El Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) está en la cuenta regresiva para su entrada en operaciones, prevista para el próximo lunes 2 de febrero de 2026. A partir de entonces será el organismo estatal que integrará la gestión de las áreas protegidas terrestres y marinas del país, hasta ahora administradas por varios ministerios.

Entre las funciones del SBAP está la gestión del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), la implementación de instrumentos de conservación dentro y fuera de estas áreas, y la coordinación de acciones destinadas a resguardar el patrimonio natural del país. En palabras simples, su propósito es fortalecer la conservación de la naturaleza en Chile; de hecho, la ley por la cual fue creado (N°21.600, septiembre 2023) fue bautizada como “Ley para la Naturaleza”.

A cargo de liderar este desafío está Aarón Cavieres Cancino, quien fue nombrado a fines de septiembre pasado como Director Nacional del SBAP, tras pasar por el proceso de selección por la Alta Dirección Pública.

Cavieres Cancino, quien fue director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) entre 2014 y 2018, estará a cargo de un equipo que sumará unas dos mil personas, de las cuales casi 600 serán transferidas desde la Gerencia de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF; y otras 28 serán traspasadas desde la Subsecretaría del Medio Ambiente. A ellas se han estado sumando 950 nuevas personas contempladas en la ley para diversas funciones, entre ellas soporte (gestión de personas, administración y finanzas, área jurídica), junto con poco más de 500 cupos para contratación en modalidad de jornal transitorio.

Durante los poco más de dos meses que lleva como Director Nacional del SBAP, Aarón Cavieres tomó parte en el suspendido proceso de recalificación de sitios prioritarios, iniciado hace más de un año por el Ministerio del Medio Ambiente de acuerdo con lo establecido en el artículo octavo transitorio de la ley 21.600. Dicho procedimiento incluyó un extenso trabajo territorial para elaborar una lista de 99 sitios (divididos en tres macrozonas), una consulta pública (donde hubo más de dos mil observaciones), y un proceso de diálogo con diversos sectores del ámbito productivo y de la sociedad civil. Estos diálogos fueron conducidos por el SBAP, encabezado por su Director Nacional.

Aarón Cavieres, quien es ingeniero forestal de la Universidad de Chile y Master of Science in Forestry de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE. UU.), participó hace unas semanas en un encuentro organizado por el Centro de Estudios del Desarrollo (CED), donde expuso sobre los desafíos y oportunidades del SBAP ante un grupo de invitados del CED. Al finalizar esa actividad, conversó con País Circular sobre sus primeros meses en el cargo y los principales retos que vislumbra.

-¿Cuál es su evaluación tras estos primeros meses a cargo del SBAP?

Es una buena evaluación. Lo primero que quisiera destacar es el tremendo equipo del SBAP, se nota en el interés de la gente que está trabajando ahí, la motivación, la velocidad y la intensidad de trabajo, que es muy alta.

Todo el equipo SBAP está constituido a través de selección. Entonces, todas las personas que han llegado lo hicieron por los méritos propios de una experiencia larga. Estamos recibiendo gente muy preparada. Estamos, en alguna medida, trayéndonos las joyas de cada uno de los mundos, del privado y muchos del público.

Es decir, tenemos muy buen equipo y eso es una tremenda base, porque tenemos un desafío muy grande. El desafío es establecer este servicio, implementarlo adecuadamente con un conjunto de áreas e instrumentos a desarrollar que son muy significativos, muy relevantes para el país, pero que, además, requieren la articulación con muchos actores. O sea, parte de la impronta de este servicio es la articulación, el trabajo en conjunto con muchos actores. Eso, evidentemente, es un sello muy propio, pero muy interesante, donde queremos involucrar a la sociedad.

Tenemos una tarea que el país nos ha encargado, somos los depositarios de una tarea que el país se decidió a implementar y nosotros tenemos que desarrollarla. Y la mejor forma de desarrollarla es trabajando con todos los actores públicos, privados, científicos, de toda índole.

-¿Cómo están avanzando hasta ahora en esa coordinación con los otros organismos del Estado?

Esa coordinación, primero que todo, es una necesidad. No existe la posibilidad, en mi opinión, de que el SBAP logre todo lo que tiene que lograr -que son grandes metas-, sin la colaboración activa con los otros servicios.

Tenemos una fuerza relevante, pero requerimos la fuerza de los otros y la colaboración de los otros. En ese sentido, ya estamos estableciendo convenios, y estamos diseñando mecanismos para trabajar en conjunto con los otros actores del Estado. Además, estamos avanzando en el desarrollo de mesas de trabajo más amplias y acordadas sobre temas de áreas protegidas, por una parte, y de manejo de la diversidad fuera de las áreas protegidas, por otra, con un conjunto amplio de actores públicos y privados.

