
Mineras temen que caso de Reserva Las Vicuñas afecte inversión en exploraciones
Presidente de la Sonami, Alfredo Ovalle, advierte efectos. El anuncio de la ministra de Medio Ambiente sobre requerir un Estudio de Impacto Ambiental para realizar sondajes en áreas protegidas puso en alerta al sector. El Diario 14 de septiembre de 2007.
Preocupación causó entre las empresas mineras las declaraciones de la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, quien anunció el lunes que pedirá al Consejo de Ministros de Conama, uniformar el criterio para realizar actividades productivas en áreas protegidas.
La propuesta -que obligaría a presentar un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para realizar exploraciones mineras en lugares como parques nacionales, reservas, áreas de preservación ecológica, santuarios y monumentos naturales- podría convertirse en un freno para las exploraciones, según los empresarios. “Tememos que si se cambia el criterio y ahora se pide un estudio, va a haber mucho menos exploración minera en Chile, porque se pedirá algo que es más complejo, sin que la empresa tenga la certeza de que va a encontrar un verdadero yacimiento”, dijo el presidente de la Sociedad Nacional de Minera (Sonami) y de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfredo Ovalle.
La polémica surgió a fines de julio cuando los parlamentarios de la bancada verde cuestionaron la resolución de la Corema de la I Región que autorizó a Minera Vilacollo –filial de Copec y Rio Tinto– para hacer sondajes en la antigua mina Choquelimpie, ubicada en una reserva nacional a 4.800 metros de altura en la zona de Parinacota.
El lunes Uriarte dijo no estar de acuerdo con la aprobación a través de una DIA (Declaración de Impacto Ambiental) y que, a su juicio, la iniciativa debió haber sido sometida a un EIA. Por lo mismo, pidió a Conama revisar la autorización.
Al respecto Ovalle recalcó que incluso en áreas colocadas bajo protección oficial, lo habitual es que la Conama requiera de la entrega de una DIA. “Un Estudio de Impacto Ambiental es necesario cuando se pretende iniciar una explotación minera, pero no cuando se trata de exploración, cuando no se sabe si se va a encontrar un yacimiento, porque esto se transforma en una barrera y un riesgo”, sostuvo, y agregó que “esto podría hacer más difícil la llegada de nuevos inversionistas para hacer exploraciones en Chile”.
Un ejecutivo de una trasnacional minera agregó que existe “una absoluta desproporción entre lo que se necesita hacer para un sondaje y el tiempo y recursos que significa un estudio de impacto ambiental”.
Otro profesional añadió que realizar una línea base puede tomar un año, según la biodiversidad de un lugar, y que su aprobación fácilmente implica un tiempo similar. “Eso no se condice con el impacto menor de una exploración minera”. “Estoy seguro que estas empresas si finalmente encuentran recursos para explotar, presentarán un EIA con todos los resguardos del caso para que no se perturbe la calidad de reserva nacional, pero no se puede pedir eso en la fase de exploración donde el impacto es mínimo”, afirmó Ovalle.