Cerca del punto de no retorno: pequeños productores de mejillones son los más vulnerables a las mareas rojas en Chile | ESTUDIO
By valentina

Cerca del punto de no retorno: pequeños productores de mejillones son los más vulnerables a las mareas rojas en Chile | ESTUDIO

Chile es el segundo mayor productor mundial de mejillones (Mytilus chilensis), solo superado por China, con una industria clave para el desarrollo económico del sur del país. En las últimas décadas, las mareas rojas han aumentado en frecuencia e intensidad desde el sur hacia el norte del país, afectando zonas clave para la acuicultura. Fuente: Mongabay, 2 de julio de 2025.

La creciente frecuencia de las Floraciones de Algas Nocivas (FAN), conocidas como mareas rojas, amenazan no solo la salud de los ecosistemas marinos, sino también la seguridad alimentaria, la salud pública y la economía del sector acuícola. Un nuevo estudio basado en 19 años de datos revela su impacto en la industria del mejillón en Chile —la segunda más grande del mundo— y expone una preocupante desigualdad: mientras las granjas grandes resisten y se recuperan con mayor estabilidad, las pequeñas luchan por sobrevivir, vulnerables ante eventos climáticos inesperados y las fluctuaciones del mercado.

“Las floraciones algales nocivas que afectan a moluscos bivalvos, desde que hay registros, han venido manifestándose de una forma muy fuerte desde el sur y han ido subiendo al norte: desde la región de MagallanesAysén y, finalmente, en el contexto donde actualmente se produce la acuicultura en Chile, que es en la región de Los Lagos”, detalla Luis Outeiro, investigador del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile.

Actividad de selección de semillas de mejillones para cultivo en centros de engorda. Foto: cortesía Cristian Segura/IFOP

Después de China, Chile se posiciona como el segundo mayor productor de mejillones a nivel mundial, de acuerdo con el estudio liderado por Outeiro y publicado en abril de 2025 en la revista Harmful Algae. Según los especialistas, esta actividad se concentra principalmente en la región de Los Lagos, donde no solo representa el 7 % del producto interno bruto regional, sino que emplea a unas 17 000 personas. Sin embargo, la distribución de la producción es desigual: apenas el 10 % de las granjas concentra el 77  % de los ingresos del sector. A ello se suma una cadena de valor orientada casi exclusivamente a los mercados internacionales.

Las mareas rojas son eventos naturales provocados por el crecimiento descontrolado de microalgas eucariotas o cianobacterias, debido a cambios ambientales. Estas floraciones pueden agotar el oxígeno del agua, liberar toxinas y causar la muerte masiva de especies marinas, tanto silvestres como cultivadas. Los mejillones —Mytilus chilensis o choritos, como se les conoce en Chile—, al filtrar grandes volúmenes de agua para alimentarse, acumulan estas toxinas, lo que los convierte en un riesgo para la salud humana.

Cuelga de cultivo de engorda de mejillones en Chile. Foto: cortesía Cristian Segura/IFOP

Debido a esta amenaza conocida desde hace décadas, las autoridades sanitarias y pesqueras han adoptado medidas estrictas, como programas de monitoreo de toxicidad y cierres preventivos de cosecha que se activan al detectarse niveles peligrosos de toxinas en los moluscos bivalvos. Estos cierres, aunque necesarios, paralizan la actividad de los mitilicultores y pueden extenderse desde días hasta meses, impidiendo la recolección y venta del producto y provocando pérdidas económicas significativas para el sector, señalan los científicos.

Sin embargo, no todos los productores se recuperan con la misma rapidez tras un cierre preventivo. Su capacidad de respuesta depende, en gran parte, del acceso al financiamiento y a bienes de capital, como tener plantas de procesamiento propias, factores que suelen estar determinados por la escala de producción. Mientras las grandes operaciones —granjas de más de 8 hectáreas— cuentan con más recursos, las pequeñas —menores a 3 hectáreas— enfrentan barreras que limitan su adaptación. Esta desigualdad revela una brecha estructural en la economía azul, donde el tamaño del productor condiciona su resiliencia ante la creciente variabilidad ambiental.

“Existe todo un sistema de gobernanza dentro de este contexto productivo que, de alguna forma, ha creado una asimetría”, explica Outeiro. “Lo que se ve en los datos es que hay una menor capacidad de respuesta, y además que el sistema de gobernanza chileno no hace distinción, porque no hay sistemas de apoyo que permitan que, en función de tu producción, puedas generar ayudas o programas de monitoreo que no sean dependientes del contexto financiero de cada uno”.

Centro de cultivo de mejillones en Isla de Chiloé, Chile. Foto: cortesía Cristian Segura/IFOP

Las mareas rojas y el calentamiento de los océanos

Aunque la marea roja es un fenómeno natural observado mucho antes de la actual preocupación climática, el equipo experto señala que hay evidencia de que su frecuencia y duración han aumentado en regiones que se están calentando, lo que sugiere una posible relación con las olas de calor y el cambio climático regional, aunque aún no se ha probado un vínculo a escala global.

