Patagonia norte chilena: Identifican 18 zonas donde los delfines peligran por un alto tráfico marítimo

Estas actividades relacionadas con la industria acuícola implican riesgo de colisión, que puede ocasionar daño o muerte de cetáceos, así como provocar cambios en su conducta. Fuente: El Mercurio, 8 de junio de 2023.


El delfín chileno, el delfín austral y la marsopa espinosa habitan en zonas donde deben compartir su hábitat con un alto número de embarcaciones. Así lo concluye un estudio que indagó sobre el impacto de la acuicultura industrial de salmón en la Patagonia norte, realizado por el Programa Austral Patagonia de la U. Austral de Chile (UACh). En los resultados, que comparten hoy en el Día Mundial de los Océanos, se identificó que hay 18 zonas donde estos tres cetáceos coexisten con un alto tráfico marítimo, entre otras amenazas. De estas zonas, 14 están en áreas protegidas marinas o cercanas a las terrestres.

‘Quisimos ver cómo se sobrepone el mapa de patrones de distribución y abundancia de animales con las actividades de la acuicultura’, entre ellas, las rutas de navegación, dice el biólogo marino Francisco Viddi, coautor del informe e investigador asociado del Programa Austral Patagonia de la UACh. Por ahora la investigación se centró en la Patagonia norte, pero se espera expandirla al sur. Para el estudio analizaron cerca de 70.000 km2 entre Puerto Montt y laguna San Rafael. Según el reporte, allí ‘la flota de acuicultura corresponde a la flota más grande y más densamente distribuida en la Patagonia norte. Con hasta 729 embarcaciones activas operando por día (83% del total)’. Entre otras, ‘son lanchas que proveen servicio de transporte de operarios; pesqueros modificados, para poder llevar y cambiar las redes; y whaleboats, que van a los centros para sacar salmones vivos y llevarlos hasta la planta de faenas’, dice Rodrigo Hucke-Gaete, director ejecutivo del Centro Ballena Azul y coautor de la investigación.

Además de estas embarcaciones, también están las asociadas al turismo y pesca. El problema son los efectos de esta interacción. ‘Las colisiones son el impacto más directo, el animal queda con lesiones por el choque o muere a raíz de estas, pero también están los más indirectos, como los cambios conductuales y el abandono del hábitat, producto del ruido generado y la presencia de las embarcaciones’, precisa Viddi. Otros riesgos son, aseguran, enmallamientos y la degradación de hábitats. Según el estudio, algunas de las áreas de mayor riesgo de colisión están en el Parque Nacional Isla Magdalena y la Reserva Nacional Las Guaitecas, la que tiene más de 300 concesiones de salmonicultura.

Conservación

Entre las especies estudiadas, el delfín chileno es de especial preocupación. ‘Es una especie endémica, principalmente habita en Patagonia norte y su abundancia es baja’, señala Viddi. Proteger a los delfines es clave porque ‘son depredadores tope y tienen un rol muy importante en regular la comunidad de especies que habitan el ecosistema donde se encuentran. Son indicadores de la salud de estos sitios’.

También, indica Hucke-Gaete, ‘tenemos que conservar estos lugares, porque si dejan de funcionar como deben, nos estamos perdiendo una serie de beneficios que nos otorgan, como la mitigación del cambio climático’. Pero además, dice Viddi, países como EE.UU. están cada vez más preocupados de la procedencia de los productos del mar que adquieren, por ejemplo, que la producción del salmón no cause un impacto negativo sobre mamíferos marinos. Entonces, ‘si no resolvemos los efectos que tenemos, eso va a repercutir en el mercado’. En esa vía, agrega, es importante acordar soluciones. Fortalecer la normativa, hacer mejor monitoreo y fiscalización, tener en las áreas protegidas zonas libres de salmoneras o contar con un mecanismo para disminuir de la mayor manera cualquier impacto de la salmonicultura, son algunas, dice.

En cuanto a las colisiones, sugiere que ‘como no tenemos una normativa, lo que necesitamos urgente es generar protocolos de buenas prácticas —como que se disminuya la velocidad en zonas de alta densidad de delfines y seguir mejorando los motores para reducir el ruido—, entre la industria, Sernapesca, los científicos, las ONG, etc.’. Así también, recomienda ‘tener un programa implementado de educación ambiental, que tiene que venir de la industria para sus trabajadores’. Por su parte, Paula Ruz, ecóloga marina y académica de la Escuela de Ciencias del Mar de la PUCV, que no participó en este informe, opina que el estudio ‘es un aporte a la ciencia’ y espera que ‘esta información pueda ser usada como base para disminuir los riesgos que se observan’. Moisés Grimberg Pardo, coordinador técnico del Programa Snaspe Marino de Conaf, dice: ‘Esta información será integrada a los procesos de planificación de las áreas silvestres protegidas ubicadas en la Patagonia chilena, que poseen maritorio dentro de sus límites’, y permitirá ‘coordinar esfuerzos con otras instituciones públicas para poder modificar tramos de rutas de navegación o regular su uso por parte de las embarcaciones’.

Consultado por ‘El Mercurio’, Esteban Ramírez, gerente general del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), que pertenece a SalmonChile, principal asociación gremial de las productoras y distribuidoras de salmón chileno, añade: ‘Creemos que estudios como los que está haciendo la UACh, institución con la que recientemente firmamos un convenio de colaboración, son muy importantes para mejorar el desempeño de la salmonicultura. Este es un objetivo en el cual desde Intesal estamos trabajando hace años, en particular en el conocimiento y protección de mamíferos marinos’. Ramírez asegura que han trabajo en distintos proyectos de colaboración en esta línea, ‘enfocándonos en los últimos meses, por ejemplo, en una plataforma de registro de avistamientos y de información en conjunto, entre otros, con la Armasur AG. Esta iniciativa busca también identificar zonas de posible interacción con la meta de adoptar medidas como la reducción de velocidad en aquellas áreas que se muestra un posible riesgo’. Además, agrega, ‘estamos colaborando en un mejor y mayor monitoreo a través del uso de boyas con hidrófonos’.

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