
Salmonicultura: empleo y nuevo modelo productivo
Columna de opinión de Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram, publicada en diaro La Estrella de Chiloé el 03 de septiembre de 2009.
La industria salmonera ha funcionado en los últimos veinte años con regulaciones poco rigurosas y prácticamente nula fiscalización del Estado, situación que ha quedado al descubierto desde que se desató la crisis sanitaria del sector. Tras la crisis, el Ejecutivo fue el primero en apoyar a las empresas a través de diversas iniciativas, entre ellas la Mesa del Salmón, cuyo corolario es la modificación a la LGPA, que pretende posibilitar un reordenamiento de la actividad en términos territoriales en el sur del país. Sin embargo, el gobierno no ha manifestado la misma preocupación por los trabajadores del salmón, 20.000 de los cuales han perdido su empleo.
La rapidez con la que se expandió el virus ISA fue posible por la alta concentración en los cultivos, lo que llevó a la industria a repensar su tradicional manera de producir. La “solución” propuesta fue expandir el área geográfica de los cultivos, cuestión que llevó a mirar a Aysén y Magallanes.
Por eso, resulta curioso que los empresarios del sector insistan en prometer que recuperarán el nivel de producción y de empleo previos a la crisis. La actividad podría repuntar en el mediano plazo, pero nunca volverá a los niveles previos a la crisis. El empleo se trasladará más al sur y será menor.
Ante esta realidad, gobierno y empresarios del sector deben asumir su responsabilidad, dejar de lado las verdades a medias y, en lugar de presionar por una pronta aprobación, por una vez darse el trabajo de explicar las implicancias de este nuevo modelo de producción, tanto en el ámbito sanitario, como ambiental y laboral. El proyecto de ley que tramita el Parlamento, con suma urgencia, debe ser entendido a cabalidad por todos. Es hora de abandonar el falso argumento del empleo para apurar una Ley que sólo favorecerá ciertos intereses económicos, no resolverá los problemas ambientales y sanitarios de largo plazo, ni beneficiará a las miles de familias que han quedado sin sustento.