Canciller Francés y el Desafío de la COP21: “No tenemos derecho a fracasar”

No estamos ante una negociación diplomática como otras, que podríamos aplazar para más tarde sin consecuencias mayores: es una carrera universal contra reloj”. Fuente: lanacion.cl, 30 de octubre, 2015.

Del 30 de noviembre al 11 de diciembre, todos los ojos del mundo estarán puestos en París, donde se desarrollará la COP21, la conferencia planetaria donde el desafío es alcanzar un nuevo acuerdo sobre el clima con el objetivo de ponerle coto al calentamiento global.

Los franceses están convencidos de que están ante una encrucijada histórica, sólo comparable a la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, que tuvo a la Ciudad Luz como sede. Y un hombre clave en esta estructura gigantesca es Laurent Fabius, ministro de Exteriores de Francia y presidente de la COP 21, quien ha dedicado los últimos meses a correr un verdadero “maratón” diplomático para conseguir llegar a la conferencia con el máximo acuerdo.

“No tenemos derecho a fracasar (…) No estamos ante una negociación diplomática como otras, que podríamos aplazar para más tarde sin consecuencias mayores: es una carrera universal contra reloj”, enfatizó el diplomático en una reciente entrevista con la revista Paris Match.

“NO HAY PLANETA B”

Graficando la necesidad de alcanzar un acuerdo ambicioso, que comprometa efectivamente a los 196 países que estarán presentes en la cita, Fabius retrata el imperativo de actuar ahora, apelando a una frase de Ban Ki-moon: “El secretario general de las Naciones Unidas utiliza una fórmula fuerte con respecto al calentamiento climático: “no hay plan B, pues no hay planeta B”.

“Más tarde, sería demasiado tarde, pues los gases de efecto invernadero, una vez emitidos, permanecen en la atmósfera durante décadas, a veces siglos. La Conferencia de París puede y debe entonces marcar un punto de inflexión para el planeta”, destacó apuntando al objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC que se busca en esta conferencia.

MÁS ALLÁ DE CHINA Y EEUU

¿El canciller piensa que los dirigentes del planeta han comprendido totalmente lo que está en juego?, le consulta Paris Match a Fabius. “Sí, lo constato de manera muy clara con, en particular, el compromiso de China y la implicación personal del presidente de Estados Unidos ─dos países que en el pasado, estaban muy reticentes ante las cuestiones climáticas”, responde, apelando a un elemento de peso que permite mirar con optimismo el devenir la conferencia.

Sin embargo, explica que la tarea de París implica mover los hilos de la diplomacia de manera tal de obtener un preciado consenso. “Es preciso convencer a los 196 países que aprueben un acuerdo universal sobre cuestiones que los comprometen: la tarea es pues extraordinariamente compleja”, asume.

Según explica Fabius, “la regla de las negociaciones climáticas es sencilla: sin la firma de todos los países, no habrá acuerdo. Las dos más grandes emisores del planeta, Estados Unidos y China, deben comprometerse, pero la movilización de los otros es indispensable”.

¿Y cuál es la apuesta de este “climamaratonista”? El ministro admite que “en general, estas Conferencias raramente se han visto coronadas con el éxito (…) Si llegamos a un acuerdo de aplicación universal, será inédito: este resultado nunca se había alcanzado en la historia de las negociaciones climáticas. Pero es preciso que este acuerdo sea suficientemente ambicioso”.
“Soy optimista, pero de un optimismo activo. Hasta el último día, seguiremos trabajando y movilizando. Es bajo esta condición que el éxito, que esperamos todos, podrá convertirse en una realidad el 11 de diciembre en París”, remata.

LA PAZ Y LA GUERRA

En la entrevista, Fabius destaca otro elemento que debe ser tomado en cuenta: el problema del calentamiento global no es sólo un tema climático científico. También es un dilema social, como el caso de los llamados refugiados climáticos que se ven obligados a migrar.

“Nunca debemos olvidar que el calentamiento climático tiene y tendrá efectos no sólo sobre el medio ambiente, sino también sobre la seguridad alimentaria, la salud, las migraciones y finalmente la paz y la guerra. Esta es la razón por la que destaco con frecuencia que este tema es, en sentido propio, una cuestión vital”, remata.