
De la cuna a la tumba, el informe que reúne todos los daños que los combustibles fósiles causan a la salud
La Alianza Global por el Clima y la Salud, red que aúna organizaciones que representan a más de 46 millones de profesionales de la salud, ha elaborado un informe en el que, por primera vez, se reúnen todos los efectos de los combustibles fósiles durante toda su vida útil, desde que se extraen hasta que se desechan, y en cada etapa de la vida humana, incluido el desarrollo embrionario. Fuente: EFE Verde, 16 de septiembre de 2025.
Entre las principales conclusiones: la contaminación que producen carbón, petróleo y gas afecta a todas las etapas de la vida, desde el desarrollo fetal hasta la vejez, y causa graves daños durante todo su ciclo de vida (exploración y producción, refino, transporte, almacenamiento, combustión y eliminación).
Los impactos son persistentes y sistémicos, afectan a todas las partes del cuerpo, el daño se distribuye de manera desigual e injusta entre las comunidades y entre los países y los combustibles fósiles no sólo afectan a la salud física, también dañan la salud mental y social (corrupción, vulneración de derechos humanos, usurpación de tierras, violencia sexual, etc).
No sólo agravan la crisis climática
Para los autores del informe, las políticas climáticas y sanitarias han ignorado en gran medida estos daños multidimensionales debido, principalmente, a la presión ejercida por las compañías para ocultar la realidad.
«Son un ataque directo a la salud, nos perjudican en cada etapa de su ciclo de vida y en cada etapa de nuestra vida provocando abortos espontáneos, leucemia infantil, asma, cáncer, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, etc», ha denunciado la autora principal del informe, Shweta Narayan.
No son sólo un problema climático, son un problema de salud pública a nivel mundial, ha afirmado durante la presentación a la prensa del informe.
«Las emisiones no paran de crecer mientras vemos los daños de los combustibles fósiles en nuestros pacientes, muchos de ellos no reconocidos», ha añadido la doctora Jeni Miller, directora ejecutiva de la Alianza, que ha subrayado que la salud debe ser entendida como un estado completo físico, mental y social y no sólo como una ausencia de enfermedad.
Evidencia científica, testimonios y estudios de caso
«Por ello, queríamos tener un entendimiento más completo de cuáles son las toxinas y contaminantes que se producen en cada etapa de los combustibles fósiles y cuándo y cómo el cuerpo humano se ve más impactado».
Para lograrlo, han recopilado evidencia científica existente sobre efectos en la salud, así como testimonios de víctimas y estudios de caso (por ejemplo, de una derrame) con el fin de explorar las interacciones multidimensionales entre combustibles fósiles, salud humana y bienestar social.
El informe se ha publicado en la antesala de la Cumbre del Clima de Belém (COP30) poner sobre la mesa la necesidad de relacionar salud y clima a la hora de diseñar las políticas climáticas, perspectiva que cobró protagonismo en la COP28 de Dubái.
La COP30 y cómo pararlo
«Los líderes políticos deben responder con urgencia reconociendo que los combustibles fósiles no solo contribuyen al calentamiento global con sus emisiones, sino que también son un factor generalizado de enfermedades y desigualdad», ha aseverado Miller, que ha recordado a los mandatarios que «estamos pagando la contaminación que provocan con nuestras vidas».
Detener los nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón, acordar un calendario para su eliminación gradual o destinar los subsidios que ahora mantienen a flote esta industria a salud pública, energía limpia o protección de las comunidades más vulnerables, son algunas de las acciones que deberían acordar los líderes políticos en la COP30 para reconducir la situación, según la Alianza.
También debería obligarse a las compañías a limpiar las zonas contaminadas y a compensar a las poblaciones por los daños causados por su actividad.
Se trataría de replicar el modelo aplicado para frenar a la industria tabacalera, han defendido los responsables del informe, que han insistido en que «es el momento de actuar, no solo por el clima, sino también por la salud y el futuro de las personas» y han subrayado la importancia de llevar a cabo una transición justa que no replique los errores del modelo fósil.
«Si el modelo se replica con las renovables, no habrá justicia. Debemos evitarlo y vigilar cómo se explotan los mirales críticos que requiere la transición energética (…) puede y debe hacerse protegiendo la salud de las personas que participan en ella, hay tecnología para lograrlo», han apuntado.