Las amenazas que ponen en jaque a las abejas

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Revista del Campo de El Mercurio, 05 de agosto 2013.- Pesticidas mal utilizados o que directamente dañan a los insectos están entre las principales causas de...


abejasRevista del Campo de El Mercurio, 05 de agosto 2013.- Pesticidas mal utilizados o que directamente dañan a los insectos están entre las principales causas de muerte. En Europa se prohibió el uso de tres productos en un intento de detener el colapso de las colmenas. En Chile se pide que se aplique la misma medida. Se acusa que las autoridades no le asignan el real valor que tienen las abejas.

Complejo es el mundo de las abejas… Los pequeños insectos son los responsables directos, como polinizadores –al menos los más conocidos y masivos– de que el mundo cuente con alimentos. Además, son los fabricantes de uno de los productos más reconocidos por sus características alimenticias y funcionales, la miel, la que, como muy pocos alimentos, va directo de la colmena al paladar, prácticamente sin procesos intermedios.

Sin embargo, a pesar de su importancia, pocos les prestan la atención que se requiere. Cambio climático y avance urbano les están cambiando el entorno en el que se mueven. Así, a la deforestación que implica el crecimiento de los centros urbanos, se suman el aumento de sequías, el alza de temperaturas y los cambios pluviométricos que llevan a que se altere la floración de las especies, con lo que la disponibilidad de néctar ya no es la misma -lo que significa que cuentan con menos alimento- y ello afecta su salud… y vida. También aumenta la proliferación de enfermedades y de parásitos, al estar la colmena más débil, la hacen más susceptible.

Entonces, las abejas sufren, se debilitan y mueren.

Por ello uno de los llamados de los productores es a que, como país, se tome conciencia de la importancia de proteger los habitats.

A todo lo anterior se agrega que el hombre para sus cultivos y plantaciones requiere utilizar agroquímicos. Y si bien en los últimos años la tendencia de la industria es buscar productos más inocuos para las abejas y los insectos, el mal uso -en dosis o en número de aplicaciones, por ejemplo- y la aparición de otros que tienen un impacto inesperado, también está matando o provocando daños en un número importante de abejas en el mundo.

De hecho, en el hemisferio norte al problema se le denomina «Síndrome de colapso o despoblamiento de las colmenas», y está provocando alarma a nivel global ante la desaparición de gran cantidad de insectos, con el riesgo que eso implica para la producción de alimentos, justo en momentos en que se sabe que la demanda por estos solo puede crecer.

Precisamente, por la trascendencia del tema es que a nivel global se vienen tomando medidas en un intento por disminuir el impacto. De hecho, hace solo tres semanas en la Unión Europea se prohibió el uso de tres nicotinoides, productos sistémicos de amplio espectro, empujados por el daño subletal que provocan en los insectos, pues se meten en el sistema neuronal de las abejas, aletargándolas, lo que hace que luego no puedan volar y se pierdan, no pudiendo volver a sus colmenas. «Es como cuando una persona pasa a la cantina y toma en exceso. No se muere, pero le va a costar llegar a su casa. Y se está viendo que ese es el efecto que provocan estos compuestos y se considera que podría ser una de las causas del colapso de las colmenas», dice Daniel Barrera, de Odepa.

Todavía no hay información

En Chile aún no se ha documentado científicamente el síndrome, por lo que los especialistas insisten en que no se puede hablar de que esté presente.

«En el sur hay gente que indica que ocurre, pero no hay análisis que permitan saber qué fue lo que causó la desaparición de las colmenas. Ninguno ha hecho análisis de, por ejemplo, qué patógenos había en ellas. En este caso el SAG, autoridad competente, todavía no ha dicho que el colapso esté presente», explica Paulina Cáceres, gerente del Consorcio Apícola.

No solo no se han documentado cuáles factores estarían o no presentes en la desaparición de abejas, sino que tampoco existe un catastro de la realidad, como sí lo hay en EE.UU. y Europa, donde están contabilizadas cuantas pérdidas hay, dónde y las causas que hay detrás.

Independiente de ello, las abejas chilenas también están afectadas por el avance humano -que está llevando a que se pierda no solo bosque nativo, sino incluso las malezas, que también les sirven de alimento-; el cambio climático, y el mal uso de agroquímicos.

Precisamente es este último tema el que tiene por estos días más preocupado al sector.

«Lo que más las daña son los pesticidas. En la zona central están trabajando los fruticultores con los apicultores en un acuerdo de producción limpia, que busca ponerse de acuerdo para trabajar más coordinadamente. Lo que los apicultores quisieran es que se dé un aviso de cuándo se van a aplicar, pues eso permitiría proteger a las abejas, o que se apliquen los pesticidas al final del día. El tema de la aplicación de pesticidas es muy complejo, pues muchas veces el problema no es el pesticida, sino la dosis y los tiempos en se que aplica», explica Paulina Cáceres.

