Fricciones entre el desarrollo inmobiliario y la conservación de las dunas de Ritoque y el humedal de Mantagua tensan la vida en esta comuna que lucha...
Fricciones entre el desarrollo inmobiliario y la conservación de las dunas de Ritoque y el humedal de Mantagua tensan la vida en esta comuna que lucha no solo por cambiar su historial de desastres ambientales, también busca salir del mapa de los balnearios de la zona central en el que los índices de delincuencia en el verano van en preocupante ascenso. El Mercurio, 31 de mayo de 2015.
Dos mil hectáreas de campo dunar y el apacible humedal de Manta-gua, ambos enclaves de paz y quietud, tienen a la localidad de Quintero sumergida en un debate a altas revoluciones que no se condice con esa postal. Aparentemente todos aspiran a lo mismo -autoridades, ambientalistas, vecinos y empresarios- pero al aterrizar las propuestas las diferencias son abismales y parecen irreconciliables. La recuperación del legendario balneario como uno de los atractivos turísticos más importantes de la Región y de Chile es el argumento que izan al plantear sus puntos de vista, pero las estrategias para volver a tener el prestigio del que gozó hasta mediados del siglo pasado antes de convenirse en «pujante» sector industrial, tienen a la comuna entre la espada y la pared, especialmente desde atril del 2012.
DESPUÉS DEL PREMVAL
Tras los cambios en el Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso, Premval, pese a que contaron con el apoyo de una amplia mayoría en el Consejo Regional de Valparaíso (Core) por lo que se esperaba que no hubiera entrampamientos en la Contraloría, a la fecha son otros los resultados. Del inesperado destino de un importante paño de terrenos, antes agrícolas o forestales, pasaron a tener uso inmobiliario. Y de las ocho ciudades incluidas en el Plan, a siete se otorgó permisos de edificación en un total de 6.200 hectáreas; para Quintero la medida fue de 8.800. Ahí empiezan nuevos pesares y conflictos para una comuna que carga la pesada impronta de zona de sacrificio.
A esa fecha del cambio del Premval, ya estaba en carpeta un permiso de edificación de más de 100 hectáreas con 3.753 viviendas en las dunas de Rito-que y el humedal, junto con una laguna cristalina de 12,5 hectáreas, mayor que la de San Alfonso del Mar.
La iniciativa de Inmobiliaria Las Mercedes se encontraba en desarrollo desde el año 200G y sería más grande que el polémico Hotel Decameron, convertido en emblema de la discusión que tiene dividida a la población de Quintero. No obstante, tras la toma pacífica a fines de enero de la Dirección de Obras del Municipio (DOM) por parte de agrupaciones vecinales que se oponen al proyecto hotelero, salió ala luz esta apuesta de Las Mercedes, dueña original del paño de 500 hectáreas, compuesta por los hermanos Cerveró Reyes. Solo por concepto de permisos habría pagado $330 millones y las obras están avaluadas en $41.000 millones.
«Ante la falta de información del proyecto Hotel Decameron, el director de Obras (Luis Bernal) mencionó que uno de mayores dimensiones estaba aprobado en las dunas de Ritoque, como una forma de restar importancia a la construcción del Hotel», declara Andrés León, uno los líderes y vocero del movimiento en defensa de las dunas. Apela a que el año 2013 la comunidad logró la declaración de área verde por parte del Minvu y el Core en el Premval, por ser una zona de características geológicas únicas y de frágil biodiversidad. «La reactivación de un megaproyecto que se había mantenido en reserva por parte de la DOM de Quintero sería una catástrofe y retroceso en la protección del sector», dice.
La acción derivó en un recurso en la Contraloría, organismo que confirmó que la Dirección de Obras mintió al no entregar por Ley de Transparencia los antecedentes de los permisos vigentes el año 2013, hecho cuyos antecedentes fueron enviados al Consejo por la Transparencia. De esta manera el conflicto escala un eslabón más en las tensiones ya instaladas en torno al Hotel Decameron, de la cadena colombiana que busca construir un «all inclusive» de más de 300 habitaciones en la zona de los conchales. Después de un intento fallido en San Pedro de Atacama, a través de Novum, sus asesores en Chile, pusieron sus ojos en Quintero específicamente en Ritoque por sus playas y microclima. Poco después firmarían con los dueños del terreno, la familia Amenábar, una promesa de compraventa por cerca de 21 hectáreas frente al mar.
