Chile gasta $891 por hectárea al año para proteger su patrimonio forestal

En los países líderes en ecoturismo la situación es distinta. El Sistema de Parques de Estados Unidos, por ejemplo, destina unos $47 mil por hectárea.  El...


En los países líderes en ecoturismo la situación es distinta. El Sistema de Parques de Estados Unidos, por ejemplo, destina unos $47 mil por hectárea.  El Mercurio, 08 de enero de 2012.

El Estado es el mayor terrateniente de Chile y controla más de un tercio de todo el suelo nacional. De toda esa inmensa extensión (24,9 millones de hectáreas continentales), 14 millones corresponden a áreas protegidas, entre las que se encuentran los parques, santuarios y monumentos nacionales como las Torres del Paine, cuya superficie fue destruida en casi un 6,5% durante la semana (15 mil hectáreas de 227 mil).

Cada año, unos dos millones de turistas visitan estas vastas zonas y generan empleo directo e indirecto a unas 135 mil personas. El Parque Torres del Paine por sí solo, de hecho, recibe cerca de 150 mil turistas al año y es una de las principales postales que utiliza el país para promover sus virtudes como destino turístico. Sólo por venta de entradas, este lugar genera del orden de $1.680 millones al año.

Pese a este enorme potencial, el país destina del orden de $12 mil millones anuales para financiar el Programa de Manejo de Fuego de la Conaf (US$ 24 millones), según la ley de Presupuesto 2012. Esto equivale a $891 por hectárea si se consideran sólo las áreas protegidas por el Estado.

En el Ministerio de Agricultura discrepan de este cálculo bajo el supuesto de que la Conaf cuenta con un presupuesto total de $58 mil millones anuales (US$ 116 millones). Sin embargo, dentro de esos dineros la autoridad suma todos los programas de la Corporación, incluso el de arborización urbana, que en nada se relaciona con el control de incendios forestales.

En los países líderes en ecoturismo la situación es diametralmente opuesta. El Sistema de Parques Nacionales de Estados Unidos, por ejemplo, cubre 34 millones de hectáreas y tiene un presupuesto anual es de US$ 3.200 millones, es decir, unos US$ 94 por hectárea ($47 mil). En conjunto, las áreas protegidas de ese país generan ingresos por sobre los US$ 12 mil millones al año.

Costa Rica, en tanto, es uno de los países de América Latina con el mayor número de áreas protegidas, las que cubren cerca del 25% de su territorio. El turismo ecológico es una de sus principales actividades económicas y significa un ingreso de US$ 950 millones cada año.

Escasa inversión

Si se considerara en el análisis todo el territorio nacional susceptible de incendios -bosques nativos y de especies exóticas en manos de forestales, por ejemplo-, la inversión por hectárea sería más pobre aún, según explica Alberto Tacón, Coordinador del Programa de Áreas Protegidas de la Organización Mundial de Conservación (WWF), fundada en Suiza en 1961 y que cuenta con cinco millones de socios, 75 oficinas en el mundo y que ha participado en varios programas de certificación de empresas forestales en Chile.

Esto, porque si bien los grandes propietarios de tierra tienen equipos de prevención y combate de incendios, los brigadistas de la Conaf de todos modos concurren ante la emergencia.

Según cifras del Ministerio de Agricultura la Conaf tiene bajo su protección más de 16, 6 millones de hectáreas, que se componen de casi 13,6 millones de hectáreas de bosque nativo y 2,8 millones de plantaciones forestales.

Advertencia temprana

Un documento del World Conservation Monitoring Center da cuenta que ya en 1996 la inversión a nivel mundial en protección de áreas protegidas era de US$ 89,3 por kilómetro cuadrado y de US$ 205,8 en los países desarrollados. «Latinoamérica mostraba un promedio de US$ 1 y Chile destacaba por su bajo presupuesto: sólo US$ 0,1», dice Tacón.

Otra investigación publicada en 2010 por la FAO advierte que Chile es uno de los países de la región que tiene un mayor porcentaje de su territorio bajo la denominación de área protegida (20% del total, superado sólo por Costa Rica, con 25% y Venezuela, con 55%) y, al mismo tiempo, es uno de los que destinaba menos recursos para su protección. Mientras Costa Rica destinó ese año US$ 16,47 por hectárea, Chile invirtió US$ 0,95, superando en la región sólo a Perú y Paraguay.