Claro que hay pesticidas en que, más allá de cómo se aplican, impactan directamente en los insectos, como es el caso de los nicotinoides que están prohibidos en Europa por los próximos dos años, por lo que, como indica Patricio Madariaga, de Fedemiel, «se hace indispensable una política de Estado en cuanto a las regulaciones de productos químicos».

«La prohibición en Europa de estos productos es muy importante y nos interesa emularla. Quisiéramos tener un programa de seguimiento de estas moléculas y ver qué pasa con las abejas, dónde se están usando estos productos en Chile o, mejor aún, directamente que se aplique la misma prohibición. Por ello, estamos en diálogo con las autoridades y vamos a redactar un documento que queremos mandar como gremio para hacer la petición formal», comenta Misael Cuevas, de la Red Apícola Nacional.

Los no tan enemigos OGM

Tras el fallo del tribunal europeo que ordenó etiquetar la miel que contuviera más de 0,9% de polen transgénico se acusó a la producción de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) de haber sido la causa del cierre del mercado europeo para la miel chilena. La realidad es que el mercado nunca se cerró, ya que el único polen de transgénico prohibido es el del maíz MON810. Lo que ocurre, explica Paulina Cáceres, es que los OGM no son un daño para los insectos, sino un problema comercial.

«Hay maíz y raps transgénicos que no le hacen ningún daño a las abejas, ni a la miel. El tema aquí va por el mercado europeo, donde hay consumidores que no quieren nada que los contenga, pero a las abejas no les genera problemas», explica.

Independiente de lo anterior, en un intento de disminuir el riesgo de que las abejas se alimenten de ese polen, para minizar la posibilidad de que la miel lo contenga, el Consorcio Apícola levantó, con la información entregada por el SAG, un mapa con la ubicación de la mayor parte de los cultivos transgénicos en el país, el que es actualizado cuando el organismo estatal entrega información, que es al cierre de las siembras.

«Con esto, quien quiera saber donde hay cultivos OGM en el país puede saberlo. Lo único es que al apicultor la información le llega cuando ya están realizadas las siembras, que es cuando el SAG puede informar; es decir, no sirve necesariamente para no instalar allí las colmenas», comenta la experta.

Controlar productos no autorizados

Uno de los temas que afecta a las abejas son las enfermedades y parásitos. Un buen manejo puede mantener a la colmena sana. Sin embargo, la dificultad principal que atenta contra la buena salud es el uso de productos no autorizados y artesanales.

«El problema es que cuando hay una molécula autorizada, esta no tiene el efecto esperado, porque se usó un producto no autorizado ni regulado y los microorganismos generan resistencia. Es un problema que requiere atención a nivel de país», comenta Cuevas.

Lo apoya Madariaga, quien insiste en que, además de requerirse una política sanitaria, es necesario que se permita el ingreso y la autorización de nuevos productos sanitarios para evitar con ello el mal uso de fármacos no autorizados.

Esto es especialmente importante cuando se trata de la lucha contra la varroa, enfermedad que tiene alto impacto en la destrucción de los apiarios.

Otro elemento que, según Cuevas, ayudaría a mejorar el nivel sanitario de las abejas, y de esa forma mejorar los resultados, es contar con un sistema de registro de eventos sanitarios, «contar con información que nos indique cuál es la tendencia que estamos viendo con cifras, donde podamos analizar qué está pasando. Eso nos permitiría tomar decisiones a nivel de país con las autoridades», explica.

A lo que más llaman los productores es que en general se tome conciencia de la importancia de las abejas.

«Las autoridades no tienen la preocupación suficiente. Todavía no dimensionan la importancia que tienen las abejas, tanto para la producción alimentaria como para mantener la biodiversidad. Se considera que no pesan mucho, porque se evalúan desde el punto de vista del aporte económico. Pero si los polinizadores no actuaran habría un efecto muy significativo en la producción de fruta y de alimentos en general. Por ello, creo que no hay una real preocupación, incluso por lo que significa la destrucción de habitats», enfatiza Misael Cuevas.

Síndrome de colapso o despoblamiento de las colmenas causa alarma a nivel global
UE prohibió el uso de tres plaguicidas a base de nicotinoides, por el daño que provocan en las abejas
Abejas en Chile y el mundo están afectadas por el avance de las ciudades, el cambio climático y el mal uso de los pesticidas
Uso de productos no autorizados es el principal problema que atenta contra la buena salud de la colmena

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