“Se ve una fuerte relación, o casi una causalidad, con las condiciones ambientales de temperatura que provocan que haya una mayor cantidad de quistes que originan algas nocivas con respecto a las benignas”, describe Outeiro. “Sobre todo, la hace más vulnerable [a la industria] cuanto más cerrado sea el subsistema del que estamos hablando, es decir, menos abierto al intercambio de aguas con el océano y con el contexto de los estuarios”.

El estudio advierte que en Chile se han registrado más de 500 eventos de marea roja entre 1956 y 2021, con un aumento notable en los últimos diez años, mostrando la urgencia de entender mejor sus efectos tanto en el medio ambiente como en la economía de las comunidades que dependen del mar.

El mejillón o chorito chileno (Mytilus chilensis) ha sido un alimento ancestral para las comunidades indígenas del sur de Chile, símbolo de herencia cultural y motor de la economía local costera. Foto: cortesía Cristian Segura/IFOP

En 2016, El Niño golpeó con tal fuerza en Chile que fue apodado “GodzillaCristian Segura, especialista en mitilicultura del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), recuerda que este evento desató una de las crisis más graves para la mitilicultura chilena. Los mejillones acumularon toxinas paralizantes producidas por el dinoflagelado Alexandrium catenella, que no solo apareció con una intensidad inusitada, sino que además se mantuvo en el agua durante un periodo prolongado, lo que obligó al cierre sostenido de los centros de engorda. Los pequeños mitilicultores, con hectáreas limitadas y menos líneas de cultivo, fueron los más afectados: incapaces de cosechar, no pudieron vender a las plantas procesadoras ni liberar espacio para ingresar nueva semilla.

“Todos tuvieron el problema de cierre de centros y que no podían cosechar, pero mantener el círculo de la semilla —que tiene un tiempo acotado en el sistema— impactó no solamente durante un siglo productivo, sino que duró dos años para las pequeñas empresas”, describe el coautor del estudio.

Cosecha y envasado de mejillones para venta. Foto: cortesía Cristian Segura/IFOP

Como consecuencia, los pequeños productores tenían que continuar pagando insumos, certificaciones, combustibles y gastos básicos para sus operaciones, por lo que pronto se quedaron sin recursos económicos.

“En Chile existe el Programa de Sanidad de Moluscos Bivalvos (PSMB), que lo paga el productor y no el Estado. Es bastante caro”, alrededor de 1700 dólares por muestreo, explica Segura. “El sistema obliga a los productores a hacer monitoreo ambiental y de sus productos para saber que los mejillones están aptos para la exportación, resguardando la inocuidad de los productos para consumo humano. Los productores pequeños tampoco podían pagarlo: no podían vender, no tenían ingresos, solo gastos elevados. Muchos de ellos llegaron a un punto de no retorno con respecto a la sustentabilidad de sus centros de cultivo”.

De acuerdo con los especialistas, una de las principales estrategias para reducir el impacto económico de las mareas rojas en la mitilicultura es lograr un monitoreo certificado, accesible y sostenible para medir la toxicidad de los mejillones. Esto permitiría a los productores gestionar sus cosechas de manera anticipada y retomar sus operaciones con mayor rapidez después de un cierre preventivo.

“Los productores en general, sobre todo los más pequeños, tienen la esperanza de que este programa de monitoreo —el PSMB— sea financiado por el Estado”, comenta Cristian Segura.

Otra opción sería eliminar directamente las especies formadoras de algas nocivas del agua utilizando métodos biológicos, físicos o químicos. Sin embargo, esto se ha utilizado principalmente en países desarrollados, con costos altos y efectivos solo en condiciones ambientales muy específicas.

Actividad de selección de semillas de mejillones para cultivo en centros de engorda. Foto: cortesía Cristian Segura/IFOP

Mientras tanto, los especialistas buscan nuevas líneas de investigación que aporten mayor información a los productores, por ejemplo, estudios ahora dirigidos a investigar los impactos directos del cambio climático en la mitilicultura.

“La captación de semillas se hace en una zona de estuario en Chiloé, donde hay mucha influencia de los deshielos de la cordillera de los Andes y que, hoy día por el cambio climático no acumula la nieve como hace siete u ocho años atrás. Por lo tanto, hay un riesgo importantísimo con respecto a los aportes de agua dulce en estos estuarios”, explica Segura. “Creo que abordar esta problemática con el enfoque de cambio climático per se, sin otros ‘ruidos’, como el fenómeno El Niño o La Niña, es súper importante, así como los riesgos que tiene en términos socioeconómicos”.

REFERENCIA

Villalobos, V., Morales-Torres, V., Valdivia, N., Rivera-Hechem, M., Giesecke, R., Piñones, A., Mardones, J., Garcés-Vargas, J., Segura, C., Navarro, J., Outeiro, L. (2025) Responses of mussel farms to harmful algal bloom governance are shaped by the scale of production: Implications for equitable blue economy. Harmful Algae.

Imagen principal: cuelga de cultivo de engorda de mejillones en Chile. Foto: cortesía Cristian Segura/IFOP

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  • 03/07/2025

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