Históricamente bajo

Durante los años recientes el Fisco ha aumentado el presupuesto para el programa de manejo de fuego. La dirección de la Conaf, de hecho, aseguró que, entre el año 2005 y el 2012, se incrementó en US$ 18 millones.

En el Ministerio de Agricultura agregan que los recursos de la Conaf no son los únicos que se destinan para estos fines, puesto que una vez que se desata un siniestro participan otras agencias estatales en el combate del fuego, como la ONEMI, Ejército, Bomberos y Carabineros.

Sin embargo, la precariedad de la Conaf ya había sido advertida cuando este gobierno recién se instalaba y, de hecho, se generó una soterrada polémica respecto a quién debería tener el control de esta agencia entre los ministerios de Bienes Nacionales -propietario de los parques-, el naciente Ministerio del Medio Ambiente y la cartera de Agricultura. En ese momento, ya se barajaba la idea de que esta corporación de derecho privado se transformara en una repartición pública.

En una de sus primeras declaraciones como ministro de Agricultura, Luís Mayol, señaló que se retomará este tema y, además, se enviará un proyecto de control de incendios que endurece las penas. El texto contempla penas de hasta 20 años al que provoque un incendio forestal.
Recuadro :
Lo más honesto es decir: hubo un incendio, e invitamos a la gente a que vean cómo estamos regenerando el bosque».

Jon Stamell» La Conaf tiene que contratar más guardaparques, y los fondos vendrán del Estado o de los ingresos que entran al parque, que queden donde se están generando».
Roberto Movillo

Dueño de Hostería Pehoé: «Me conformo con salvar costos»

El empresario Roberto Movillo se autodefine como «pionero del turismo en Magallanes». «Me metí el año 68 con Hostería Pehoé, cuando no había caminos para llegar allí. Nos íbamos en bote. Con ayuda del Ejército conseguíamos dinamitar roca y gracias a eso logramos abrir el camino y penetrar», cuenta.

Hoy es uno de los empresarios afectados con el incendio en Torres del Paine. Si bien el gobierno determinó a mediados de semana la reapertura parcial del Parque, su hostería está en el área que aún permanecía -hasta el cierre de esta edición- cerrada al tránsito de turistas, lo mismo que el hotel Explora y Lago Grey.

Con números en manos, aterriza lo que le significa este episodio. «En este momento, las anulaciones que ha habido ascienden a $161 millones en enero. Esas son unos 520 turistas más o menos», dice.

-¿Para qué escenario económico se prepara?

«Lo que yo tengo claro es que el día 11 supuestamente podrían dejar entrar turistas, dependiendo de los acontecimientos. Eso no significa que después vamos a estar llenos. No sé si irá a ser el 11 o el 12 o el 13, pero antes del 15 creo que tendrá que abrirse».

-Si logran abrir el 11, ¿se revierte ese daño?

«No, porque esos grupos ya anularon y se están dirigiendo a otros lados. Esa gente se perdió y ya no vuelve».

-¿Da por perdida esta temporada?

«Yo diría que va a haber una pérdida muy, muy grande por enero, puede recuperarse algo en febrero, pero no va a ser al 100%. Yo me conformo con que logremos salvar los costos».

-¿Qué espera de apoyo del gobierno?

«Que mediante Corfo nos den dos tipos de crédito: uno para paliar en parte la pérdida, pues ahora tenemos un costo. Tenemos los motores electrógenos funcionando a petróleo, tenemos personal para cuidar por si brota de nuevo el fuego. Y debería haber un crédito para sustentar el empleo de la gente y que no pierda su fuente de trabajo».

-¿Tendrá que despedir empleados?

«No. Es gente que trabaja con nosotros muchos años. Honestamente hay que esperar si vamos a recibir, no digo regalo, pero sí una ayuda de parte del gobierno. En Pehoé trabajan más de 100 personas en forma directa, más los indirectos: guías, choferes de buses, minivan de los grupos de turistas».