En el caso de las áreas protegidas está claro; los privados son parte del sistema, así que no es que los vayamos a articular, es que son parte del sistema.

En el caso del manejo fuera de las áreas protegidas, claramente tenemos que incorporar a todos los actores para generar las experiencias y llevar el tema a un mecanismo operacional que sea entendido por todos, que sea visto por todos como una necesidad y como una posibilidad importante. Tenemos que cuidar que esto no se sienta -como ha ocurrido algunas veces- como una amenaza o como una posibilidad infinita. Es un camino intermedio que tenemos que armar y queremos armar el mejor camino, por supuesto, el más amplio, pero en esa perspectiva, de integrar a los actores.

-En relación con el presupuesto del SBAP, ¿es adecuado para los desafíos del próximo año?, ¿hay otras vías de financiamiento?

Los presupuestos de los primeros años de los servicios en implementación están guiados por el informe financiero de la ley, entonces se está cumpliendo con el informe financiero cabalmente. Ahí no hay ninguna situación anómala. Estamos avanzando en contratar las personas que corresponde, financiando las nuevas oficinas [regionales], los nuevos vehículos, todo eso está encaminado.

El año subsiguiente se agregan 570 nuevos guardaparques, todo eso está muy en línea y es un fortalecimiento significativo para la conservación de la naturaleza. Eso es lo primero que hay que señalar, es un cambio respecto a la conservación de la naturaleza en el país, por la institución misma y por lo que significa en recursos y articulación.

Dicho eso, evidentemente la naturaleza requiere más recursos y, en ese sentido, por una parte, estamos trabajando en un plan financiero importante. La otra parte es que tenemos instrumentos, canales financieros importantes en la misma Ley del SBAP y, además, está el Fondo de Naturaleza Chile, que también puede aportar mucho. Entonces, todo eso lo estamos articulando para ir armando un camino que nos permita que mañana las áreas protegidas sean, no solamente este tremendo activo que tenemos, sino que un activo muy bien gestionado, con buenos recursos, etc.

-¿Me puede dar más detalles de ese plan financiero?

No por ahora, porque todavía lo estamos construyendo. Estamos trabajando en ese sentido, tenemos que ver cómo se construye y ahí veremos qué posibilidades se dan, porque no depende exclusivamente de nosotros, depende de un plan financiero, depende de que nuestro Ministerio de Hacienda y la Presidencia estén plenamente de acuerdo, y estamos en una etapa temprana de hacerle una propuesta sobre el tema.

-Respecto a los diálogos por la redefinición de los sitios prioritarios, ¿cómo fueron, qué aspectos destacaría?

Los diálogos fueron amplios, en el sentido de que cubrieron tanto el sector productivo como el mundo de la conservación. Quisiera destacar que fueron diálogos muy francos, en ambos mundos. En los dos se planteó la necesidad de tener claridad de qué es lo que van a significar los sitios prioritarios y cómo se van a implementar.

Fueron los primeros diálogos y en ellos se entregaron muchas luces respecto de preocupaciones o necesidades específicas. Por ejemplo, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios buscaba precisiones de límites, eso es muy importante para ellos; también tenían dudas sobre cómo se homologaban, cómo se articulaba un instrumento con otro instrumento de planificación territorial, etc. En otros casos era saber con precisión cómo esto iba a afectar las actividades productivas.

Y todo ese conjunto de elementos los hemos ido reflexionando y articulando para pensar el conjunto de instrumentos que tenemos que trabajar.

-¿Hay algún otro tema relevante que haya surgido en los diálogos?

Yo diría que en los otros casos casi todo está en la prensa. Lo que se plantea es una preocupación fuerte por los instrumentos, y la sensación, yo diría, de que esto era un mundo difícil de abordar. Sobre este punto, la verdad es que no lo vemos así, y es por eso que relevo que ya existen experiencias en este sentido, y tenemos que colocar esa experiencia a la vista, porque esto lo han hecho otros sectores productivos, lo que pasa es que no está visible, porque el país no ha reflexionado sobre estos temas, es la primera vez que aparece como reflexión o como discusión pública.

Entonces, queremos avanzar prontamente, mostrar casos [de diversos ámbitos productivos], analizar con los actores de esos casos para ver qué ha significado para ellos y, en base a eso, desarrollar experiencias y conversaciones con otros actores para ir, en definitiva, operacionalizando el uso de estos instrumentos y su implementación.