La agonía del salmón
By Comunicaciones Terram

La agonía del salmón

Se acerca el período más oscuro de la industria del pez naranjo. El virus ISA tiene en la cuerda a la salmonicultura. Lo saben muy bien los habitantes de las zonas que dependen de esta actividad. La Nación, 15 de marzo 2009.
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A la fecha, se calculan más de trece mil despidos, pero todos advierten que lo peor comenzará en marzo y abril, cuando culmine el período de cosecha. Como si fuera poco, un fenómeno climático está profundizando la incertidumbre de los salmoneros.

Eran las ocho de mañana del jueves 5 de marzo. El frío chilote conducía la salida de los trabajadores de la planta Mutrico que la empresa salmonera Cultivos Marinos tiene en Ancud, al norte de la Isla Grande de Chiloé. Llevaban ocho horas trabajando y a esa hora concluían el turno de noche. Todos muchos de ellos mujeres pretendían salir pronto para disfrutar el desayuno que los esperaba en sus casas. Sin embargo, esa jornada además de fría, fue distinta. Al momento de salir, un superior les informó a 160 de ellos que estaban despedidos. "Necesidades de la empresa", argumentó.

No fueron los únicos que a esa hora madrugaban con pésimas noticias. 210 de sus compañeros que esa misma hora iniciaban su jornada, con sus mochilas en la espalda, recibieron la misma carta de despido. En total, esa jornada fueron 370 los empleados de la planta los que se quedaron en la calle. A excepción de diez de ellos, todos estaban sindicalizados, y la mayoría eran trabajadores con contrato indefinido que estuvieron por muchos años en la empresa, una de las tantas que enfrenta las consecuencias de la desastrosa anemia infecciosa del salmón, más conocido como virus ISA.

Se enteraron del despido de una forma brutal, pero a esta altura habitual. Es la forma que han utilizado muchas salmoneras para anunciar a sus trabajadores que ya no los necesitan en la compañía. La escena se viene repitiendo con fuerza desde el verano del año pasado, cuando se comenzaron a sentir los estragos que el ISA estaba provocando en una de las industrias económicamente más exitosas del país. La enfermedad se asemeja a la influenza A y B y afecta al salmón del Atlántico, la principal de las especies que se cultivan en Chile. El ISA les provoca a los peces hemorragia ocular, palidecen sus branquias y meses después los mata. Pero el virus no sólo tiene agonizando a este pescado naranjo tan apetecido por los japoneses. También ha sumido en una profunda crisis a la salmonicultura y, lo que es más preocupante, a todas las zonas que dependen de esta actividad, que en su momento de mayor auge creó hasta 55 mil empleos, que hoy el ISA destruye día a día.

El nuevo rostro de Chiloé

En un evento realizado el 25 de septiembre del año pasado, Rodrigo Infante, gerente general de SalmonChile el gremio que reúne a las empresas del sector , exponía orgulloso un antecedente que, bien analizado, puede tener doble filo: "La actividad económica de la Región de los Lagos se encuentra estrechamente ligada al desempeño de las exportaciones de salmón". Esa afirmación la complementaba con dos datos: las exportaciones de salmón representan un 30% del PIB total de las regiones de los Lagos y Aysén, y un 75% de las exportaciones de ambas. Bastó para que llegará el ISA y demostrara lo exactas que eran esas afirmaciones.

Desde que el virus se expandió por los territorios salmoneros llegando a afectar en la actualidad a casi 150 centros de cultivo cambió por completo el rostro de las zonas que dependen de esta actividad económica, que en los últimos veinte años creció a tasas sobre el 12%. Gracias a esos niveles de expansión, los Lagos zona que concentra alrededor del 80% de la producción del salmón se ha mantenido en los últimos años entre las regiones con más bajas tasas de desocupación. Incluso, en el trimestre móvil marzo-mayo de 2008, el desempleo alcanzaba apenas un 2,8%. Sin embargo, desde que estalló la crisis del ISA y las salmoneras comenzaron a generar pérdidas nunca antes vistas, la cesantía regional comenzó a incrementarse paulatinamente hasta llegar al 3,6% actual. Pese a que la cifra sigue siendo baja, tiene una explicación: entre los meses de octubre y marzo es el período de cosecha del cojo y la trucha (las otras dos especies de salmón que se cultivan en Chile), en el que aumenta la contratación de mano de obra.

