La batalla de Punta de Choros
By Terram Communications

La batalla de Punta de Choros

Un lugar conocido por sus playas vírgenes y por la diversidad de su flora y fauna hoy se ve amenazado por tres proyectos termoeléctricos. El Mercurio, 14 de marzo 2009.

Cuando Antonio Rojas llegó hace cuarenta años como buzo mariscador a Punta de Choros, una pequeña e inaccesible caleta que enfrentaba las islas Choros, Damas y Gaviota, sólo existían cinco casas, no había luz y el agua debían traerla en burro desde un lejano pozo. En esa época fue contratado por una pesquera para extraer una codiciada riqueza que se escondía bajo el mar: el loco.

Al igual que él, mariscadores de todo el país comenzaron a explotar el loco en esta zona, que se convirtió en una verdadera mina de oro para los pescadores artesanales. La caleta lentamente empezó a prosperar, aunque para llegar a ella había que hacerlo en bote o en tractor por las dunas. Como muchos otros pescadores, Antonio se enamoró de este lugar de aguas turquesas y playas vírgenes, echó raíces, se casó y formó una familia. Allí se quedó para siempre.

Con el fin de proteger la fauna y flora y evitar la explotación indiscriminada de los recursos, el Gobierno convirtió este lugar en una reserva nacional. Hoy a Antonio Rojas, al igual que a la mayoría de los pescadores de Punta de Choros, le han dado áreas de manejo para cuidar la extracción de este marisco, y la comunidad actúa organizada para proteger su principal fuente de recursos.

Pero en la actualidad no sólo de locos viven en la caleta. Cuando hace aproximadamente quince años comenzó a correrse la voz de que en las proximidades de Punta de Choros se encontraban playas deshabitadas, de arena blanca, y en las profundidades del océano un paraíso para buceadores, los caminos mejoraron y nació el turismo.

Desde entonces, la vida les cambió a los lugareños. Los turistas comenzaron a invadir la zona en verano y muchos pescadores aprovechan sus embarcaciones para llevar a los visitantes a las islas. Ahí se pueden admirar delfines, pingüinos y lobos de mar. Antes de que se declarara este lugar como Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, esta zona recibía aproximadamente 300 turistas al año. Hoy recibe 25 mil visitas, lo que ha resultado una fuente de ingresos importante para las familias del lugar. Por cada viaje a Isla Damas, los pescadores cobran siete mil pesos por persona. Hoy, Punta de Choros es un pueblo con restaurantes, cabañas para arriendo, sitios de campings, y consta de varias manzanas con todos los servicios básicos.

Sin embargo, los pobladores temen que este escenario cambie con la construcción de tres centrales termoeléctricas en las proximidades de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.

Aunque los proyectos de las plantas existen desde 2007, los lugareños se quejan de que fueron informados cuando todo estaba "cocinado". "Ahora ya es demasiado tarde. No sabemos qué hacer, no queremos que se pongan esas cosas ahí, van a destruir el turismo y tenemos miedo de que liquiden los locos", dice Antonio Rojas.

La caleta de Punta de Choros no es la única que se verá afectada. Las comunidades de Chungungo, Totoralillo Norte y Caleta Hornos también están dentro de la zona de impacto ambiental, y sus habitantes se han movilizado para llamar la atención de las autoridades y de la opinión pública. En Caleta Hornos y en Punta de Choros han realizado acciones de fuerza, como tomarse la carretera por algunas horas y efectuar marchas de protesta en La Serena.

Un ataúd al mar

Entre 2007 y 2008, tres proyectos termoeléctricos en la costa de la Cuarta Región entraron al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Codelco, la Compañía Minera del Pacífico (CMP) y Suez Energy propusieron la construcción de generadoras de electricidad a través de la combustión de carbón, un producto altamente contaminante. Una cuarta empresa, ubicada al interior de la misma comuna, ya comenzó su construcción: se trata de la termoeléctrica de Barrick, que funcionará con petróleo diésel y cuyo fin es asegurar el suministro de energía a Pascua Lama.