DOS MIRADAS
El alcalde de Quintero, Mauricio Carrasco, sabe que es un asunto sensible en el que es dificil zanjar una decisión definitiva, especialmente porque los problemas de la comuna no se limitan a una compleja trayectoria de desastres ambientales, también ahora lucha contra el estigma de entrar al mapa de la delincuencia transfonnado en el atractivo balneario para que veranee la delincuencia, situación que motivó una alerta especial durante el verano recién pasado.
Desde esa perspectiva se ha instalado el desarrollo inmobiliario como una posibilidad de minimizar este efecto, al atraer inversión y cambiar la imagen de la ciudad. «Hay que permitir el desarrollo de la comuna», sentencia el alcalde y reconoce que Quintero está dividido por dos movimientos fuertes. Uno que tiene que ver con la defensa de las dunas; el otro, compuesto por gente que no tiene trabajo y ha cifrado expectativas de un puesto laboral digno.
Ha sido dificil conciliar ambas posturas porque aunque aparentemente no son contrarias, no se han encontrado vías compatibles que aúnen criterios. «Son posiciones distintas igualmente respetables. Yo comparto la idea de no construir en las dunas, pero hay ahí una zona de expansión urbana y otra fuera del campo dunar en que hay que permitir el desarrollo». El Hotel Decameron, actualmente en proceso de consulta ambiental y de la comunidad, es la manzana de la discordia por su ubicación en la zona norte de Ritoque en la punta de playa.
Algo de tranquilidad existe entre los defensores de las dunas respecto a la inviabilidad del proyecto de Las Mercedes ante el pronunciamiento de la Contraloría. Según consta el oficio del 14 de mayo, el 18 de marzo de 2015, personal de la Contraloría Regional visitó el terreno en cuestión, verificando que contrariamente a lo indicado (…) no se advirtió la ejecución de trabajos. Y que el permiso de obra nueva N°19 ya se encontraba caducado.
Además, el documento denuncia que «la Municipalidad de Quintero le proporcionó información falsa a través de la Ley de Transparencia, ya que en d año 2013 -a través del oficio N° 724 de este año- la entidad edilicia indicó que no exisdan permisos en el sector, mientras que en el año 2015, informó que estos se encontraban vigentes».
CONFLICTOS INTERNOS
Esta situación da cuenta de históricos conflictos al interior del municipio que revelarían no solo una tensa relación entre Carrasco y Bernal, también falta de transparencia en la Dirección de Obras y otras irregularidades denunciadas por quienes defienden el patrimonio natural de la comuna y sus alrededores.
A principios de febrero, el alcalde manifestó que Bernal nunca le comentó la aprobación del proyecto del Hotel, pese a la magnitud de la obra, otorgada el 9 de febrero. «Los permisos se entregan en relación a lo que permiten los usos de suelo de los planes reguladores y ese es el criterio con el que se entregan en Quintero y en todo el país», argumenta el director de la DOM. Apela a que las iniciativas inmobiliarias se publican todos los meses. «Así está establecido en la ley hace un tiempo», subraya.
Respecto a las faltas a la Ley de Transparencia las que se refiere el informe de Contraloría, Luis Bernal aduce que se trata de un proyecto del año 2006 y que en ese tiempo «ni siquiera existía esa ley. Ese proyecto se publicó, como todos los permisos de edificación, en el frontis de la DOM. Todos los permisos que exige el Consejo de la Ley de Transparencia los subimos desde el 2009 en adelante y se están digitalizando para que estén disponibles al público». Declina tajantemente que haya irregularidades en la DOM, a pesar de que él aparece como testigo de la Constructora Riviera en un reclamo de ilegalidad deducido en contra del Gobierno Regional emitido a la Corte de Apelaciones de Valparaíso, en el marco de los reclamos contra el Hotel . «Esto tiene que ver con toda esta pugna de intereses con los detractores de los permisos que siempre van a buscar irregularidades», precisa.
