Géiseres del Tatio: Atractivo Turístico, con futuro Incierto
By Terram Communications

Géiseres del Tatio: Atractivo Turístico, con futuro Incierto

Lo acontecido en los alrededores del Tatio ha hecho cuestionarse qué tanto respetan las empresas privadas -y estatales- el ecosistema nacional. Según algunos, el proyecto tiene un objetivo de energía geotérmica; sin embargo, las comunidades locales aseguran que es para la extracción de recursos hídricos. Revista Percepción 10 de noviembre 2009. (www.percepcion.cl)

Lo cierto es que la incertidumbre de estas maravillas naturales con su posible contaminación, sólo lo conoceremos en unos años más. Acá entregamos una radiografía con un punto no menor: cómo fue la licitación.

La crisis energética vivida en el país hace unos años hizo replantearse seriamente al Estado de Chile cuál o cuáles eran las alternativas más adecuadas en esta materia hacía el futuro, sobre todo, para las nuevas generaciones. Una de ellas –por la condición volcánica en el país- es la energía geotérmica. El Ministerio de Minería, por lo mismo, en su afán de resolver esta problemática, identificó 20 zonas para su exploración, estando dentro de ellas los Géiseres del Tatio.

Sin embargo, las comunidades en el sector de San Pedro de Atacama comenzaron a criticar la determinación de buscar nuevamente energía para la población en aquel lugar turístico. Así es, porque desde 1920 se ha intentado explorar esa área. La Comunidad Preliminar del Tatio realizó trabajos de prospección con el objetivo de utilizar la energía geotérmica y de esa forma, producir electricidad para la zona.

47 años después, en 1967, la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), en convenio con la ONU, ejecutó similares actividades de extracción, sin resultados, dejando en el lugar maquinaria de la compañía estatal y una estación de monitoreo.

En el 2006, tras varias suspensiones de suministro de gas desde Argentina, los asesores en energía de la Presidenta, Michelle Bachelet Jeria, reflotaron la opción de explorar la zona aledaña a los Géiseres del Tatio. En esa época, las comunidades atacameñas eran críticas a tal proyecto por hechos sucedidos con anterioridad en el norte del país.

No obstante, la subsecretaria de Minería de la época, Marisol Aravena, pretendía hacer creer que las críticas en contra del proyecto era desinformación. “Los atacameños piensan que va a haber una destrucción de sus espacios y sus entornos. (…) Es desconocimiento y por eso se debe actuar coordinadamente con la comunidad local”, lo cual no ha sucedido a la fecha.

Ese mismo año se adjudica la licitación pública a la empresa Geotérmica del Norte (GSN), multinacional conformada por la compañía italiana Agencia Nacional de Electricidad de Italia (Enel), la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) y la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), ambas chilenas.

En agosto del año siguiente, GSN, presenta el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a la Corema de Antofagasta quienes finalmente entregan la autorización para trabajar el lugar en cuatro pozos en un radio de varios kilómetros, en las inmediaciones de los géiseres.

Imponente Maravilla

Quienes conocen los Géiseres del Tatio –con más de cien manantiales en erupción- vuelve a ir por una segunda vez. De esto pueden dar fe los mismos ciudadanos extranjeros que visitan la zona durante todo el año. Varias de éstas personas se preguntaban al visitar los alrededores de San Pedro de Atacama el por qué de las banderas de colores y negras y, las manifestaciones que se dieron estos últimos meses.

Para llegar a este lugar, existen dos alternativas: desde Calama (121 km.) es una, y, desde San Pedro (95 km.) es la otra. Ambos caminos son de tierra, muy angostos en algunos tramos, de difícil acceso, y con empinadas pendientes, como las cuestas del Diablo o Chita. Otro de los atractivos de la zona es la altitud, de 4.321 metros, donde muchos turistas han sentido el rigor de la altura.

Pasadas las cinco de la mañana comienzan a expulsar, por varios ojos diferentes de los géiseres, violentos chorros de vapor de agua, sumándose al colorido suelo y el cielo despejado y azulado. La constante humedad en la zona hace que se desarrolle una vegetación herbácea, hospedando, además, a distintos animales y grupos de auquénidos en los alrededores y todo tipo de especies de aves.

