
“Efecto salmonera” perjudica patrimonio cultural de Chiloé
Según algunos representantes de la cultura chilota, la industria del pez naranjo es uno de los impedimentos para un buen desarrollo de los nuevos proyectos del Consejo de Monumentos Nacionales. Hablan Nivia Palma y Bárbara de Vos. La Nación 13 de septiembre de 2007.
El pasado martes mientras un grupo de padres esperaba tranquilamente que llegaran las autoridades del Consejo de Monumentos Nacionales, desde la capital, para dialogar con la comunidad, un grupo de raperos, de zapatillas con caña y gorros con el signo NY en la visera, tomaban el sol sobre las bancas de la plaza de Ancud.
Media hora más tarde, ya instalados en una sala del museo de la ciudad, Felipe Montiel -director del museo de Castro-, levantaba la mano para decir que "la llegada de la industria salmonera ha perjudicado a Chiloé. El campo ya no se trabaja y los jóvenes han perdido su identidad, han preferido buscar opciones en las salmoneras, y las tradiciones de la isla se han perdido".
Pero el propósito de la visita del Consejo de Monumentos Nacionales, encabezado por Nivia Palma -directora de la Dibam- es otro: "Hemos venido a evaluar el estado de avance de los proyectos que hemos ido aprobando, con la intención de acercarnos a la comunidad y sus diferentes representantes". Palma se refirió al procedimiento de restauración de las 16 iglesias chilotas Patrimonio de la Humanidad.
La visita de las autoridades que se extenderá hasta hoy, ha permitido ver el real estado de las iglesias patrimoniales, a pesar que en la isla existen un total de sesenta. Pero además, el viaje ha implicado la descentralización de las actividades del Consejo de Monumentos Nacionales, creado en 1925, y que este año es la segunda vez que realiza su sesión fuera de Santiago (efectuada ayer en Castro); la vez anterior fue en la Cuarta Región.
Palma resaltó en la reunión con el presidente de la red de cultura de la isla, Armando Bahamondes, que "el problema de la falta de participación de la comunidad y la pérdida de identidad implica crear proyectos, como uno que existe para el Bicentenario que consiste en rescatar la memoria de los pueblos. Lo que el consejo puede hacer es proteger los lugares históricos, pero cambiar el rumbo de la economía es imposible".
En relación al tema de la propagación de las empresas salmoneras en la zona, y cómo éstas han influido en la comunidad, y en el mismo patrimonio, ayer en Quinchao, Bárbara de Vos, directora del Museo Histórico Nacional, preguntó a otros integrantes: "Sería interesante que esa empresa cercana al pueblo apadrine la iglesia que necesita ayuda". Hernán Pressa, director de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé, respondió en el momento que: "Mi opinión es bastante crítica, porque creo que existe claramente una dicotomía total entre patrimonio e industria acuícola".
Mientras que la abogada, Ximena Silva, representante del Consejo de Defensa del Estado (CDE), quien estará hasta el viernes para reunirse en terreno con integrantes de las empresas dedicadas al cultivo del salmón afirmó que "Vamos a hacer una visita en terreno para ver si hay daño ambiental o no, porque el CDE es el titular de la acción y reparación de daños ambientales, y si constatamos alguno, el consejo puede pedir judicialmente que se repare"