Más allá de Australis: el historial de daño ambiental de la industria salmonera
By Comunicaciones

Más allá de Australis: el historial de daño ambiental de la industria salmonera

La crisis del virus ISA en 2007, la marea roja de 2016, la fuga de 4,8 millones de salmones en una década y la entrega de información falsa. Cuando la industria parecía no tener un peor rostro, Australis comienza el año con una autodenuncia por sobreproducción de 80.000 toneladas. Al respecto, Maximiliano Bazán, investigador de Fundación Terram, señaló que “la salmonera, y en general la industria, son infractores contumaces y no deberían optar a beneficios. Cabe preguntarse si las medidas adoptadas en el marco de los procesos sancionatorios representan realmente un detrimento económico para ellas. (…) En comparación al beneficio económico obtenido, pareciera ser que hay bastantes incentivos para producir por sobre los límites autorizados en los permisos ambientales”. Fuente: Interferencia, 17 de abril de 2023.

A fines de marzo se hizo pública la autodenuncia de Australis Mar sobre la sobreproducción de 80.000 toneladas de salmones en 33 centros de engorda ubicados en las regiones de Aysén y Magallanes. La explicación de la propietaria, la transnacional china Joyvio, fue que su anterior dueño les vendió la salmonera ocultando información sobre la sobreproducción a conciencia.

Al respecto, Interferencia informó que esta autodenuncia llegó después de una serie de denuncias anteriores de Sernapesca. No obstante, como la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) no comenzó los procesos de sanción a tiempo, Australis se verá beneficiada con la reducción de multas en caso de cerrar favorablemente su caso.

Ahora bien, la sobreproducción viene aparejada con una mayor afectación al ecosistema en que se insertan los centros de engorda de salmones.

Según el investigador de Fundación Terram, Maximiliano Bazán, “por las características de la actividad de cultivo intensivo de salmones, estos efectos pueden consistir en la contaminación del fondo marino, eutrofización del ambiente y generación de situaciones de anaerobia o falta de oxígeno, aumento en el uso de antibióticos para combatir enfermedades de los peces y un mayor riesgo de escape masivo de salmones, lo cual genera afectaciones a la fauna nativa, ya que esta especie, además de haber sido introducida desde otras latitudes, es carnívora”.

“Las toneladas que se dejan de sembrar en un centro, a modo de compensación en el programa de cumplimiento, pueden ser trasladadas a otro centro de cultivo”, comenta Bazán.

Vale decir, que la sobreproducción corresponde a una más de las infracciones consideradas dentro de los procesos sancionatorios del SMA. Esto se puede ver en que la formulación de cargos ha comprobado otras infracciones como la falta de oxígeno en la corriente de agua donde se ubican los salmones y una cantidad anormal de fecas en la zona donde opera el centro.

Al respecto, un punto importante es la forma de producción de la industria salmonera. Según Bazán, las empresas salmoneras tienen una importante cantidad de centros autorizados que no producen. Es decir, en stock.

Estos centros sin producción son útiles cuando una empresa que incumple la normativa, llega a un acuerdo compensatorio con el SMA para dejar de producir en el centro denunciado. Según Bazán, el stock de centros de la empresa que no producen se activa, por lo que “las toneladas que se dejan de sembrar en un centro, a modo de compensación en el programa de cumplimiento, pueden ser trasladadas a otro centro de cultivo y, desde esa perspectiva, sumado a los bajos montos de las multas que existen, en comparación al beneficio económico obtenido, pareciera ser que hay bastantes incentivos para producir por sobre los límites autorizados en los permisos ambientales”.

De este modo el problema resulta ser una industria que logra utilizar la normativa a su favor para seguir produciendo a pesar de las sanciones, multas y revocación de permisos.

Aquí repasamos el historial de estos infractores contumaces, que aún no pierden la esperanza de superar a Noruega y posicionar a Chile como el primer productor mundial de salmón.

2007: Virus ISA

La historia del salmón en Chile comienza con los primeros cultivos experimentales a fines del siglo XIX y se extiende a través de la industrialización durante la década de 1970, la expansión a nivel mundial en los 90 y el posicionamiento como el segundo productor mundial -después de Noruega- en los 2000. Para la industria parecía no haber un techo, acercándose año tras año al millón de toneladas anuales de pescado producido.

