Ecosistemas de la zona central del país se desplazarán hacia el sur y especies sufrirán pérdida de adecuación climática
By Comunicaciones

Ecosistemas de la zona central del país se desplazarán hacia el sur y especies sufrirán pérdida de adecuación climática

Los 12 estudios que aportan a la primera actualización del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático en Biodiversidad (PNACC Bio) constataron fuertes cambios que sufrirán los ecosistemas de Chile en cuatro escenarios futuros climáticos. Se observa una mediterranización de los climas de la zona centro y sur del país, lo que provocará cambios en las condiciones apropiadas para las especies de determinado lugar. Sin embargo, pese al oscuro porvenir, aún hay tiempo para revertir la situación, indica el documento. Fuente: País Circular, 7 de noviembre de 2023.

En 2014 se entregó la primera versión del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático en Biodiversidad (PNACC Bio). Según el programa original, el plan debería haber sido actualizado en un plazo de cinco años, pero la revuelta social y luego la pandemia obligaron a postergarlo. Recién ahora, en el año 2023, el plan tuvo su primera actualización y se someterá a consulta ciudadana en un plazo próximo.

Realizada por 12 estudios de 9 centros de investigación, la primera actualización del plan logrará incorporar a los ambientes marinos y de aguas continentales, toda vez que la versión original solo analizaba los ecosistemas terrestres. Además, describe el coordinador del Centro Cambio Global UC del proyecto de actualización del PNACC Bio, Patricio Pliscoff, estos informes se circunscriben en un contexto mucho más propicio para el análisis, como el marco normativo vigente y los numerosos especialistas y centros de estudios en materia de cambio climático

“Hoy estamos en un contexto totalmente distinto: tenemos la Estrategia Climática de Largo Plazo, la Ley Marco de Cambio Climático y las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC). Pudimos abordar todos los ámbitos pendientes del trabajo anterior y cubrir los vacíos de información que había. Y como hoy hay muchos más investigadores, pudimos considerar a grupos que fuesen representativos, de regiones, de distintas universidades, etcétera”, comenta Pliscoff.

Mandatada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) por medio de FAO como agencia implementadora y ejecutada por el Centro Cambio Global UC con el apoyo del Instituto de Ecología y Biodiversidad y el Instituto Milenio en Socio Ecología Costera, gracias al financiamiento del Fondo Verde del Clima, la actualización del PNACC Bio buscará orientar la definición de medidas de adaptación en materia de biodiversidad en relación con el cambio climático. En tal sentido, los estudios se situaron cuatro intervalos de tiempos futuros (2020-2040, 2040-2060, 2060-2080, 2080-2100), en el escenario más pesimista y en el más optimista.

Una de las principales conclusiones que arrojó esta actualización es que las características climáticas donde se distribuyen las especies y ecosistemas van a cambiar. Dentro de este cuadro, los ecosistemas de la zona centro-sur de Chile asoman como los más vulnerables ante los nuevos escenarios climáticos. Lo que se prevé que ocurra, en rigor, es un desplazamiento de los ecosistemas de la zona centro hacia el sur, es decir, se espera que el clima sufra una “mediterranización” en este sector. Es lo que se conoce como “movimiento latitudinal”. En tanto, se observa un “movimiento altitudinal” en el norte del país; vale decir, los climas de las zonas más bajas se desplazarán hacia zonas más altas y más frías. La Patagonia, en tanto, no sufrirá cambios tan drásticos. Todo ello tiene implicancias para las especies que allí viven.

“Podemos concluir que la zona centro-sur es la más vulnerable al cambio climático, es donde se observan los mayores cambios, donde los bosques perderán más biomasa y eso puede impactar a la presencia de especies”, cuenta Patricio Pliscoff, quien es enfático en señalar que las especies sufrirán la pérdida de adecuación climática por estos desplazamientos. Vale decir, muchas especies no lograrán desarrollarse en estas nuevas condiciones climáticas a las que obligará la crisis global.

“Es muy distinto el movimiento del clima para un ave migratoria, para un mamífero o un anfibio, en que sus rangos de desplazamiento son de metros. Las especies vegetales dependen de la dispersión de las semillas. Por ejemplo, la palma chilena ya tiene reducido su hábitat por el cambio antropogénico, pero habrá que ver si logra adaptarse a esta nueva realidad climática”, expresa Pliscoff. En los estudios participaron investigadores/as del Centro Cambio Global UC, el Instituto de Ecología y Biodiversidad, el Instituto Milenio BASE, el Centro COPAS Coastal, la Universidad de Concepción, la Universidad de Los Lagos, la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica y el Center for Climate Studies de Puerto Natales.

