
Intervención humana en Estero de Tongoy hace migrar a especies animales
Desde el año pasado se han realizado cerca de 15 intervenciones. Expertos advierten efectos en la flora y fauna, además que es ilegal, nocivo y puede impactar negativamente al turismo, «pues puede cambiar la dinámica y la forma en que está desembocando», afirma Carolina Vega, coordinadora del Proyecto GEF Humedales Costeros. Fuente: Diario La Región de Coquimbo, 6 de julio de 2024.
El estero está conectando con la playa y se supone que escurra como algo natural, «pero ya son reiteradas las intervenciones, con gente que lo hace con palas y todos están al tanto, pero no se resuelve el problema», se queja.
Incluso, hay una persona por redes sociales incitando a esta apertura, y si bien se le ha oficiado, solo queda en eso, «cuando todos los estamentos deberían estar involucrados. Popularmente se maneja mucha desinformación, no existe un acuerdo entre lo que debería hacerse y no permitir».
Al lugar llegan cisnes, garzas, pato jergones, colorados y reales, también las golondrinas, que el año pasado ayudaron a disminuir mosquitos y zancudos.
UNA NORMATIVA
Los efectos del cambio climático dejaron de ser una alerta del futuro para transformarse en una preocupación del presente. Y si a eso se le suma el factor humano, sin duda que los humedales corren serio peligro.
Carolina Vega, coordinadora local del proyecto, explica que, por temas de cambio climático, sequía y sobre todo extracción de agua en la cuenca, «esto ha provocado que disminuya la cantidad de agua que baja por los cursos de los ríos y por acción del viento o marejadas, entre otras, se forman estas barras que impiden la salida del río o el humedal al mar. Lamentablemente en Tongoy se ha sostenido la idea, por algunas personas, que esto no es algo natural, pero sí lo es debido a las condiciones en las que estamos y cada vez serán más los ríos que no desembocarán al mar producto de las condiciones climáticas y otras». Porque salvo el río Limarí, no existe ningún otro río en la región que esté desembocando al mar.
Enseña que esta intervención puede provocar impactos negativos en la flora y fauna, «pero también en la misma morfología, morfodinámica e hidrodinámica del humedal, porque cuando se abre de mala manera, sin los estudios necesarios, puede ser peor incluso para lo que las personas están buscando. Y tampoco se puede llegar y hacer, toda vez que los humedales tienen una normativa y se debe contar con la autorización ambiental, como presentar una consulta de pertinencia que indiquen lo que se hará y la justificación».
En la actualidad, el Estero de Tongoy está en proceso de declaración de humedal urbano, «así que no es llegar e intervenir, ya que se está impactando en las especies que están de alguna manera utilizando estos hábitats, por ejemplo en la temporada estival, ya que las aves dejan el lugar».