Bueno, al menos así se proyectó hasta la crisis de 2007 producida por el virus ISA, una especie de anemia infecciosa que alcanza una mortalidad del 90% y que se transmite fácilmente entre los salmones hacinados en centros de engorda.
Los impactos asociados al uso de antibióticos se han enfocado en la resistencia bacteriana, un proceso que se produce cuando las bacterias mutan y se vuelven resistentes a los antibióticos utilizados para el tratamiento de las infecciones.

Para salvar la industria miles de salmones fueron sacrificados entre 2007 y 2009, decenas de centros afectados dejaron de producir y miles de trabajadores quedaron desempleados. Según estimaciones de la Federación de Trabajadores del Salmón, 17.000 empleados habían perdido su trabajo a raíz del virus ISA en 2009.

El costo de la crisis fue estimado entre USD $3.000 a $5.000 millones según declaró el presidente de SalmonChile, José Ramón Gutiérrez, en 2011. Aunque nunca se transparentaron cifras gremiales respecto al total de pérdidas y salmones sacrificados, pues cada ciertos años el virus rebrota en distintos centros.

El último caso reportado de virus ISA se dio a comienzos de marzo, cuando Sernapesca confirmó la presencia del patógeno en centros de la empresa AquaChile.

De todas formas, para resistir este tipo de epidemias la industria salmonera ha invertido millones de dólares en fármacos y vacunas para mantener la producción. Y, he aquí, otro flanco donde las salmoneras aumentan deliberadamente su afectación sobre el ecosistema donde están insertas.

Según detalló Doris Soto, investigadora del Centro de Investigación Interdisciplinario para la Acuicultura Sustentable (INCAR), a Mongabay, los impactos asociados al uso de antibióticos se han enfocado en la resistencia bacteriana, un proceso que se produce cuando las bacterias mutan y se vuelven resistentes a los antibióticos utilizados para el tratamiento de las infecciones.

2016: Cómo potenciaron la marea roja en Chiloé

En mayo de 2016, un brote de marea roja causó estragos en Chiloé, dejando a 30 mil pescadores y trabajadores relacionados a la industria sin sustento. La presidenta Michelle Bachelet, en ese entonces, decretó zona de catástrofe; con los habitantes tomándose ciudades a modo de protesta por un desastre socioambiental sin precedentes.

Y si eso no era suficiente, semanas antes de la catástrofe, Sernapesca autorizó el vertimiento de 4.700 toneladas de salmones muertos a 130 kilómetros de Chiloé. Muchos habitantes de la isla asociaron ambos hechos.

Si bien nunca se demostró que el florecimiento de las algas que causan la marea roja tuvo como origen el vertimiento de los salmones, un grupo de físicos y oceanógrafos franceses y chilenos concluyeron que esto sí pudo potenciar la catástrofe.
“Usando simulaciones […], confirmamos que las corrientes cercanas a la superficie podrían haber traído parte de la contaminación a la costa y alimentado la floración”, afirma el estudio.

Interferencia publicó un artículo sobre este informe publicado en la revista científica Marine Pollution Bulletin, con entrevista a los autores del paper para explicar detalladamente los resultados de la investigación.

En resumen: “usando simulaciones […], confirmamos que las corrientes cercanas a la superficie podrían haber traído parte de la contaminación a la costa y alimentado la floración”, afirma el estudio científico franco-chileno.

2018: Fugas

Ante todo, el salmón es una especie introducida en Chile. La industria nacional produce principalmente salmón del Atlántico y salmón Coho, originario del Pacífico norte. Por ello su producción es limitada y se mantiene dentro de jaulas en el mar. Cualquier escape es un peligro potencial para el medio ambiente: el salmón es carnívoro y, una vez libre, se transforma en una especie invasora, depredando y transmitiendo enfermedades a las especies nativas.

Sin embargo, que sus escapes sean perjudiciales para el medio ambiente, además de costar algunos millones de dólares para la empresa propietaria, no ha evitado que año tras año miles de salmones escapen de los centros de engorda.
En 2020 Interferencia reveló que el total de salmones fugados durante la última década ascendía a 4,8 millones, según datos de Sernapesca obtenidos por Ley de Transparencia.

