69 especies de aves se suman a la lista de las que habitan Chile

La cifra actualizada de las especies que se han avistado en el país ya supera las 500. Esto podría deberse tanto al cambio climático, a desplazamientos...


La cifra actualizada de las especies que se han avistado en el país ya supera las 500. Esto podría deberse tanto al cambio climático, a desplazamientos naturales, como a la mayor cantidad de observadores.
Un vecino de Iquique no sabe qué pájaro es el que está descansando en su balcón. En vez de espantarlo, toma una foto, la envía a una página de expertos y resulta ser una gallina ciega boreal, una especie migratoria del hemisferio norte que nunca se había visto en Chile.
Un profesor de Chiloé no reconoce un ave. No le parece propia de la isla. Sin saberlo, la foto que envía a la Red de Observadores de Aves de Chile (ROC) termina siendo la de una monjita coronada, una especie nueva para el país.
Las historias de descubrimientos de aves en Chile se multiplican en los últimos años. Según datos de la ROC -que serán publicados en el último número de su revista La Chiricoca, que se lanzará mañana a las 19 horas en la U. Santo Tomás (más información en www.redobservadores.cl/charla-roc-enero/ )-, en los últimos 11 años se han registrado 69 especies nuevas que se suman a la última lista realizada en el país en 2004.
«Lo bonito de este sistema es que el aporte no lo hace solo el mundo científico académico, lo puede hacer cualquiera», dice Rodrigo Barros, presidente de la ROC.
«Si uno compara con la lista hecha por Manuel Marín (de 2004), en los últimos 11 años hay 69 especies nuevas para Chile; es decir, son un poco más de seis especies nuevas por año», agrega Barros. En total, se sabe que hay 502 especies de aves sobrevolando los cielos de Chile.
Según explica Barros, esto puede explicarse tanto porque la observación de aves se ha ido masificando como por la disponibilidad de plataformas para compartir información, como eBird (http://ebird.org/content/chile/ ), «una plataforma internacional que permite subir las observaciones y compartirlas en tiempo real».
Agrega que las nuevas aves pueden también deberse a especies que antes eran errantes; es decir, que se perdieron en la migración, y que en los últimos años se han vuelto nidificantes en Chile; o debido a cambios propios de las aves, ya sea por sequías o variaciones del clima.
«Hasta hace 10 años solo se conocía una ‘piel’ del batitú, que está en el Museo de Historia Natural, embalsamada en 1800. Era un bicho raro, una especie migratoria del hemisferio norte que baja al sur en el invierno, pero por el lado oriental de los Andes: Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil».
Sin embargo, gracias a las observaciones actuales, se ha podido comprobar que en su viaje de regreso pasa por Chile entre la última quincena de marzo y la primera de abril. «Por más de 100 años no hubo registro de esta ave y ahora todos los años tenemos registro en el norte de Chile. Entonces, si estás en el desierto en esa época, y pones oído, puedes escuchar su canto: batitú- batitú», dice Barros.
Otra especie nueva es el mirlo de pico corto, un ave que se aprovecha de los nidos de otras especies para poner sus huevos y dejar que estos los críen. «Hace cuatro años alguien lo vio en Chimbarongo y no lo supo identificar. El año pasado pasó lo mismo en San Fernando. Y yendo a terreno nos dimos cuenta de que cruzó a Chile y se está reproduciendo parasitando al tordo (usando su nido). Y eso es un dato absolutamente nuevo para esa especie, porque en Argentina parasita a un ave llamada músico».
Las listas de aves, explica, Barros, son «una fotografía de una fecha determinada. Son dinámicas. Y es probable que a este ritmo en pocos años podamos hablar de muchas más especies, y no menos».
Fuente: El Mercurio

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