Las tres grandes centrales se ubicarían a 60 kilómetros al norte de La Serena: Farellones, de Codelco, en Totoralillo Norte; Cruz Grande, de CMP, en la bahía de Chungungo, y, un poco más al norte, Barrancones, perteneciente a Suez Energy. Esto es a poca distancia de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt y en las proximidades de las caletas. Los pescadores de Totoralillo Norte, conscientes de esta amenaza y en un gesto simbólico, lanzaron un ataúd al mar como signo de la muerte de la pesca artesanal. A fines del año pasado Codelco retiró su proyecto y hoy son dos las termoeléctricas que siguen en carrera.

Aunque las empresas proponen plantas equipadas con lo último en tecnología para hacer el proceso más limpio y planes de mitigación de impacto, los comuneros del pueblo de Choros, en el interior, y de la caleta de Punta de Choros, en la costa, se organizaron para enfrentar juntos a las generadoras a carbón. Muchos de los pescadores de Chungungo, en cambio, no se oponen porque preven mejoras económicas con la llegada de la Central Barrancones.

Los ambientalistas, biólogos y pescadores artesanales se quejan de que las centrales funcionarán las 24 horas del día y la contaminación de sus chimeneas puede saturar la zona. Uno de los puntos que más inquietan a quienes se oponen a las centrales tiene que ver con el fenómeno climático de la camanchaca. Un informe entregado por Enviro Modeling Ltda. al seremi de Salud indica que la neblina atraparía los gases tóxicos que emanen de las plantas y podrían transformarse en garúa ácida. Este punto no ha sido considerado por ninguna de las empresas en sus estudios de impacto ambiental.

Los ejecutivos de Suez Energy, que invertirá mil cien millones de dólares en Barracones, no quisieron responder a estas acusaciones. En su página web entregan una presentación llamada Ética y Valores y una carta del medio ambiente en la cual el Director General de Suez, Gerand Mestrallet, señala: "la carta del medio ambiente nos recuerda que el respeto por el entorno forma parte de la esencia de nuestra filosofía y estrategia". Luego agrega que el grupo se sirve de los métodos y de las técnicas económicamente viables más adecuadas para reducir al máximo los daños causados al medio ambiente, mejorar la protección de la naturaleza y apoyar el desarrollo sustentable.

Impacto no medido

La mayor preocupación de los científicos es que no bastan las buenas intenciones, ya que el impacto que provocarán las termoeléctricas en conjunto no ha sido declarado en los informes, y por ello la Comisión Nacional de Energía encargó a la Universidad Católica del Norte un estudio sobre los posibles efectos de la suma de las centrales. Éste fue redactado por el decano de la facultad de Ciencias del Mar, Julio Vásquez, junto con otros biólogos y expertos en la materia. Las plantas contemplan la succión de agua para el enfriamiento del vapor a 100 metros de la costa y a 10 metros de profundidad. Luego de utilizar el agua, se arrojará al mar con una temperatura entre seis y diez grados mayor a la del océano. La cantidad total extraída al día será de aproximadamente dos millones 600 mil litros, y en un año equivaldría a casi dos veces el volumen del lago Rapel. Con respecto a este punto, el informe afirma: "Existe consenso a nivel mundial en que la succión de las aguas de enfriamiento genera los siguientes impactos: atrapamiento de organismos por los sistemas de filtración de los procesos de aducción, arrastre de larvas, huevos, esporas, organismos que no sobrevivirán al paso por el sistema de enfriamiento".

La bióloga marina Débora Schiappacasse explica que esa zona en particular se caracteriza por una gran productividad larval que sustenta las áreas de manejo, y por esa razón Punta de Choros, Chungungo, Caleta Hornos y Totoralillo Norte son tan productivas. "Con este procedimiento se romperá el primer eslabón de la cadena alimentaria y las consecuencias pueden ser nefastas", opina la experta.