De los 4,8 millones de salmones fugados entre 2010 y 2020, 346.847 escaparon de los centros de engorda de Australis
Según Bazán, uno de los motivos que elevan las probabilidades de fuga de salmones es la sobreproducción.
Por ello no es de extrañar que de los 4,8 millones de salmones fugados en diez años, 346.847 hayan escapado de los centros de engorda de Australis, compañía que se autodenunció por la sobreproducción de 80.000 toneladas de salmones en 33 centros entre 2016 y 2022.

2019: Entrega de información falsa

En julio de 2019 la salmonera de capitales noruegos Nova Austral reconoció haber falseado los datos de mortalidad de sus centros que debía entregar a Sernapesca.

El caso se destapó un mes antes, cuando El Mostrador publicó una serie de correos en que la gerencia de producción de Nova Austral instruyó manipular las estadísticas de mortalidad para ocultar las verdaderas cifras, a fin de evitar multas que podía propinar la SMA.

Uno de los correos remitidos en agosto de 2016 por el gerente de producción en Magallanes, Arturo Schofield, indicaba a los jefes del área que: “Vamos a tener presente el tema score de riesgo de los Centros. No podemos pasar del 15 %. Para eso debemos anotar menos mortalidad de la que sale. Al momento de la cosecha cuadramos con planta. Si mostramos mucho positivo pasamos a ser tramposos, hay que ir cuadrando desde ya”.

En 2022, la Fiscalía formalizó a cinco ejecutivos de la salmonera que tuvieron participación directa en la falsificación de los datos. Demostrado el consecuente deterioro del fondo marino generado entre 2016 y 2019, se les imputaron los delitos de contaminación de agua y fraude de subvenciones de la Ley Navarino.

El gerente de producción indicó a los jefes del área que: “debemos anotar menos mortalidad de la que sale”.

En forma paralela, en 2022 la Súper de Medio Ambiente también revocó tres Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) a Nova Austral, tras demostrar que la empresa “superó ampliamente los límites de producción máxima autorizada generando un daño ambiental en el Parque Nacional Alberto de Agostini”.

Aquella fue la primera vez en la historia que la SMA utilizó su facultad de revocar RCA, permisos otorgados por el Servicio de Evaluación Ambiental con que se autoriza -entre otras cosas- una cantidad máxima de producción en el caso de las empresas salmoneras.

2023: La sobreproducción de Australis

Hasta ahora las polémicas de la industria salmonera han continuado dentro de estos tópicos, rebrotes del virus ISA, fugas habituales, correlación con el desarrollo de mareas rojas y ocultamiento de información.

La última polémica fue el destape del caso Australis en marzo de 2023, cuando la SMA inició los respectivos procesos sancionatorios tras la autodenuncia ingresada por la empresa en octubre del año anterior.

Y si bien hasta ahora la cobertura sigue la línea de los dimes y diretes entre el antiguo dueño, Isidoro Quiroga, y la nueva administración china, las preguntas sobre la afectación ambiental recién comienzan a asomar.

Al respecto, el investigador de Terram, Maximiliano Bazán, comentó que una de las agravantes que aún no se han detectado es la presencia de los centros de engorda dentro de reservas nacionales.

Según Bazán, en su autodenuncia “la empresa declaró que ocho centros estaban dentro de reservas nacionales. Sin embargo, según datos de Fundación Terram, en realidad el total asciende a 25 de los 33 centros de cultivo, los que se emplazan al interior de un Área Protegida: 12 en la Reserva Forestal Las Guaitecas, en Aysén, y 13 en la Reserva Nacional Kawésqar, en Magallanes”.

En total, 25 de los 33 centros denunciados por Australis se encuetran en un área protegida: 12 en la Reserva Forestal Las Guaitecas y 13 en la Reserva Nacional Kawésqar.

De todas maneras, Australis no es la única empresa instalada en reservas naturales. Según datos de Terram, en Chile existen 1.360 concesiones para el cultivo de salmones, y cerca de 400 se ubican al interior de alguna unidad del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado.

A pesar de estas agravantes, como se mencionó anteriormente, Australis podrá optar a beneficios para reducir las eventuales sanciones.

Al respecto, Bazán señala que la salmonera, y en general la industria, son infractores contumaces y no deberían optar a beneficios. “Cabe preguntarse si las medidas adoptadas en el marco de los procesos sancionatorios representan realmente un detrimento económico para ellas. (…) En comparación al beneficio económico obtenido, pareciera ser que hay bastantes incentivos para producir por sobre los límites autorizados en los permisos ambientales”, concluye.

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  • 18/04/2023