Por su parte, el alcalde admite que las competencias suyas son absolutamente distintas a las del director de Obras. «La entrega o caducidad de los permisos de construcción son facultades privativas del director. Si bien hemos conversado de la conservación de las dunas, en estos casos él no le pregunta al alcalde».
No obstante, aparentemente el alcalde no tiene reparos, pues ante la consulta de si él está de acuerdo con la edificación del Hotel Decarneron, asegura estarlo en la medida que no sea invasivo en las dunas ni toque el humedal. «Estoy de acuerdo no solo con Decameron, con todo lo que tenga que ver con la inversión turística en la comuna, esto no es una industria peligrosa, es distinto dar la pasada a una termoeléctrica que a un hotel».
Toca justo el punto sensible, porque quienes defienden las dunas aseguran que el Hotel sí o sí va a dañar el ecosistema a pesar del argumento de que el proyecto instalaría una planta desalinizadora para evitar absorber buena parte del agua potable lo que per udicaría no solo a Quintero y Rito-que que ya tienen problemas hídricos, también ala localidad de Loncura.
SOLUCIÓN INVASIVA
Andrés León advierte que la planta desalinizadora es también una solución invasiva por su gran tamaño. De la misma opinión es Tamara Tello, presidenta de la Junta de Vecinos Ritoque Playa y dueña de un restaurante de estilo «alternativo» al borde de la costa que habita hace más de 30 años. Ella representa a cuatro comunidades del sector, cada una con un promedio de 50 familias. «El impacto sería grandísimo. El Hotel cambiaría todo el sistema de vida ambiental e hídrico. En este sector hay una necesidad humana de mantener los espacios naturales por la alta contaminación. Es el único espacio verde que queda, cuidarlo es una prioridad comunal, regional y país. Es un milagro que se mantenga así en la zona, y nuestro deber es protegerlo», argumenta Tamara, para quien estos conflictos al interior del municipio se dan por dos razones. «Ignorancia, mucha gente no sabe el verdadero valor de las dunas y humedales que actualmente a nivel mundial son intocables. La otra razón es por intereses económicos y políticos. Pero gran parte es porque las autoridades no saben de la importancia de este tipo de recursos naturales».
Consciente de la necesidad de que haya más desarrollo en la comuna para incentivar el mercado laboral, propone fomentar la actividad inmobiliaria hacia la zona oriente de la carretera, tal como proponen otros vecinos. «Allá no hay duna sin humedal, hay buena vista, el aire es puro y no tienen nube tóxica. Ya hay parcelas de hasta 5 mil metros», expresa Osvaldo Pascual, propietario de la Posada del Parque donde ha emprendido junto a su esposa, Mónica Gastó, un proyecto turístico que privilegia el ecosistema e invita al avista-miento de aves.
No obstante, Luis Bernal aclara que ese sector es de bajo interés. «En el sector oliente hay un problema fundamental que es el del agua potable, es uno de los elementos que hoy frenan el desarrollo hacia ese lado. En la medida que eso se resuelva, va a haber mayor interés», expone.
PENÍNSULA ANTARES
El concejal PPD, Luis Gatica define el sur de la península de Ritoque, -llamada Antares- como «un diamante en bruto. El 50% del territorio no está usado, esa zona nos debe reivindicar como una ciudad turística, no solo popular, hay que tender a una población diferente. Cuando el territorio se segrega es malo y no hay desarrollo».
Estas observaciones las hace atendiendo el crecimiento de la criminalidad que ha habido en la comuna, por lo que apuesta a que haya mayor inversión como mecanismo que contrarreste la desocupación y desincentive el consumo de drogas. Respecto a que si, eso considera dar la pasada al proyecto hotelero, desliza que es la ley la que dice si el proyecto está bien o mal.
«Si me aseguran que el recurso hídrico no va a ser utilizado e implementan un sistema moderno de desalinización -como lo han dicho-, además compensan y mitigan como corresponde, y no se convierte el lugar en una playa privada, lo aprobaría en la medida que existan actividades secundarias y servicios anexos que beneficien a la población».
Propone también corno foco de crecimiento inmobiliario el sector de Loncura, de bajísima densidad pese a ser zona urbana. «No son más de tres mil viviendas y el 70% no se ocupa en invierno. Ese sector tiene un sistema de abastecimiento de agua local, por lo tanto hay que buscar la forma de que Esval lo abastezca».