A pesar de estas tasas, son varias las cifras de despidos que se manejan en la industria. Un oficio de la Dirección del Trabajo (DT), fechado el 26 de enero y firmado por la directora nacional Patricia Silva, asegura que entre 2007 y 2008 las empresas salmoneras ratificaron ante la Inspección del Trabajo 9.672 finiquitos sólo en la Región de los Lagos. Sin embargo, el presidente de SalmonChile, César Barros, advierte que la "DT sólo registra la gente despedida, pero no contratada. Y parte de la gente despedida ha sido recontratada a tiempo parcial o con contratos temporales". En el Observatorio Laboral de Chiloé estiman que el número de trabajadores despedidos supera los 7.500, mientras que la Confederación de Trabajadores del Salmón (Conatrasal) asegura que la cifra alcanza los 13.500.

Si bien la situación de la zona salmonícola es delicada, en Chiloé tienen claro que en las próximas semanas comenzará el período que consideran más crítico. Es durante las últimas semanas de marzo y las primeras de abril cuando concluye el período de cosecha de salmón, dando inicio a la etapa más compleja que jamás ha atravesado este joven sector productivo. "Hasta ahora esto no ha sido grave. Sí lo será de ahora en adelante, cuando desde marzo o abril la producción baje definitivamente. Ahí se acabará tanto el trabajo parcial como el permanente", advierte César Barros. "La industria en un mes mas entrará en estado de coma. No morirá, pero sí necesitará todas las herramientas para salvarse", asegura el presidente de la Conatrasal, Javier Ugarte. ¿Cuántos saldrán esta vez? Otros cuatro mil trabajadores, calculan los sindicatos.

Salmonicultura 2.0

Pese a que hasta ahora los niveles de producción se han mantenido, los pronósticos indican que este año la producción de salmón del Atlántico debiera caer en un 70%, lo que equivale a un 35% del total de las tres especies. "Los balances de las empresas demuestran que la industria probablemente perderá una parte importante de su patrimonio, tal vez el equivalente a buena parte de todo lo que ganó entre 2001 y ahora, aunque aún no tenemos una cifra aproximada", explica el presidente del gremio salmonero. Sin embargo, hay un respiro: debido a la baja prevista en la producción de Chile, el precio internacional de este pescado ha subido considerablemente. Además, el tipo de cambio es superior al promedio de los dos años anteriores.

Anticipándose a este escenario, la Presidenta Bachelet ordenó el año pasado la creación de la Mesa del Salmón, un grupo de trabajo liderado por el ex subsecretario de Pesca Felipe Sandoval y que tiene como misión sacar al sector de la crisis del ISA. En forma paralela, los empresarios del sector también se sentaron a buscar una solución y propusieron un nuevo modelo de producción, similar a las nuevas exigencias del Gobierno y a las que ONG como Terram y Oxfam promovían desde hace varios años. Desde mediados de año junto con nuevas exigencias ambientales y sanitarias, como mayores estándares en la producción de ovas y el uso de antibióticos las empresas estarán obligadas a organizar sus centros de cultivo en "barrios", lo que implica que habrá períodos de descanso y producción, y mayores restricciones en la densidad de peces y en los niveles de producción.

Sandoval explica que con este nuevo modelo "se aminora el riesgo de expansión del virus. Se puede vivir con el ISA sin que la enfermedad se propague a destajo. En Noruega se demoraron cuatro años en bajar el ISA a niveles mínimos, pero al parecer este año apareció en algunas partes. Entonces, aquí lo que construimos es un esquema de menor riesgo".

Sin embargo, algunos sectores han cuestionado el nuevo esquema. "Se ha enfocado en cambiar el modelo en función de solucionar los problemas de producción, como agilizar las transferencias de concesiones, y no del resguardo de los ecosistemas donde se desarrolla la actividad. En la medida en que se sigan enfocando los esfuerzos en producir peces y no en mantener sano el medio ambiente que sustenta este cultivo, los aspectos fundamentales de la crisis sanitaria no están siendo atendidos", sostiene Giuliana Furci, experta de Terram. "La industria está muy lejos de cumplir con estándares ambientales aceptables. Se han dado pasos importantes para cambiar la regulación aplicable, pero aún faltan temas por abordar como el de los escapes de salmón que no han sido considerados por la Mesa del Salmón", plantea el director ejecutivo de la ONG Oceana, Alex Muñoz.

