La Tercera, 16 de abril de 2012. Fueron localizados por expertos en bosque nativo entre Cauquenes y Valdivia. En la Cordillera de Nahuelbuta, entre la Región...
La Tercera, 16 de abril de 2012. Fueron localizados por expertos en bosque nativo entre Cauquenes y Valdivia.
En la Cordillera de Nahuelbuta, entre la Región del Biobío y de La Araucanía, habita una especie de anfibio conocido como sapo de Bullock. Catalogado como un animal en estado de conservación vulnerable y raro (sólo se tiene el registro de 10 individuos desde 1952 a la fecha), se creía que producto de la sequía y la intervención del bosque nativo difícilmente se podrían encontrar o hacer algo para impedir su extinción.
Pero la realidad es otra. Un equipo de zoólogos y veterinarios de la Universidad de Concepción se dedicó a recorrer varias zonas de bosque nativo que se intercalan con plantaciones de bosques y eucaliptos.
Docena de ejemplares
En medio de pequeños tranques, cursos de agua y zonas arbóreas de helechos, coigües, robles, olivillos y canelos, los investigadores encontraron más de una docena de sapos de Bullock adultos en los últimos seis meses.
Esta especie, descrita por primera vez en 1952 y bautizado con ese nombre en honor a su descubridor, el naturalista y director del Museo de Angol, Dillman Bullock, mide alrededor de 10 centímetros y en sus patas traseras posee una membrana interdigital. «Siempre que salíamos a terreno para buscarlos no encontrábamos nada. Se consideró que estaban en un período crítico, cerca de la extinción. Buscábamos adultos en el agua, porque creíamos que habitaban allí por sus patas adaptadas para la natación, pero, al parecer, sólo se acercan al agua en período de reproducción. Todos los que vimos estaban fuera del agua, a unos 50 metros del curso más cercano y sus patas no eran un impedimento para moverse», explicó el líder de la investigación, el doctor Juan Carlos Ortiz.
Lo poco que se sabe de este anfibio es que se alimenta de insectos y que sus larvas tienen una ventosa que les permite adosarse a las rocas y piedras de los esteros donde depositan sus huevos. Cuestión que también los hace difícil de divisar.
Por lo mismo, ahora que ya se sabe dónde viven, el próximo paso será un estudio para averiguar más sobre su biología y hábitos y sacar algunos individuos para analizarlos en el laboratorio y recrear su hábitat en cautiverio.
«Habíamos encontrado larvas en el agua, pero los adultos a veces están bastante lejos del agua y en lugares que tampoco son tan húmedos como se suponía, debajo de troncos y de piedras», señaló el académico de la Universidad de Concepción.
Catastro de conservación
Sin capturar ningún espécimen, los cuatro miembros del equipo de Ortiz recorrieron varios predios de bosque nativo que existen en la zona costera entre Cauquenes y Valdivia, haciendo observaciones con el fin de elaborar un catastro de las especies de anfibios que se encuentran en zonas de conservación de predios de forestal Arauco.
En total, en los seis meses que llevan haciendo exploraciones, han encontrado 18 especies, entre ellas el sapo espinoso de ramadillas (Alsodes vanzolinii), que no se veía desde 1972; el sapo de Barrio (Alsodes barrioi), el sapo de Nahuelbuta (Eupsophus nahuelbutensis) y el sapo de Contulmo (Eupsophus contulmoensis).
«Para nosotros fue una sorpresa. Como el medio ha sido tan modificado, las esperanzas que teníamos eran más bajas, sobre todo considerando que estas áreas de conservación son pequeños fragmentos de lo que eran bosques continuos, pero encontramos que hay una gran riqueza de especies», insistió Ortiz.