CAMINOS DISTINTOS
Respecto a las divergencias entre el alcalde y el director de Obras, a pesar de reconocer que la subordinación de éste último depende de la seremi de Vivienda, Gatica narra un episodio que da cuenta de las tensiones. «La vez que vino el representante de Decameron, el alcalde, entendiendo el problema y la preocupación de los ambientalistas, pidió a Bernal no extender inmediatamente el permiso y que se dieran tiempo para conversar. La empresa fue de inmediato ala notaría a testificar que se le estaba negando un permiso que cumplía con las normas de la Ley General de Construcción y Urbanismo. Eso podía haber sido considerado un desacato. No puede ser que el DOM y el alcalde vayan por caminos distintos», sentencia.
Por su parte, Mauricio Carrasco asegura que no hay una mala relación. «En honor a la verdad, hay proyectos dentro de las facultades que él tiene que no los comenta al alcalde y este (el Hotel) es uno de ellos; dentro de sus facultades es normal entregar un permiso de edificación independiente de que yo piense si uno es más importante que otro». Reitera que para ambos proyectos no existió conversación previa, sin embargo después, tras las suspicacias que han surgido, establecieron un lineamiento de trabajo distinto. «Como directriz le he planteado a don Luis que me interesan los proyectos que tengan ingreso a evaluación de impacto ambiental o que tengan un grado de invasión en los lugares que estamos tratando de proteger», dice escueto el alcalde.
Por ahora siguen los acercamientos formales con la empresa constructora y el Concejo Municipal en los que se ha expuesto a través de la Oficina Municipal de Información Laboral (OMIL) capacitar personal en gastronomía, guardia, mucamas. El alcalde habla de 600 empleos directos.
Por ahora, el proyecto tiene que especificar la correcta factibilidad de agua; además ingresar al proceso de estudio ambiental, lo que se aproxima, no estaría resuelto antes de un año. Finalmente, según el alcalde debe someterse a consulta ciudadana cuyo resultado sería vinculante. Los vecinos detractores dicen desconocer tal encuesta; sin embargo, si Contraloría determina que el permiso es inválido no habrá plebiscito que cambie esa determinación. Mientras tanto Quintero seguirá sobreviviendo entre dos potentes fuerzas.
Recuadro :
«Yo comparto la idea de no construir en las dunas, pero hay ahí una zona de expansión urbana y otra fuera del
campo dunar en que hay que permitir el desarrollo».
Mauricio Carrasco Alcalde de Quintero
Los pies en la arena
El martes de esta semana por primera vez un alto ejecutivo colombiano, uno de los propietarios de la Cadena Decameron, se reunió con los dirigentes de la Junta Vecinal de Ritoque. El dirigente, Daniel Tello, se reservó el nombre del personero que prácticamente puso sus pies en la arena. Aunque ya había estado en los alrededores, quedó encantado con la ex Hacienda Normandíe (Lote 20), donde busca emplazar el recinto. «Con el plano regulador actual, para él es una obligación que su proyecto tenga los más altos rangos de respeto ambiental más aún por el privilegio de tener la opción de desarrollar su proyecto ahí». Daniel cuenta que el ejecutivo expresó que si el Estado chileno demuestra que el Hotel no es viable en términos ambientales no insistiría. Y le sorprendió darse cuenta que el inversionista colombiano no sabía que Quintero era una zona de sacrificio.
«Tampoco sabía que todas las mañanas y tardes este sector tiene contaminación de ácido sulfúrico en las áreas bajas, y dónde él quiere construir llega el humo del basural», por lo que desliza que no ha sido (bien) asesorado. «No somos terroristas del desarrollo. Si le interesa el lugar vamos a permitir que contribuya potenciándolo pero sin construcción de cemento, nada de eso; sí senderos y especificación del ecosistema que todo el mundo pueda apreciar y perdure en el tiempo», remata Daniel.
«Mucha gente no sabe el verdadero valor de las dunas y humedales que actualmente a nivel mundial son intocables. La otra razón es por intereses económicos y políticos».
Tamara Tello Dirigente Vecinal