
Transelec se acerca a Tompkins por ruta alternativa para línea en Aisén
Paso importante para concretar el mayor proyecto de interconexión en el mundo. Más de 5 mil torres implica el proyecto. Eduardo Andrade, de Transelec, asume que habrá férrea oposición ecologista Empresa que construirá la línea de transmisión de las centrales eléctricas de HidroAysén, define por estos días el trazado que unirá Cochrane y Santiago: Pumalín es la primera valla.. El Mercurio 22 de septiembre de 2007.
DANILO BUSTAMANTE ROCHA
Es el proyecto de interconexión eléctrica más grande del mundo, con un presupuesto estimado en US$ 1.500 millones. Son nada menos que 2.000 kilómetros de líneas de transmisión para transportar los 2.750 MW que producirán las 5 centrales hidroeléctricas que desarrolla la empresa HidroAysén -ligada a Endesa y Colbún- en los ríos Baker y Pascua, en la XI Región.
Los tiempo que se manejan son igual de imponentes: en octubre ya estarán definidas las características técnicas del proyecto; antes de fin de año se conocerá la ruta exacta por donde pasará el "tendido"; en el segundo trimestre se entregará el Estudio de Impacto Ambiental, para, de realizarse la obra, comenzar las construcciones en el primer semestre de 2009, cuatro años antes de la entrega.
Transelec, la empresa que llevará cabo la gigantesca obra -que sólo en su fase de estudio gastará cerca de US$ 25 millones-, para lograr su objetivo deberá resolver dos encrucijadas: el desafío de ingeniería que significa unir la lejana comuna de Cochrane (XI Región) y Santiago, atravesando 7 regiones, pasando por más de tres mil predios con las más de 5 mil torres de 50 metros de altura proyectadas; y en segundo lugar, y tal vez lo más complejo, sobrellevar la oposición ecologista.
Respecto a esto, la primera valla no es sencilla: atravesar los dominios de Douglas Tompkins, el Parque Pumalín.
Los ejecutivos de Transelec han manifestado que esperan llevar adelante el trabajo intentando reducir al "máximo posible" el impacto ambiental. Para ello, en la ruta preliminar que manejan -que se encuentra definida en 98%- han evitado pasar por comunidades de cualquier tipo, interferir en zonas de interés social, turístico y de áreas silvestres protegidas. Pero hay lugares ineludibles.
"Cuando hablamos de reducir al máximo posible el impacto, lo hacemos en referencia a las zonas donde es posible hacerlo, porque hay partes en que no se puede evitar", afirma Eduardo Andrade, gerente operaciones de Transelec. Entre los sitios ineludibles se encuentra el Parque Hornopirén -comuna de Hualaihué, XI Región- y el mencionado Pumalín.
La firma eléctrica sabe que la línea de transmisión del proyecto nació con muchos detractores. La política que ha usado la empresa, según lo dicho por Andrade, es la de puertas abiertas.
"Nos hemos juntado con todo aquel que ha querido conversar con nosotros. Hemos aceptado todas las reuniones que nos han pedido. Ya nos reunimos con Juan Pablo Orrego -director de la institución Ecosistemas- y con la NRDC (organismo ecologista internacional ligado a Robert Kennedy Jr.)", dice el ejecutivo.
Respecto al magnate ecologista, Douglas Tompkins, el ejecutivo de Transelec afirma que han sostenido diversas reuniones con la Fundación Pumalín y con el propio norteamericano. "Él ha señalado abiertamente que ellos se van a oponer al trazado, porque tienen una visión de modelo de desarrollo distinta o muy particular", comentó Andrade.
Pese al anticipado rechazo y oposición que ha manifestado Tompkins, el ecologista ha dejado espacio para las negociaciones con la empresa, sobre todo considerando que, de realizarse el proyecto, inevitablemente la ruta pasará por los predios de la fundación y otros de carácter privado que él posee. "Ellos propusieron una ruta alternativa al interior del parque para la línea de transmisión. Son varias rutas que estamos estudiando, ya que es una de las zonas más complejas", concluyó el ejecutivo.
INVERSIÓN
US$ 1.500 MILLS. requiere el proyecto, que conducirá a la zona central la electricidad generada en Aisén.
Las decisiones clave que aún debe definir la empresa
Transelec en estos momentos se encuentra definiendo los últimos detalles de ingeniería del proyecto. Como se utilizará corriente continua -se inyecta energía desde Cochrane para retirarla en Santiago- una de las interrogantes es en torno a qué nivel de tensión se utilizará en la transmisión: 500 mil o 600 mil volts.
Decisión no menor si se consideran los altos costos que tienen las estaciones conversoras de energía que se deben instalar en ambos extremos de la línea, las que de acuerdo a la elección variarán entre los US$ 200 millones y US$ 300 millones cada una.