto se realiza a través de preguntas que orientan la creación del proyecto, además de recomendaciones de medidas que se pueden adoptar para incluir el tema como factor dentro de los proyectos-

“En el poco tiempo que hemos difundido el correo electrónico para incorporar sugerencias en la guía (comentarios.documentos@sea.gob.cl), ya hemos recibido sugerencias que nos han llevado a modificar algunos criterios en el documento. Estamos considerando todos los comentarios que nos llegan para ir perfeccionando estos documentos. Por supuesto estamos a la espera del reglamento de la Ley Marco de Cambio Climático que nos va a decir específicamente cómo se tiene que incorporar el cambio climático respecto de algunas consideraciones en la Evaluación de Impacto Ambiental, por lo que en ese contexto la guía puede ser adaptada”, puntualizó la directora ejecutiva del Servicio de Evaluación Ambiental.

Margen de mejora

Todos los comentaristas invitados al seminario agradecieron la iniciativa del SEA por generar esta guía, valoraron múltiples aspectos de la misma, pero también realizaron sugerencias para mejorar su implementación.

Clemente Pérez indicó que “esta es una guía, tiene la ventaja de que ayuda, colabora, orienta, pero no es una norma. La Ley Marco de Cambio Climático tiene 12 reglamentos ordenados, o sea, el Ejecutivo tiene que dictar 12 reglamentos en cada uno de los distintos temas. En algunos tiene un año, y no falta mucho para que se cumpla el año. Entonces, me parece que es importante que existan guías, pero más importante es que se avance con los reglamentos”.

Como un aspecto a considerar, Pérezseñaló que “esta guía no distingue entre estudios y declaraciones de impacto ambiental, es la misma guía para los dos y no puede ser. El nivel de complejidad de un proyecto es muy distinto si es un estudio o una declaración”.

A su vez, Yordana Mehsen, fundadora de WeAre1, detalló que “un problema que se podría generar es en relación a las contingencias y situaciones de riesgo versus impacto ambiental. En la guía se establece que se tiene que considerar el cambio climático para ambas cuestiones, lo cual es perfecto, pero lo que puede ocurrir es que no le dé claridad en algún caso cuando haya una contingencia y cuando se trata de un impacto ambiental del proyecto. Mejor dicho, cuando el proyecto tiene que considerar una cierta condición asociada al cambio climático como una condición no de riesgo sino que asociada al componente ambiental determinado y que va a determinar que el proyecto deba ejecutarse de una determinada forma”.

Finalmente, Andrés Pirazzoli explicó que “es muy importante que como autoridad y como expertos del tema podamos aspirar a que esta cuestión sea totalmente clara y no haya dobles lecturas sobre el alcance de dónde debemos legalmente aplicar esta guía (…) es indispensable que le metamos segunda y tercera a los reglamentos de la ley marco, robustezcamos el impuesto verde y tratemos de pensar en otros instrumentos que son acordes a nuestra realidad de país conservador-moderado-progresista en la medida de lo posible, como lo hemos visto en el último año”.

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