
El plástico: de símbolo de progreso a pesadilla ambiental
Cada año, en Chile se generan hasta 25 mil toneladas de residuos plásticos. Expertos advierten sobre el impacto ambiental y llaman a una transformación urgente en el diseño y uso de este material. Fuente: Radio UChile, 3 de julio de 2025.
Lo que alguna vez fue sinónimo de progreso y modernidad, hoy representa uno de los mayores desafíos para el medioambiente. El plástico, creado para durar “toda la vida”, se ha transformado en uno de los materiales más contaminantes del planeta.
Así lo plantea Claudio Frey, docente de Diseño Industrial en Duoc UC sede Plaza Oeste y Magíster en Tecnologías de Diseño, quien advierte que la raíz del problema no es el material en sí, sino el mal uso que la sociedad ha hecho de él. “Es muy fácil responsabilizar a los materiales, pero el verdadero problema ha sido el mal uso que hemos hecho de ellos como sociedad”, afirma Frey.
Según cifras de la Biblioteca del Congreso Nacional, en Chile se producen entre 10 mil y 25 mil toneladas de desechos plásticos al año. Un volumen que parece imposible de reducir de golpe, dado el nivel de dependencia que existe hacia este material.
Frey recuerda que el diseño tuvo un papel clave en su masificación: “Cuando salió al mercado, era el sueño americano hecho realidad: un material que duraba toda la vida. Incluso se diseñaba para la obsolescencia, haciendo que los productos fueran desechables por tecnología o por moda”.
Aunque el ideal sería reemplazar el plástico por completo, el experto es enfático: “Es probable que puedan pasar más de 500 años antes de que logremos reemplazarlo del todo, y eso, si realmente hay voluntad desde los poderes económicos”.
Economía circular y diseño consciente
Hoy el enfoque se ha desplazado hacia la economía circular, promoviendo el reciclaje, la reutilización y el rediseño de productos. “Diseñar con materiales reciclados es una muy buena opción. Podemos generar innovación y valor, usando el material de forma más inteligente para la sustentabilidad del planeta y el más allá”, señala Frey.
Sin embargo, advierte que no todo reemplazo es sinónimo de solución: “El mejor ejemplo es la sustitución de las bolsas plásticas por bolsas de papel. Eso elevó la demanda de celulosa, subiendo el precio del papel higiénico más de un 400% y generando un daño ambiental por deforestación que aún no dimensionamos del todo”.
En un mundo que enfrenta una crisis ecológica global, el docente hace un llamado a repensar el rol del diseño: “Hoy debemos diseñar pensando en el planeta. El cambio es posible, pero solo si dejamos de diseñar para desechar y empezamos a diseñar para preservar”.