Tal como sucedió con los mamuts, el megalodón y el tigre dientes de sable, quizás en el futuro los elefantes y leones también tendrán que ser estudiados...
Tal como sucedió con los mamuts, el megalodón y el tigre dientes de sable, quizás en el futuro los elefantes y leones también tendrán que ser estudiados en libros de historia, en lugar de apreciarlos en vivo.De acuerdo a las apreciaciones de un grupo de biólogos que aseguran que la extinción masiva de animales hará que varios de las grandes especies existentes desaparezcan para el año 2100, si no se toman las medidas necesarias para su protección. Factores como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y megafauna, afectarían directamente a estas especies.
En el texto se cita como referencia a la caza furtiva y la expansión de los asentamientos humanos en territorios salvajes, como factores que han diezmado las poblaciones de elefantes y rinocerontes debido a su exposición contra grandes felinos, además de entrar en conflicto con habitantes cerca del límite de su hábitat.
Para entenderlo, los expertos catalogaron a las especies en peligro a través de seis «continentes» que muestran las cifras de megafauna existente, megafauna en decrecimiento, y número de megafauna amenazada.
Al analizar el pronóstico para cada una de las especies, los investigadores notaron la gravedad de la situación. Aproximadamente el 59% de las especies de carnívoros más grandes del mundo, más pesados que 15 kg, como los tigres de Bengala, y el 60% de las especies de herbívoros grandes del mundo, como los rinocerontes negros y los gorilas de tierras bajas occidentales, podrían desaparecer del planeta si no se toman las medidas para frenar esta tendencia. A esto hay que sumar otros como el equus africanus, el jabalí de las Bisayas y el banteng.
La amenaza fue especialmente grave en África y el sudeste asiático, donde reside gran parte de la biodiversidad del mundo.
«Existe el riesgo que muchas de las especies más representativas del mundo no puedan sobrevivir al siglo XXII», estableció William Ripple ecologista de la Universidad Estatal de Oregon y autor principal del estudio.
«Es hora de pensar realmente en su conservación, ya que la disminución de su número y hábitat están avanzando rápidamente», añadió, especificando que la desaparición de especies como elefantes, rinocerontes y leones repercutiría también en el ecosistema.
Sin embargo, el panorama puede cambiar. El estudio remarca 13 medidas que podrían adoptarse para prevenir la catástrofe, como reconocer los alcances del problema, el apoyo a las ONG para detener las prácticas que dañan a las especies en peligro, y encontrar maneras de canalizar el valor de la megafauna en las comunidades que viven con ellas, como por ejemplo con el uso turístico del financiamiento obtenido por las reservas naturales de los países pobres para ayudar a las comunidades aledañas.
Finalmente, otro aspectos interesante es el fomentar un consenso internacional sobre la urgencia de la crisis y la reinserción de animales en áreas donde hayan sido eliminados, tal como ocurrió con los lobos del Parque Nacional de Yellowstone.
Fuente: La Tercera