
Nuevo estudio en Science refuerza urgencia de reforestación sostenible y cuestiona compromisos globales
Un nuevo estudio científico publicado esta semana en la revista Science pone cifras actualizadas –y más precisas– sobre el potencial real que tiene la reforestación como herramienta climática. Los resultados son claros: restaurar bosques en superficies disponibles de manera sostenible podría ayudar a almacenar hasta 39,9 gigatoneladas de carbono de aquí a 2050. Esto equivale al 63% del sumidero anual de carbono de la última década. Fuente: El Mostrador, 2 de septiembre de 2025.
El área global disponible para esta restauración alcanza los 389 millones de hectáreas, un territorio similar al tamaño de India. Pero el estudio también advierte: el potencial real es menor al estimado en evaluaciones previas, y solo será efectivo si va acompañado de políticas inteligentes, financiamiento justo y, sobre todo, protección de los bosques existentes.
Sudamérica emerge como la región del continente con mayor potencial sostenible para plantar árboles, concentrando áreas que antes fueron deforestadas. Solo Brasil representa una quinta parte del total mundial disponible para la restauración forestal, lo que lo posiciona como un actor central de cara a la próxima COP30, que se celebrará en Belém en noviembre.
El estudio refuerza lo que organizaciones científicas y políticas vienen señalando: detener la pérdida de bosques es tan importante como plantar nuevos. Según los investigadores, frenar por completo la deforestación hasta 2030 podría evitar casi tres veces más emisiones que los compromisos actuales de forestación.
En ese marco, el anuncio de Brasil de lanzar el Tropical Forest Forever Facility (TFFF) durante la COP cobra especial relevancia. Este mecanismo de financiamiento busca premiar a los países que logren reducir la deforestación, pero su eficacia dependerá de que esté diseñado con criterios de equidad, alertan los científicos.
Desequilibrios y deuda histórica
Aunque América del Sur concentra gran parte del potencial global, los compromisos de forestación en la región siguen siendo limitados. En contraste, países africanos con menos superficie disponible están cargando con una parte desproporcionada del esfuerzo, señala el estudio.
La publicación también pone en entredicho las promesas actuales: de los 230 millones de hectáreas comprometidas para reforestación hasta 2030, solo la mitad corresponde a tierras disponibles de manera sostenible. Y al considerar factores como biodiversidad, seguridad alimentaria y recursos hídricos, la superficie realmente viable es entre la mitad y dos tercios de lo que se estimaba previamente.
Europa, por ejemplo, concentra una cuarta parte del área disponible para reforestación, pero solo ha prometido plantar árboles en el 13% de esa superficie. En contraste, regiones tropicales –donde el potencial es mayor, pero la capacidad financiera es menor– siguen esperando transferencias justas de recursos.
El estudio de Science llega apenas días después de la reunión de los países amazónicos bajo la OTCA, donde se reiteró que, sin financiamiento internacional sostenido, los objetivos de restauración y reducción de la deforestación serán imposibles de cumplir.
Esta convergencia entre ciencia y política regional puede convertirse en un punto de presión clave en Belém, donde los países sudamericanos exigirán a las potencias del norte responsabilidad compartida y compromisos financieros reales.
“La protección de los bosques existentes y la restauración de ecosistemas deben ir de la mano. Pero sin apoyo económico, los países tropicales no podrán avanzar sin sacrificar seguridad alimentaria o ceder a presiones extractivas”, señala el estudio.