El lado sucio del Carbón: los impactos en la Salud y el Medio Ambiente

Nuestra adicción mundial al carbón nos está matando y, además, está dañando irreparablemente nuestro planeta. Cada año cientos de miles de seres humanos mueren debido a la polución...


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Nuestra adicción mundial al carbón nos está matando y, además, está dañando irreparablemente nuestro planeta.

Cada año cientos de miles de seres humanos mueren debido a la polución del carbón. Otros cuantos millones alrededor del mundo sufren de ataques de asma y al corazón, hospitalizaciones y ausencia laboral. Y aquellos que se resisten al carbón, se enfrentan a la violencia y la represión.

Están proyectadas unas 1200 nuevas plantas termoeléctricas a carbón en el mundo. Si la totalidad de ellas fuesen construídas, quedaríamos condenados a décadas de emisiones peligrosas en nuestro aire y fuentes de agua, y se mantendrían los graves impactos sobre la salud humana. Esto sin contar el hecho de que las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas por estas centrales nos encaminarían hacia un cambio climático catastrófico, causando un incremento global de la temperatura de más de 5 grados Celsius para el año 2100.

Un naciente movimiento mundial está presionando a los gobiernos y otras instituciones a actuar para terminar con nuestra dependencia del carbón. En la Unión Europea se ha rechazado la propuesta de construcción de 109 plantas a carbón. En años recientes el gobierno chino prohibió los permisos de construcción en las tres importantes zonas económicas que rodean las ciudades de Beijing, Shangai y Guangzhou, adonde se emplaza hoy el 30% de la capacidad instalada de plantas termoeléctricas a carbón. Por otra parte, grupos de los Estados Unidos han logrado evitar la construcción de 179 nuevas plantas a carbón y más de 195 de ellas serán retiradas de circulación.

Instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y el Banco Europeo de Inversiones han adoptado políticas que restringen o eliminan el apoyo a centrales a carbón. EEEUU y varios países europeos también han promulgado prohibiciones para financiar proyectos a carbón en el extranjero, salvo en circunstancias excepcionales.

Al tiempo que el movimiento para parar al carbón está creciendo, la industria del carbón no descansa en su afán por extraer y quemar más carbón. Debemos unir nuestros esfuerzos para terminar con el uso del carbón.


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