Una se encuentra entre Copiapó y Talca, la otra habita en la Patagonia, en las cercanías del lago General Carrera. Hasta la semana pasada se contaban...
Una se encuentra entre Copiapó y Talca, la otra habita en la Patagonia, en las cercanías del lago General Carrera.
Hasta la semana pasada se contaban 115 especies de chinitas que vivían a lo largo de Chile. Hoy la lista creció y se sumaron dos nuevas especies.
El descubridor fue Guillermo González, un entomólogo que lleva años dedicado a estudiar estos insectos y que ha descrito a una treintena de las que revolotean a lo largo de Chile.
«La Psyllobora pauline siempre se había confundido con una especie que se encuentra en Argentina y Brasil. Lo que yo hice fue revisar todas las especies del grupo, porque el género de las Psyllobora tiene unas 60 especies en Sudamérica», dice González.
Luego de examinar cerca de un millar de especímenes, González se dio cuenta de que la chinita Psyllobora pauline, que habita principalmente desde Copiapó hasta Santiago -en Talca solo hay registro de un ejemplar-, aunque por fuera se veía similar a las que vivían en los países vecinos, con su caparazón color marfil y manchas café oscuro, tenía características propias. «Las diferencias estaban en el aparato genital del macho. Este dato se usa mucho en taxonomía».
La otra especie descrita por González y Lúcia Almeida -la mayor experta en el mundo de este género de chinitas- en la Revista Brasileña de Entomología, habita en la Patagonia y solo se la ha visto en las cercanías del lago General Carrera (Región de Aysén). «Aparentemente, es bastante abundante en esa zona y es probable que exista también en el lado argentino, aunque no se han registrado».
Físicamente, ambas especies no se diferencian mucho. «La Psyllobora lueri (que vive en la Patagonia) es casi idéntica a la pauline , pero es un poco más pigmentada, tiende a formar dibujos con las manchas».
En general, reconoce González, quien tiene el mayor sitio web sobre chinitas en Chile y Sudamérica ( www.coccinellidae.cl ), no se sabe con precisión cuánto tiempo viven estos insectos. «Puede ser alrededor de seis meses, pero hay ejemplares que aguantan el año completo, porque hibernan».
A pesar de que las chinitas pueden aún guardar secretos para los entomólogos, para González conocer qué especies viven en el país es clave. «Conservarlas es importante para el equilibrio natural. Pero no podemos tomar acciones de conservación si no sabemos cuántas son ni qué características tienen».
Además, agrega, las chinitas cumplen un rol fundamental como controladores biológicos: «La mayoría come pulgones, conchuelas, mosquitas blancas. La característica especial de las de este grupo es que se alimentan de hongos conocidos como oídios, que son plagas agrícolas».
Fuente: El Mercurio.