Antes de consensuar el nuevo modelo que debiera comenzar a implementarse en el segundo semestre se barajaron varias opciones para combatir el ISA, entre ellas eliminar todos los peces afectados. Eso fue lo que plantearon algunos ejecutivos de la industria salmonera y los bancos, pero la idea se desechó. "No hubo consenso y las empresas no estuvieron dispuestas a sufrir esa tremenda pérdida. Nunca se analizó con números en la mano y si alguna vez se hizo, los números que se sacaron eran tan grandes que en ningún caso era plausible", cuenta Barros.

En manos de la banca

Procesos para producir ovas sin contaminación, sistemas de piscicultura más sofisticados, botes de transporte cerrados y nuevos puertos son algunas de las inversiones que deben realizar las salmoneras para cumplir con las nuevas exigencias. Sin embargo, ese esfuerzo será extremadamente complejo: hoy la industria tiene deudas por más de dos mil millones de dólares y la banca desconfía de las perspectivas que tiene la salmonicultura, lo que se ha acentuado con la crisis económica. Como incentivo, el Gobierno creó un fondo a través de la Corfo para garantizar inversiones por cerca de 450 millones de dólares, cuyo reglamento aún no sale de la Contraloría. "Las garantías financieras son pieza clave para la reconversión sanitaria y ambiental de la industria. Sin esta reconversión, el tiempo que podría tomar recuperar su nivel productivo sería demasiado largo y muy costoso socialmente", sostiene el ministro de Economía, Hugo Lavados.

Un hombre es clave en las conversaciones entre los bancos y las salmoneras el ex presidente del Club Deportivo de la UC, presidente del Canal del Fútbol y ejecutivo de confianza de los banqueros, Jorge Claro Mimica. El dueño de Claro y Asociados actúa como el gran veedor que tienen los bancos. Para eso tiene un equipo que viaja constantemente a los centros de cultivos, con el que ya está afinando los detalles de un diagnóstico general de la industria y con el que luego analizará una a una las salmoneras. Claro se reúne constantemente con los empresarios del sector y en enero lo hizo con Felipe Sandoval. "Los bancos pondrán ciertas exigencias a las empresas, como ir controlando en distintas etapas si se están cumpliendo las condiciones que ellos creen que hay que cumplir. Más que condiciones económicas, querrán tener una información sanitaria-ambiental al día para asegurarse de que el pescado llegará a buen término", precisa Sandoval.

Sin embargo, el panorama se complica cada día más. Y es que al ISA se sumó esta semana el bloom de algas, fenómeno acotado hasta ahora a la Región de Aysén y que asfixia a los peces hasta causarles la muerte. Fue la empresa Multiexport Foods la que encendió las alarmas a través de un hecho esencial que envió a la Superintendencia de Valores. Barros aclara: "Esto fue muy rápido. Aún no sabemos cuántos son los centros y empresas afectadas, pero estamos recolectando la información. Las áreas invadidas por esta alga son gigantescas, pero es un fenómeno climático más que de la salmonicultura". En la industria, en todo caso, están temerosos: recuerdan que en 1988 ocurrió el mismo fenómeno "dejando un desastre enorme. Claro que en esos años la producción era mucho menor".

El rescate

Los resultados del nuevo esquema debieran verse en dos años, cuando se cosechen los salmones atlánticos cultivados con el nuevo sistema. Y el ministro Lavados espera que a partir del cuarto trimestre de este año, "las concentraciones de virus en las concesiones más afectadas disminuyan, y a partir de esto se pueda empezar a resembrar salmón atlántico en esas áreas. Si bien los volúmenes exportados bajarán este año, esperamos que la disminución en el valor exportado no sea tan drástica, y poder ver los primeros signos claros de recuperación".

¿Y qué pasará con los miles de cesantes que dejará la escasa producción de salmones de este año? El Gobierno ya está concentrado en eso. De hecho, el intendente de la Región de los Lagos, Sergio Galilea, estuvo el jueves en La Moneda y más tarde en la oficina del subsecretario del Trabajo, Mauricio Jélvez, delineando las medidas con las que buscan crear diez mil empleos en la zona salmonera: aceleración de inversiones, planes especiales de empleo y, sobre todo, capacitación a las personas para que se reintegren a lo que César Barros llama la salmonicultura 2.0: "Junto con los sindicatos le pediremos a la Presidenta una reunión para plantear los temas que nos inquietan. Los trabajadores tienen que estar preparados para una salmonicultura más compleja, más cara y sofisticada y, una vez que se retomen los niveles de producción, tienen que ser esos trabajadores los que vuelvan. Es importante comenzar a trabajar eso de inmediato".

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  • 15/03/2009