Valoración de la biodiversidad
Columna del senador Antonio Horvath publicada en Diario Estrategia el 14 de enero de 2013. Lograr una integración entre las necesidades y desafíos a nivel nacional...
Columna del senador Antonio Horvath publicada en Diario Estrategia el 14 de enero de 2013. Lograr una integración entre las necesidades y desafíos a nivel nacional y regional en materia de desarrollo sustentable es el desafío.
Dotar de una institucionalidad eficaz para la protección de la naturaleza, los ecosistemas y especies, es una tarea pendiente para el país, y que forma parte de los compromisos que Chile contrajo en el marco del Convenio sobre la Biodiversidad, en 1994. Para cumplir con este propósito, el Ejecutivo ingresó hace casi dos años un proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Areas Silvestres Protegidas, y que se encuentra actualmente en primer trámite constitucional en el Senado.
El mencionado Convenio estima imprescindible marcar con fuerza una mirada local en las tareas de conservación y protección de la naturaleza, por lo que es posible intentar complementar un Sistema Nacional con un Sistema Regional de Areas Protegidas. Desde hace ya varios años, un proyecto GEF desarrollado en las regiones de Los Ríos y Los Lagos ha estado trabajando precisamente en el diseño de esta institucionalidad, con una mirada en la que se busca la integración de los intereses nacionales y regionales en materia de conservación y desarrollo sustentable.
Representa un desafío fundamental para el futuro del país el que logremos compatibilizar y lograr una integración entre las necesidades y desafíos a nivel nacional y regional en esta materia, lo que de paso contribuirá a fortalecer una verdadera descentralización del país.
El nuevo sistema de áreas protegidas que actualmente se discute en el país, tiene que ser capaz de incorporar las áreas pertenecientes al Estado, que forman parte del SNASPE terrestres y marinas, con iniciativas privadas de conservación y las de comunidades de pueblos originarios.
Como país, tenemos que entender que es fundamental poner en el centro de nuestras ocupaciones y políticas públicas un desarrollo que sea armónico y compatible con la conservación y la protección de los ecosistemas, respetando las realidades locales y potenciando la naturaleza.
