Descarbonización del transporte avanza, pero actores del rubro piden extender RED y sumar medidas
Si bien el sistema RED -exTransantiago- llegará en agosto a Punta Arenas y luego a Valparaíso y Concepción, en el sector plantean llegar a todo Chile e incorporar otras medidas, como límites a las emisiones. Fuente: Diario Financiero, 14 de julio de 2020.
Una de las principales preocupaciones en la lucha contra el cambio climático es la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Si bien Chile se comprometió a descarbonizar la matriz energética a 2050 -con el cierre de las plantas a carbón- actores privados piden que también se avance en la descarbonización del transporte -responsable del 31,3% de las emisiones del sector energético- clave para lograr la meta de carbono neutralidad del Acuerdo de París.
A principios de este mes, los Líderes Empresariales para la Acción Climática (CLG Chile) enviaron una carta a los ministerios de Hacienda, Medio Ambiente y Energía, donde postulan la descarbonización y electrificación del transporte como una de las ocho acciones inmediatas, para una reactivación económica sostenible tras la pandemia.
La ministra del área, Gloria Hutt, afirma que ya se está avanzando en la materia desde 2019, con la implementación del estándar RED -en reemplazo del Transantiago- que busca sumar buses con tecnologías de emisiones limpias.
Hutt señala que a junio, operan 1.361 buses RED -561 eléctricos y 800 ecológicos- y en los próximos dos meses sumarán 858 -215 eléctricos y 643 Euro VI-. Con la licitación de septiembre, ‘tendremos una renovación de más de 80% de la flota de buses de la capital con tecnologías de emisiones limpias’, dice.
La ministra adelanta que el próximo mes comenzará la operación de RED en Punta Arenas, y posteriormente sumarán a Concepción y Valparaíso. También se impulsará un plan de electrocorredores ‘para que cada capital regional cuente con un recorrido de transporte urbano 100% eléctrico’, afirma.
La directora ejecutiva de CLG Chile, Marina Hermosilla, señala que aunque la expansión del sistema RED a tres regiones es un primer paso, ‘se puede hacer mucho más y podemos aprovechar la oportunidad que nos ofrece la reactivación necesaria para la economía’.
El director de Movilidad Sustentable para Latinoamérica de Engie, Carlos Arias, plantea que ‘si sigue esta tendencia, a 2030 se podría electrificar la flota entera’, pero afirma que es necesario expandir el sistema RED a todo Chile. ‘Hay que trabajar en ‘nacionalizar’ el sistema aplicado en Santiago. Cuando uno va a regiones, funciona completamente diferente, es más informal’, comenta Arias.
El gerente general de Enel Chile, Paolo Pallotti, asegura que la apuesta por la electrificación es un aporte para descontaminar, la que además tiene otros impactos: ‘La movilidad eléctrica en general requiere un gran uso de cobre y litio, y con el consecuente aumento de la demanda, van a favor de la minería chilena’.
Respecto de la próxima licitación del sistema de Transporte RED en la Región Metropolitana el 9 de septiembre, en la que tanto Engie como Enel participarían, Arias señala que es necesario anticiparse al proceso con ‘planificación eléctrica, readecuación de la distribución y tener una red fortalecida. Eso aceleraría más los tiempos de implementación. La transformación se va a hacer. La cuestión es cuánto tiempo tarda’.
Límite a las emisiones
Hermosilla dice que hoy es un buen momento para la implementación de la electromovilidad, tanto pública como privada, la que según sus estimaciones implica una inversión de 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), la que se destinaría en aspectos como electrificación, puntos de carga, vehículos y soporte.
‘Es harta plata. Pero también es reducción de contaminación en ciudades que hoy tienen altos índices que se traducen en 4 mil muertes al año, y una parte importante de ellas se atribuye al transporte (…) Nuestra propuesta es adelantar la descarbonización, haciendo un gran programa como se hizo con la industria eléctrica’, indica.
Propone aplicar dos medidas: el impuesto al carbono y límites a las emisiones, las cuales buscan internalizar el costo social del CO2 en la economía. ‘En Chile, el impuesto al carbono es de US$ 5 por tonelada, que pagan las grandes industrias solamente. En los países nórdicos, se exceden los US$ 140 por tonelada’, dice Hermosilla.