
PM 2.5
Carta al director de Paola Vasconi, Coordinadora Programa de Medio Ambiente de Fundación Terram.
Sr. Director:
En editorial reciente, diario El Mercurio realiza un análisis sobre la decisión del Gobierno de avanzar en la dictación de una norma para el material particulado fino, PM2,5, uno de los más dañino para la salud de la población, ya que debido a su composición -mezcla de numerosos compuestos orgánicos, inorgánicos y biológicos de la más alta peligrosidad- y a su diminuto tamaño -apenas 2,5 micrones- penetra fácilmente por las vías respiratorias alojándose en los alvéolos pulmonares, provocando graves enfermedades respiratorias y cardiovasculares e incluso la muerte.
Por ello, todos quiénes, durante años, hemos realizado un seguimiento serio al problema de la contaminación del aire de la capital y con ello, trabajado en propuestas para mejorar sustancialmente la calidad de vida de sus habitantes, agradecemos que aunque de manera tardía, el Gobierno haya decidido poner mayor peso en la balanza a la salud de la población que a la inversión productiva, lo que se traducirá en que finalmente el sector productivo internalice dentro de sus costos, parte de las externalidades negativas que genera.
No es posible que en un país que persigue como objetivo los estándares en calidad de vida y desarrollo económico, de los llamados países desarrollados, incluyendo al grupo selecto de la OCDE, siga permitiendo que sean sus ciudadanos, y en especial aquellos más vulnerables, los que subsidien y paguen el costo de este desarrollo debido a la falta de normativa.
Chile debe avanzar en la creación de ésta y nuevas normativas, con el objetivo inicial de proteger la salud de la población y el medioambiente, y con el firme propósito de que sean los industriales y no los ciudadanos los que asuman los costos de los impactos negativos que generan sus proyectos.