El biólogo Fabián Jaksic, profesor de ecología de la U. Católica, afirma que devolver grandes cantidades de agua en un estado físico y químicamente distinto al habitual altera las condiciones de vida de los organismos. "Verter agua tanto más caliente en un área como ésta afectará mucho, porque la descarga se realizará dentro de una bahía donde hay influencia de movimientos de masas de aguas que hacen recircular el líquido", dice Jaksic.

Con respecto al impacto de los contaminantes el informe de Enviro Modeling Ltda. concluye que las plantas liberarán vapores tóxicos desde sus chimeneas y que las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) serán superadas en las localidades de Estancia Chungungo y La Higuera. Además se especifica que según la OMS, el material particulado emitido por las centrales que utilizan carbón bituminoso contiene sustancias tóxicas cancerígenas para la vida humana y animal que provocan la muerte.

Débora Schiappacasse explica que la emisión de una central termoeléctrica equivale a un millón y medio de vehículos liberando esmog. "Además, en esta zona hay un fuerte desarrollo del cultivo de olivos, cuya producción se verá afectada", concluye.

Por ello, los empresarios turísticos, los agricultores y los pescadores que han invertido en turismo están temerosos. "Quién va a querer venir a respirar mugre. El turismo aquí va a morir", dice Antonio Rojas.

entre la espada y la pared

Un cuestionamiento fuerte de parte de la comunidad ha sido la forma de actuar de los representantes de las empresas. Marcelo Godoy, pescador artesanal y concejal recién elegido, ha vivido siempre en La Higuera y trabaja en Totoralillo Norte junto a 34 compañeros y familiares. Afirma que las tierras en las que ellos operan como pescadores pertenecen al Estado y fueron arrendadas a Codelco con derecho a compra. Además, sus áreas de manejo, renovables cada cuatro años, vencían en diciembre y cabía la posibilidad de que no se las volvieran a otorgar para favorecer a la empresa. El estudio de impacto ambiental de Farellones afirmaba que la localidad estaba deshabitada; sin embargo, Godoy explica que aunque trabajan allí; no pueden vivir por falta de servicios básicos. "No existen baños y el agua hay que llevarla en bidones".

Godoy cuenta que en febrero de 2008 los pescadores se vieron presionados a negociar porque Codelco los ató de pies y manos. "Nos dijeron que el Gobierno no nos iba a renovar las concesiones porque había un estudio de la Fundación Chile que indicaba que Totoralillo Norte estaba contaminado con arsénico, plomo y cobre porque era un puerto de desembarque. Entonces muchos aceptaron llegar a un acuerdo económico para no quedarse sin pan ni pedazo, y eso implicaba a la vez abstenerse de hablar contra las termoeléctricas", explica Marcelo Godoy.

Los pescadores fueron asesorados por los abogados Alex Quevedo y Lorenzo Soto (los mismos que entablaron las demandas contra Celco en los casos del Río Cruces y Mataquitos). La inminente instalación de la Central a metros de su caleta hizo que Marcelo y sus compañeros negociaran con Codelco en base a la productividad de la bahía y el dinero que dejarían de recibir, además de la desafectación de 120 metros de sus áreas de manejo para la construcción del muelle de la termoeléctrica. Aun cuando los términos económicos del acuerdo fueron confidenciales, la comunidad está al tanto de su existencia.

A pesar de las promesas de compensación económica, Marcelo se siente pasado a llevar: "Nos obligaron a negociar porque estábamos entre la espada y la pared", cuenta.

Aunque el proyecto de Codelco fue retirado del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, los gremios de Caleta Hornos y Totoralillo desconfían de que sea algo definitivo. Mientras tanto, quienes negociaron con la empresa esperan una indemnización comprometida por contrato.

