Avanza primera norma para limitar emisiones de olores en la industria porcina
By Comunicaciones

Avanza primera norma para limitar emisiones de olores en la industria porcina

El Ministerio del Medio ambiente publicó el anteproyecto de la normativa que por primera vez establecerá límites en esta área, que ingresará a consulta ciudadana a mediados de septiembre e implicaría una inversión de US$ 128 millones para la industria. Fuente: Revista del Campo – El Mercurio, 10 de agosto de 2020.

El 10% de las denuncias relacionadas con olores que recibe la Superintendencia del Medio Ambiente corresponde a planteles porcinos, que hasta ahora no cuentan con un reglamento en este ámbito.

Debido a eso, hace dos años el Ministerio del Medio ambiente comenzó a desarrollar una normativa para regular las emisiones de olores en este sector, cuyo anteproyecto se dio a conocer hace algunos días.

El foco principal es reducir los niveles de emisión de olores en las lagunas donde se depositan los purines —que deberá ser una disminución de 70% en los planteles pequeños y de al menos 75% para los medianos y grandes—, y establecer límites para las emisiones de olores que se perciban a una distancia de 500 metros de cada plantel, lo que se exigirá para las empresas que tengan desde 25 mil cerdos, con el objetivo de disminuir el impacto que generan en las comunidades cercanas.

Además, se exigirá que las industrias entreguen un informe a la Superintendencia del Medio Ambiente sobre sus prácticas relacionadas con el manejo de residuos y olores, y un plan de prevención de eventuales emergencias o fallas en sus instalaciones que se relacionan con las emisiones de olores, lo que entraría en vigencia a contar de 2024.

‘La norma obligará a los establecimientos a reducir sus emisiones, mejorando su estándar operacional y disminuyendo la frecuencia y concentración con la que se percibe el olor actualmente. Apuntamos a que se asegure la calidad de vida de las personas y que la industria utilice las tecnologías necesarias para no afectar a las comunidades vecinas’, afirma la ministra del Medio Ambiente (MMA), Carolina Schmidt.

El objetivo de esta cartera es seguir desarrollando normativas de olores para otros sectores que también presentan reclamos por parte de sus vecinos, como plantas de celulosa y aguas servidas, y centros de cultivo de recursos hidrobiológicos.

Inversiones

Se estima que la implementación de la normativa significará inversiones por US$ 128 millones en la industria porcina durante los próximos tres años, ya que hasta ahora ninguno de los 103 planteles del país cumple a cabalidad con las exigencias que contempla el anteproyecto, y se prevé que unas 160 mil personas podrían verse beneficiadas con la menor emisión de olores.

‘En mayor o menor medida, todos van a tener que implementar alguna adecuación para cumplir, y establecimos porcentajes de reducción de emisiones altos para que su efecto sea eficiente, porque si fuesen niveles menores es probable que en la percepción del olor la comunidad no notaría una diferencia’, explica Jéssica Salas, profesional del departamento de ruidos, lumínica y olores del Ministerio del Medio ambiente, y detalla que los planteles que tienen menos de 750 cerdos no estarán afectos a la norma.

A partir de su entrada en vigencia, las empresas tendrán tres años para realizar cambios y adecuaciones en el tratamiento de sus purines, y aquellas que puedan demostrar que ya tienen sistemas efectivos —como biodigestores, biofiltros o uso de camas calientes— podrían eximirse.

‘Como industria esperamos que la normativa que se implemente esté en línea con las internacionales y que permita mantener la competitividad de la industria chilena’, plantea el presidente de la Asociación de Productores de Cerdos (Asprocer), Juan Carlos Domínguez, refiriéndose a mercados como España y Brasil, y afirma que recién están evaluando el anteproyecto.

Nueva mirada

El desarrollo de esta norma apunta a mejorar la sustentabilidad de la industria porcina y a incorporar el tratamiento de los residuos como parte del proceso productivo, algo que implicaría cambios culturales y la incorporación de nuevos profesionales para asegurar el buen funcionamiento de esta etapa.

‘Siempre los sistemas de tratamiento de olores se consideran como el patio de atrás de la industria y deben comenzar a verse como parte del proceso productivo. A veces las empresas invierten mucho en sistemas de tratamiento, pero fallan en la operación, y eso es algo clave’, asegura Germán Aroca, especialista en el manejo de olores de la Universidad Católica de Valparaíso.

También advierte que tratar el manejo de olores es más complejo que cuando se trata de fuentes de origen líquido —como las aguas servidas— y asegura que el parámetro de medición que se usará en la normativa, con la técnica de olfatometría dinámica, es ampliamente utilizado en otros países y confiable, y ya existen varios laboratorios que lo trabajan en Chile.

‘Creo que viene un cambio significativo en la manera que operan los planteles, donde no solo se tendrán que instalar nuevos equipos, sino que también personal entrenado para operarlos y mantenerlos’, dice.

Se espera que la etapa de consulta ciudadana comience a mediados de septiembre, cuando termine el estado de excepción constitucional por el coronavirus.

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  • 10/08/2020