-¿Considera adecuado el manejo y los recursos con que se cuenta para el parque?

«No tengo ninguna crítica que hacerle a Conaf. Creo que año a año han ido perfeccionándose. Pero sí, los fondos se van para Santiago, todo lo que ingresa -que es mucha plata-, se distribuye entre todos los puntos que Conaf tiene en el país. Yo creo que ahí hay un error. Conaf tiene que contratar más guardaparques, y los fondos vendrán del Estado o de los ingresos que entran al parque. Que no se vayan todos para Santiago, que queden en el lugar donde se están generando, para que tenga mejor atención y recursos para contratar más guardaparques. Que no salga nadie solo a dar la vuelta, porque son seis a ocho días. Que el guardaparque vaya como un guía y vea dónde hacen las carpas, el fuego, dónde comen. Empadronado, con nombre, apellido, número de pasaporte. Hoy no existe ese control drástico. El mochilero va por donde quiere, está los días que quiere, arma su carpa en cualquier lugar y hace fuego. Y ahí vienen los problemas. Conaf debe manejar esto y que nadie pueda pasearse por el parque a su regalado gusto. Que los guardias se paseen a pie, en moto, a caballo. Hoy son insuficientes para las 270 mil hectáreas, ha crecido demasiado y a nivel central -gobierno, dirección central de la Conaf- no han tomado las medidas necesarias para que Conaf en Magallanes sea algo importante».

«En otros países, en refugios de montaña está prohibido acampar»

Luis Mladinic Prieto es uno de los propietarios y director de Turismo Lago Grey, que con 18 años de antigüedad agrupa embarcaciones, un hotel en Puerto Natales y el Hotel Lago Grey en Torres del Paine, que continua cerrado.

No duda en calificar lo sucedido como «uno de los eventos más difíciles. Llega en momentos en que la economía mundial atraviesa un difícil escenario, nuestros clientes, en un 90% son extranjeros, las eventuales repercusiones son inciertas», explica.

Prefiere no dar cifras aún del daño económico, cuando todavía están concentrados en apoyar a los brigadistas con alimentación, alojamiento, transporte marítimo y terrestre.

Mladinic sí anticipa qué harán para minimizar el impacto: generar y diseñar nuevos circuitos y productos, reforzar el márketing, y dar a conocer que el sector afectado por el incendio corresponde a un 6% del parque. «Estamos convencidos de que el turismo se va a recuperar», dice.

-¿Qué tipo de ayuda le han pedido al Gobierno?

«Hemos pedido que se generen instrumentos que nos ayuden a mantener el 100% de nuestro personal. Que ante la necesidad de capital de trabajo el Estado sea nuestro aval frente a las instituciones financieras o que se nos otorguen créditos directos con tasas preferenciales que nos permitan seguir operando como lo teníamos planificado. Nuestra empresa genera 100 empleos directos y cerca de 500 indirectos».

-¿Están en condiciones de reabrir?

«Es una medida absolutamente necesaria, las autoridades han dado las garantías de que los visitantes no corren ningún riesgo en las áreas habilitadas, y el parque está volviendo lentamente a la normalidad. Ninguna de nuestras instalaciones o recursos están afectados, y tampoco las inmediaciones del hotel. Estamos en condiciones de volver a operar rápidamente cuando el Gobierno decrete la apertura de las vías de acceso, que están siendo utilizadas por los equipos de emergencia y no se ha querido entorpecer su labor y libre tránsito».

-¿Coincide en la necesidad de aumentar el monto de las multas?

«Por supuesto que sí, las sanciones son importantes. Pero creemos que se debe fijar un marco institucional y legal que garantice y conduzca a una conservación efectiva. En otros países, en refugios de montaña como los que están en el circuito de la W en Torres del Paine, está simplemente prohibido acampar y mucho menos hacer fogatas. En muchos parques nacionales se exige que las personas que ingresan a hacer caminatas tengan sus reservas pagadas y cuenten con un guía local; de lo contrario, simplemente no pueden ingresar. Por otro lado, la dotación de guardaparques es totalmente insuficiente. Se requiere mayor dotación, más control y patrullajes constantes».

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