Pero este año cambiaron las condiciones del paisaje. A las maquinarias existentes en el lugar, el 8 de septiembre en las inmediaciones de los géiseres comenzó a emanar un gigantesco chorro de vapor y agua, de alrededor de 60 metros, tras un error de los trabajadores en una de las válvulas del pozo nº 10.

Dieciséis días después, la Comisión Regional del Medioambiente (Corema) de Antofagasta ordenó la paralización de toda obra de prospección “hasta no contener la fuga y detectar los incumplimientos ecológicos”. Tras esto, se designó a un fiscal jefe adjunto, Cristián Aliaga Ayarza, quien junto a Policía de Investigaciones comenzaron a indagar los hechos en la zona. Finalmente, el 4 de octubre, GDN controló la emanación de vapor con la técnica de reinyección de agua para mitigar la columna.

Es por esto que los posibles daños medioambientales han comenzado a investigarse por parte de las instituciones respectivas. A las sanciones que puedan recaer por la Corema, también está lo que resuelva el Consejo de Defensa del Estado (CDE), la Dirección General de Aguas (DGA), el Ministerio Público y el Congreso. Aunque es indudable que esto se podrá comprobar en algunos años más.

Sin embargo, para la presidenta ejecutiva de Fundación Terram, Flavia Liberona Céspedes, quien conversó con Revista Percepción, precisó que por la conformación geotérmica sí existirá a futuro daño medioambiental. “Cuando se comienza a extraer este vapor, aunque lo reinyectes, desde otro lugar, están afectando toda una conformación subterránea que existe en el lugar de bolsones por donde corre agua, que genera esta belleza turística. Por lo tanto, lo que se debe averiguar es cuán fino fueron los Estudios de Impacto Ambiental que presentó (Geotérmica del Norte) de hidrogeología para saber cuánto iba a afectar. A priori, en la medida que se van sacando esto se va debilitando el lugar”.

Asimismo, para Carlos Aguilar Cruz, Consejero del Consejo del Pueblo Lickanantay, la intervención de este lugar “dañará la presión natural de los géiseres. Además, aquí nacen los principales ríos de la zona, como El Loa y Atacama, que alimentan y sostienen a los pueblos del desierto que van quedando, dado que ya se secaron pueblos enteros y los habitantes tuvieron que desplazarse a los centros mineros como Calama, en donde engrosan los cordones de pobreza a las afueras de la ciudad”.

Por otra parte, Flavia Liberona sostiene que es incierto “cuánto va a afectar la cantidad y calidad de agua, los géiseres y el mismo ecosistema. Las circunstancias de afectar a la flora y fauna se conocerán a futuro. Aquí se otorgaron permisos aún en contra de la gente”, advierte.

En la misma línea, el presidente del Consejo de Pueblos Atacameños, Julio Ramos, siempre tuvo la certeza que efectivamente estos trabajos provocarían un daño producto de una situación que es “anormal” dentro del mismo proceso natural. “Ojalá nos hubiéramos equivocado, pero veo con tristeza que siempre estuvimos en lo cierto, que sí se produjo ese daño y a lo mejor es un daño irreparable, producto que esto también afecta al desenvolvimiento normal del sector, probables contaminaciones de las napas subterráneas, cambios en los hábitat de las aves”, puntualizó a Radio U. de Chile.

Lo cierto, es que la incertidumbre de lo que pueda suceder a futuro con esta zona turística ha hecho reaccionar al Gobierno, a través de la ministra del Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, quien en su momento sostuvo que contrarían a expertos internacionales a fin de ayudar a dilucidar “aquello que es clave para la existencia futura de la geotermia en Chile: primero, cuáles fueron las causas que provocaron este lamentable suceso, de esta fumarola que no debería existir en El Tatio y, en segundo lugar, cuáles son las consecuencias”, indicó.

¿Irregularidad en Adjudicación?

Desde un comienzo la elección del Tatio como lugar para explorar y explotar dicho terreno por su condición geotérmica no agradó a las comunidades que administrar la zona. Siempre se creyó que este lugar no era adecuado para estos trabajos, por cuanto en Chile hay varias áreas con las mismas cualidades y utilizar este sector sería peligroso para su entorno y, por sobretodo, para el turismo y la economía de San Pedro de Atacama.

