El norte de los salmones
By Terram Communications

El norte de los salmones

La empresa Openseas, vinculada a la familia Fischmann, planea construir el primer centro de cultivo de salmones en Tongoy. El polémico proyecto aún no tiene luz verde de la Conama, pero preocupa a pescadores artesanales, autoridades y gerentes de proyectos turísticos como Puerto Velero. Piden estudios de impacto ambiental y no beneficiar un sector a costa de otros. La Nación 23 de septiembre de 2007.

La INDUSTRIA DE LAS OVAS DE ORO LLEGA A LA IV REGION
 
Delia Pizarro tiene 41 años y vive del cultivo del ostión hace dos décadas. Es dirigente del gremio de pescadores y buzos mariscadores de Tongoy y una preocupación le ronda hace semanas: el primer centro de cultivo de salmones en el Norte Chico se instalará en el balneario de arenas blancas y principal productor de ostiones del país. Cuenta que como gremio de pescadores no se oponen a la instalación de nuevos cultivos, pero aclara: "Debe hacerse un estudio previo de las condiciones. ¿Quién asegura que estos nuevos cultivos no traerán enfermedades a los ostiones y a otras especies que viven en este ecosistema?".

Es la misma pregunta que se hacen los más de 300 pescadores artesanales de la zona y sus familias.

Aunque tradicionalmente la actividad salmonera se ha concentrado en lagos y bahías del sur del país, en las regiones X y XI, un proyecto privado derribó fronteras y abrió las posibilidades para que este próspero negocio se expanda hasta la Región de Coquimbo. El centro de engorde offshore (fuera de costa) de peces salmónidos se tramita hoy en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, bajo la tutela de la Comisión Nacional de Medio Ambiente de la IV Región, y en su peak producirá 6.612.840 kilos de salmón del Atlántico, salmón del Pacífico y trucha arco iris.

El proyecto, a cargo de la Sociedad Acuícola Openseas, vinculada a la familia Fischmann propietaria de San Alfonso del Mar , contemplará una inversión de 2.385 millones de pesos y se emplazará en una superficie de 50,8 hectáreas de mar, alejada del borde costero, pero al norte de Punta Barnes y de la península de Tongoy (ver infografía). Una zona que ha experimentado un importante desarrollo turístico e inmobiliario en los últimos años, con proyectos como Puerto Velero o Club Playa Blanca.

De acuerdo a la declaración de impacto ambiental presentada por la empresa en abril, la accesibilidad al lugar está determinada por la necesidad de desplazamientos requeridos para el transporte de personal e insumos desde y hacia el centro de cultivo, "por lo que el movimiento se realizará vía marítima principalmente entre la zona de embarcadero en Tongoy o bien el muelle de Guanaqueros y el área de cultivo".

El informe despierta las suspicacias de quienes trabajan en la zona. "El documento no responde con todos los requisitos para la instalación del proyecto, como contar con estudios de corrientes más acabados. Eso es fundamental para saber dónde va a derivar el componente orgánico de los salmones", reclama Delia.

INMOBILIARIAS EN ALERTA

El temor de que se concrete el crecimiento del sector en esta zona del país no sólo proviene de los pescadores artesanales que aún no conocen los efectos que podría tener la industria sobre su fuente de trabajo. Empresarios de conocidos centros turísticos, tampoco miran con buenos ojos el cruce de intereses de la familia Fischmann.

"La familia Fischmann tiene el proyecto de desarrollo turístico San Alfonso del Mar y pretende hacer un desarrollo inmobiliario al norte de Serena Golf. Pero sus instalaciones de cultivos de salmones no están en la V Región, al frente de ellos, ni al norte", comenta el administrador de un proyecto inmobiliario que teme por el posible impacto del centro salmonero.

Quien también plantea algunos reparos, es Rodrigo Puelma, de Puerto Velero. El empresario dice que antes de autorizar el proyecto salmonero se debe realizar un estudio de impacto global de la zona. "Hay humedales, zonas turísticas, playas naturales, desarrollo de ostiones habilitados. Pero, por favor, no los sigan agrandando, porque nos vamos a quedar sin desarrollo inmobiliario. Por favorecer a un sector estamos perjudicando a otro. Esto no debiera estar ahí; cualquier corriente, sea norte o sur, puede producir un quiebre de las jaulas y va a arrasar con todo, complicando el ecosistema".

Rodrigo Martínez, gerente residente de Club Playa Blanca, aclara que no están en contra del desarrollo acuícola en la zona, "pero si acarrea algún problema de contaminación, obviamente no estamos de acuerdo. La playa grande de Tongoy se deterioró por el cultivo de ostiones y es un tema a considerar".

CUANDO EL RÍO SUENA

Según el cronograma de Openseas, este mes debía comenzar la construcción del centro de engorde de salmones. Sin embargo, ésta fue congelada al menos hasta febrero del próximo año. Marcelo Gamboa, director de la Conama de la IV Región, explica que hubo un proceso de evaluación y los servicios con competencia ambiental solicitaron aclaraciones a Openseas. "La empresa suspendió el proceso de evaluación para preparar la respuesta a los organismos". Gamboa admite que está consciente que es un "proyecto complejo" que requiere que los posibles afectados puedan realizar observaciones. "Estamos preocupados porque genera hartas dudas en la comunidad. Y por eso le solicitamos ayuda al gobernador y asesoría técnica a la Conama de la X Región".

El biólogo marino a cargo del estudio ambiental de Openseas, Pablo Mackenney, asegura que es factible cultivar salmones en aguas cálidas, como las de la IV Región. Con todo, antes de la puesta en marcha del proyecto se realizará un conjunto de pruebas piloto a nivel experimental, que determinarán la viabilidad técnica necesaria para llevar a cabo esta iniciativa. Para asegurar el éxito del negocio, en los próximos días el proyecto será vendido a una conocida salmonera con experiencia en el rubro. Rodrigo Infante, gerente general de SalmonChile, admite que no está al tanto de los detalles del proyecto y cuenta que en caso de prosperar, podría ser el puntapié inicial para la expansión de las salmoneras al norte del país.

Juan Alcayaga, director de Sernatur de la IV Región, cuenta que el último verano el turismo dejó un beneficio de 74 millones de dólares en la zona. Pese a ello, Tongoy no ha sido declarado zona de interés turístico, y por eso no es obligatorio hacer un estudio de impacto ambiental. "Confío que la Conama será rigurosa en preservar la zona para el turismo. Sabemos que hay muchos escapes de las jaulas de los salmones. Estamos al tanto de lo que ha pasado en la zona sur del país y no quisiéramos que se repita en nuestra zona. Comparto totalmente los temores de la comunidad. Cuando el río suena es porque piedras trae ".

La planta por dentro
 
Un aspecto que distingue la iniciativa respecto de otras en el sur es que se utilizarán sólo estructuras flotantes, incluyendo bodegas, planta de agua potable y servicios higiénicos. Además se usarán servicios de terceros para la mayoría de las actividades no relacionadas directamente con el proceso productivo, como retiro de mortalidad, abastecimiento de alimento e insumos, retiro y lavado de redes, entre otras.

Junto con las jaulas marinas, el proyecto contempla instalar una bodega flotante, tipo oficina, que contará con baño, comedor con cocina y sala de estar. Durante la operación del centro de cultivo se contará con seis trabajadores: un jefe de centro, un técnico asistente y cuatro operarios, incluidos dos buzos para las labores de operación y mantención.
 
 

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  • 23/09/2007