
Varazones de fauna marina ya superan a todas las de 2018
Contaminación del océano y cambio climático afectarían las poblaciones de especies, según los expertos. Fuente: El Mercurio, 13 de agosto de 2019.
Una masiva varazón de krill, fuente de alimento de diversas especies del ecosistema marino en la Antártica, así como el sucesivo hallazgo de delfines muertos en sectores costeros de Antofagasta han generado preocupación respecto de un fenómeno en expansión que influye en la mortandad de la fauna marina.
Según datos del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), obtenidos vía Transparencia, la entidad registra en los primeros meses de 2019 la varazón de 463 ejemplares de mamíferos marinos, entre los que figuran cetáceos del tipo marsopas, cachalotes, ballenas, delfines y lobos marinos, entre otros. El registro supera con creces el varamiento de 417 ejemplares en todo 2018.
Sin embargo, la cifra resulta aún mayor sumando los casos de tortugas marinas y pingüinos, con 627 ejemplares afectados entre enero y junio de este año, según detalla Mauricio Ulloa, encargado del área Rescate y Rehabilitación de Fauna Marina del Sernapesca. ‘Se ha notado un aumento sustancial. De hecho, el 2017 tuvimos cerca de 800 varamientos (incluye tortugas, mamíferos y pingüinos) y en 2018 fue muy parecido. Pero este año, hasta junio, va casi lo mismo, y aún queda un semestre en que podría aumentar al doble, con un aumento muy marcado que no esperábamos’, afirma el experto, para quien el cambio climático figura como una de las principales variables que hoy merman las especies en el océano.
‘(Las especies que) están acostumbradas a alimentarse cerca de la costa hoy deben ir mucho más lejos a ‘forrajear’. De esa manera causan orfandad de cachorros, como en el caso de pinnipedos (lobos marinos). Por otro lado, la contaminación de los mares está disminuyendo los recursos’, agrega Ulloa, sobre el daño causado por los desechos de plásticos en el mar.
El informe detalla otras 213 contingencias ambientales este año, entre las que se cuentan varamientos de especies como langostinos, jibias, sardinas y merluzas. Además de escapes de peces desde centros de cultivos y emergencias por marea roja, entre otros episodios.
Para Carlos Guerra, doctor en biología y director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA) de la U. Antofagasta, resulta hoy prioritario reducir el impacto ambiental causado por el hombre, considerando el efecto del cambio climático. ‘En el norte de Chile hemos tenido varias ballenas que han llegado muertas a la playa por ‘enmalles’, como ballenas jorobadas’, describe Guerra, sobre el daño en cetáceos causados por redes empleadas en la pesca.
‘Además, hay una disminución importante de muchas especies de aves que teníamos antiguamente, afectadas por la pesquería con palangre’, comenta el investigador, sobre la frecuente muerte de aves marinas enganchadas a los miles de anzuelos empleados en las artes de pesca. Otro impacto, advierte Guerra, consiste en la desaparición de tortugas marinas en la zona de bahías del norte.