En efecto, el análisis de la biomasa de bosques de la zona centro-sur muestra que los bosques más densos son los más vulnerables al cambio climático, que se encuentran principalmente en la Región de Los Lagos. Los bosques antiguos también son más vulnerables que los renovales (bosques jóvenes), lo que induce a pensar que los árboles jóvenes son importantes de proteger y podrían ser estratégicos para la adaptación al cambio climático.

Si bien en el peor escenario no se advierten impactos significativos en la Patagonia, sí ocurre en el norte a través de este “movimiento altitudinal”, por el cual los ecosistemas de las zonas más bajas se desplazan a zonas más frías y altas. Esto acarrea más dificultades de adecuación climática para las especies que se hallan, por ejemplo, en el altiplano chileno.

En ese aspecto, según el cuadro indicado anteriormente, los mayores cambios acaecerían en el último de los cuatro escenarios posibles. Sin embargo, como se observa en la imagen, buena parte de las formaciones vegetacionales de la zona centro-sur se desplazarían inevitablemente, tanto en el escenario más pesimista como en el más optimista: el bosque caducifolio, siempreverde, laurifolio y resinoso sufrirán este movimiento latitudinal. Dentro del bosque siempreverde, plantea Pliscoff, “se observa una zona más vulnerable en la precordillera de las regiones de la Araucanía y Los Lagos”.

Esta lámina muestra los cambios principales que se prevé que habrá en los cuatro escenarios posibles.

“Podemos concluir que la zona centro-sur es la más vulnerable al cambio climático, es donde se observan los mayores cambios, donde los bosques perderán más biomasa y eso puede impactar a la presencia de especies”.

Patricio Pliscoff, coordinador del Centro Cambio Global UC del proyecto de actualización del PNACC Bio.

El escenario de aguas continentales

Los 12 estudios que alimentan la actualización del PNACC Bio tuvieron como novedad la inclusión del análisis de aguas continentales y áreas marinas. Con respecto al primero, hay un dato alarmante: se espera que las especies nativas vulnerables pierdan cerca de un 20% de su hábitat idóneo en 2050, lo que permite concluir que ellas tienen escasas posibilidades de sobrevivir en escenarios futuros.

Chile alberga un número relativamente pequeño de peces dulceacuícolas nativos de 42 especies descritas. En tanto, se han introducido, al menos, 28 especies de peces exóticos, como la carpa europea, la trucha arcoíris y la trucha café, catalogadas entre las más dañinas. Se espera que las especies nativas vulnerables pierdan cerca de un 20% de su hábitat idóneo en 2050, lo que indica que muchas tienen pocas probabilidades de prosperar en escenarios futuros. Mientras que las especies exóticas se expanden, mayormente en la Región de Los Lagos. “Las especies exóticas tienen mayor capacidad adaptativa que las nativas”, complementa Patricio Pliscoff. La situación de las especies exóticas no es muy distinta en el ambiente terrestre, donde los informes concluyen que especies invasoras como el aromo australiano crezca hacia zonas de alta elevación y latitud, pudiendo aumentar la tasa de extinción de plantas nativas.

Por su parte, en ambientes marinos, las áreas marinas protegidas (AMP) son medianamente vulnerables a amenazas climáticas y antrópicas. Las que sí son altamente vulnerables son las AMP La Puntilla-Playa Chinchorro, Pullinque y Putemún. En cuanto a los humedales costeros, se ven amenazados por la falta de precipitaciones, siendo los expuestos a mayor riesgo los ubicados entre las regiones de Atacama y Valparaíso.

No obstante el escenario adverso que se avecina, Pliscoff señala que aún hay tiempo para adoptar medidas, porque los cambios más drásticos se prevén para 2050. En ese cuadro, Pliscoff señala que la medida más elemental y expedita para abordar el problema es crear más áreas protegidas, sobre todo en la zona centro-sur del país, que asoma como la más vulnerable. “Todavía tenemos grandes vacíos de protección”, indica el director del Centro Cambio Global UC para el proyecto de actualización del PNACC Bio.

El otro punto importante para Pliscoff pasa por garantizar la conectividad hidrológica entre las especies nativas de los esquemas dulce-acuícolas. Esto implica que no se desconecten, por ejemplo, los sistemas de ríos a través de obras como embalses o centrales de pasada que impiden la conectividad y la distribución de las especies. Otras medidas serían prohibir la introducción de especies exóticas de insectos polinizadores y generar instrumentos de control de especies exóticas.

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  • 14/11/2023