Fue el ex ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, quien introdujo indicaciones a dicho proyecto y le dio prioridad en la gestión de su cartera. Los tiempos legislativos y las prioridades del gobierno han cambiado y al parecer, la incorporación de los vegetales genéticamente modificados al consumo libre de los chilenos, ya no tiene urgencia. Hace un par de meses, el actual titular de Agricultura, Luis Mayol, reconoció que el Ejecutivo y su cartera, definieron renovados lineamientos legislativos en los que no se encuentra el proyecto de transgénicos. No obstante, otro punto de la discusión, donde tanto privados como organismos no gubernamentales se encuentran entrampados en tribunales, es la divulgación de la ubicación exacta de estos cultivos a lo largo del país.

Desde las ONG han manifestado su preocupación sobre este tema, aludiendo a que tanto el proyecto del gobierno como la masificación por parte de las empresas agrícolas de este cultivo, no busca la regularización de los vegetales genéticamente modificados sino que apunta a liberalizar los cultivos transgénicos lo que afectaría el patrimonio genético de las especies nativas chilenas. Actualmente, según datos presentados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la superficie sembrada con vegetales transgénicos a nivel país a 2011 alcanza las 21.054,5 hectáreas, siendo las regiones de O’Higgins y del Maule las zonas con mayor presencia de este tipo de cultivos, con 6.751 y 6.992, respectivamente. Respecto a los tipos de cultivos que cuentan con mayor presencia en el país, según el informe anual medioambiental del INE 2010, el Maíz, Raps, Cebada y Soya son los más representativos. El informe muestra que estas siembras se despliegan en 13.658; 2.618,3; y 3.615,1 hectáreas, respectivamente.