Tras el grave error las autoridades públicas en general han alzado una sola voz: el mal manejo de Geotérmica del Norte. Una de estas personas críticas fue la alcaldesa de San Pedro de Atacama, Sandra Berna, quien sostuvo en su momento que la empresa “no ha dado bueno resultados y no queremos que haga estos proyectos. Acá vamos a embanderar nuestros pueblos enteros, vamos a seguir haciendo manifestaciones, queremos que el Gobierno nos escuche nuestros argumentos”, acota.

De hecho, algunos senadores de la Comisión de Medio Ambiente, como el radical, Nelson Ávila, también criticaron el proyecto. El parlamentario recalcó que existen otros lugares con estas mismas condiciones a lo largo del país que podrían desarrollarse sin “necesidad de arriesgar el patrimonio existente del Tatio”. Por su parte, el senador independiente, Carlos Cantero, expresó que la institucionalidad medioambiental no acogió “en forma oportuna las demandas de la comunidad por el impacto. En este caso la institucionalidad ha sido un desastre porque ha reaccionado tarde”. En tanto, el senador UDI, Pablo Longueria, recordó que siempre se opuso a la realización de prospecciones en El Tatio, siendo “innecesario poner en riesgo uno de los principales atractivos turísticos del país”.

Pero quien cuestionó duramente tales trabajos fue la directora de Fundación Terram, Flavia Liberona. Según ella, debemos entender varios aspectos. “Primero, para hacer una exploración geotérmica se necesita un permiso, y este permiso lo otorga el Ministerio de Minería. Resulta que el secretario de Estado es presidente del directorio de Codelco y de Enap que son las empresas socias de Enel que posee un 49%. Por lo tanto, un ministerio le dio permiso a sus empresas para explorar en un lugar y eso ya es irregular. Segundo, después se necesitaban los permisos medioambientales. ¿Con qué fuerza van a trabajar los servicios públicos de tercer nivel cuando esto viene otorgado por el ministro de Minería, que además, es el presidente de las empresas?”, sentencia.

A su vez, Liberona entrega otro punto de gran relevancia y, poco analizado por las autoridades y los mismos medios. Este plan en un comienzo generaría 40 megas. Sin embargo, la matriz de Chile es sobre los 11 mil megas y la matriz del Interconectado del Norte Grande es del orden de los 3.500 megas. “O sea –sostiene Liberona- 40 megas es una cifra ridícula para destruir este lugar. Y, por lo tanto, lo que el Gobierno debiese investigar o los mismos parlamentarios, es para ¿qué se dio permiso por 40 megas?”

Revista Percepción, con el objeto de conocer todas las posturas, trató de entrevistar al ministro de Minería, Santiago González Larraín, pero una fuente de la secretaría nos argumentó “que el ministro no está hablando de este tema”.

Según varios miembros de comunidades locales, el principal objetivo de estos trabajos en los Géiseres del Tatio es la energía y el agua que podría ser entregada a las empresas mineras que se encuentran en la zona. Realizando una pequeña inspección en distintos mapas de la Región de Antofagasta, podemos apreciar que yacimientos de esta índole existen al menos cuatro: Chuquicamata, Mina Sur, Radomiro Tomic y Mina El Abra. Cabe destacar también, que las ampliaciones que se están efectuando en la minera estatal a futuro serán significativas y por ende, estos recursos mencionados poseerán gran importancia.

Sin embargo, lo sucedido en el Tatio he hecho reaccionar a varias parlamentarios quienes en una sesión en el Senado elaboraron un proyecto para nombrar a la zona como monumento nacional o santuario de la naturaleza. Aunque para Flavia Liberona esta figura de protección relativamente blandas y permitirían seguir realizando actividades económicas extractivas.

“La categoría de parque nacional, en cambio, es la protección más dura que tenemos y ahí creo que sería un avance declararlo. No obstante, ya conocemos casos en que empresas de otro tipo, pero de generación eléctrica, han vulnerado los derechos dentro de parques nacionales con autorización del Gobierno”, sentencia.

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  • 17/11/2009