Un intenso lobby

Como Totoralillo, la localidad de Choros también se ha organizado, aunque con más recursos. Ahí nació el Modema (Movimiento en Defensa del Medio Ambiente), que lucha fervientemente para detener la aprobación de estas termoeléctricas.

La presidenta del movimiento, Rosa Rojas, empresaria turística en la zona, ha sabido ganarse el apoyo de la gente. Dice que al principio nadie se involucraba, hasta que apareció un reportaje en la televisión. "La gente entendió lo que se venía gracias al programa de Sergio Nuño, porque la cosa visual es muy fuerte. Eso despertó a muchas personas". Rosa Rojas dice que se reunió con la ministra de Medio Ambiente, con parlamentarios, con la Corema y los seremis. Tiene adherentes en Santiago y afirma que se ha comunicado con Douglas Tompkins para solicitarle su apoyo. "No queremos apoyo económico, no hemos recibido un peso de nadie", explica Rosa. Agrega que para financiar el movimiento han vendido empanadas y postales. "Hemos logrado la colaboración de gente que se inscribe y paga mil pesos, e incluso sacamos plata de nuestro bolsillo. ¡Internet nos ha servido muchísimo!", dice.

En la comuna de La Higuera, las empresas también realizaron un intenso lobby. Se reunieron con el ex alcalde Miguel Torres, la Conama y la comunidad para dar a conocer sus proyectos y los beneficios que traería al país. Durante una visita a fines de 2008 con los miembros de la COREMA de la Cuarta Región, al lugar donde se levantará la Central, los ejecutivos de Suez Energy se comprometieron a apoyar a la comunidad en el marco de la responsabilidad social empresarial.

Sin embargo, los vecinos no están conformes con su actuación, acusan a las termoeléctricas de comprar sus conciencias, ya que ofrecieron pintar los consultorios y donar los regalos navideños para los niños, entre otros beneficios.

Sin embargo, la comunidad se siente invadida por las empresas. "Traen a los biólogos, a los abogados, a los sociólogos que saben tratar con las personas, les hacen regalos", se queja Rosa Rojas. William Ahumada, pescador de Caleta Hornos, cuenta que ellos viven sin mayores preocupaciones, tienen una vida sana y de un día para otro llegaron ejecutivos prometiéndoles el cielo. "Muchos caen en la tentación de aceptar lo que les ofrecen, por eso nos preocupamos. Cómo nos vamos a quedar tranquilos si nuestro sistema de vida puede cambiar para siempre", concluye William.

*Proyecto académico de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Catòlica de Chile.

Contaminación en Chile

Las emisiones de Chile crecerán 400% entre 2005 y 2020, con lo que se ubicará en el top one de los países más contaminantes de la región. En estos momentos hay quince termoeléctricas repartidas por todo el país que esperan la aprobación del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. La Cuarta y Quinta Región concentran la mayor cantidad de ellas. Esto disparará la cifra, que hoy está a un nivel de casi cinco toneladas de CO2 anuales por habitante.

Termoeléctricas:

CENTRAL TERMOELÉCTRICA CRUZ GRANDE
PROPIETARIO: Compañía Minera del Pacífico.
INVERSIÓN: US $460 millones.
PRODUCCIÓN ENERGÉTICA: 300 MW
MANO DE OBRA: 1.140 en construcción.

CENTRAL TÉRMICA FARELLONES (retiró temporalmente el proyecto)
PROPIETARIO: Codelco.
INVERSIÓN: US $ 1.100 millones.
PRODUCCIÓN ENERGÉTICA: 800 MW
MANO DE OBRA: 1.236 personas para su construcción; 60 en funcionamiento.

CENTRAL TERMOELÉCTRICA BARRANCONES
PROPIETARIO: Suez Energy.
INVERSIÓN: US $ 1.100 millones.
PRODUCCIÓN ENERGÉTICA: 600 MW
MANO DE OBRA: 1.532 en construcción; 70 en funcionamiento.

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  • 15/03/2009