Geografía del deshielo: playas que narran la historia climática de la Antártida
By valentina

Geografía del deshielo: playas que narran la historia climática de la Antártida

Uno de los efectos menos visibles de la pérdida de hielo en la Antártida es la elevación del terreno, que ha dejado al descubierto playas levantadas, testigos silenciosos del retroceso glaciar. Fuente: Climática, 31 de julio de 2025.

Hace aproximadamente 20.000 años, durante la última glaciaciónla Antártida alcanzó su máxima expansión de hielo. A partir de ese momento comenzó un proceso gradual de derretimiento y retroceso glaciar que, debido al calentamiento global, se ha intensificado notablemente en las últimas décadas

La pérdida de hielo en la Antártida no solo contribuye a aumentar el nivel del mar, también altera las corrientes oceánicas y afecta a los ecosistemas polares. Sin embargo, sus consecuencias no se limitan al océano o al clima. Uno de los efectos menos visibles –pero igual de reveladores– es la elevación del terreno, que ha dejado al descubierto playas levantadas, testigos silenciosos del retroceso glaciar.

El fenómeno del rebote isostático

Cuando una enorme masa de hielo cubre la superficie terrestre, como ocurrió en la última glaciación, su peso deforma la corteza terrestre y la hunde. A medida que los glaciares pierden masa, esa carga disminuye y el terreno comienza a levantarse lentamente. Este fenómeno se conoce como rebote isostático o posglaciar, y sigue activo hoy en día, aunque cada vez ocurre de forma más lenta.

En 1743, el físico Anders Celsius realizó la primera estimación del ascenso del terreno tras la última glaciación en las costas de Suecia. Sabía que allí existían unas rocas donde, siglos atrás, descansaban las focas cerca del mar. Sin embargo, cuando el científico visitó la zona, observó que dichas rocas estaban lejos de la costa, lo que le hizo pensar que el nivel del mar había descendido. En realidad, era el terreno el que se había elevado al liberarse del peso del hielo.

Una de las evidencias más visibles de este ascenso son las llamadas playas levantadas: antiguos niveles de costa que quedaron por encima del mar actual. Estas playas “fósiles” son archivos naturales que registran los cambios pasados del nivel del mar y, con ello, las transformaciones del clima.

Playas levantadas en las Islas Shetland del Sur

Las Islas Shetland del Sur, frente a la península antártica, albergan algunas de las playas levantadas más estudiadas del continente. Desde mediados del siglo XX, exploradores y científicos de distintas disciplinas comenzaron a investigar estas antiguas líneas de costa, conscientes de que conservan la memoria del retroceso glaciar y del ascenso del terreno.

En las principales áreas libres de hielo de estas islas, como la península Byers en la isla Livingston o la península Fildes en la isla Rey Jorge, se conservan varios niveles de playas levantadas. Cada uno guarda pistas sobre cómo el rebote isostático y los pulsos de deshielo transformaron el paisaje en este rincón antártico.

La reconstrucción de esta historia se logra determinando la edad de las playas a través de diversas técnicas de datación. Si bien el método más tradicional ha sido el radiocarbono –aplicado sobre restos orgánicos, como huesos de pingüinos, focas o fragmentos de conchas y algas–, recientemente se han incorporado técnicas más precisas, como la luminiscencia ópticamente estimulada (OSL) y la datación por isótopos cosmogénicos, que permiten datar directamente rocas y sedimentos según el tiempo que llevan expuestos a la luz o a la radiación cósmica.

Gracias a estos métodos se sabe que las playas levantadas que alcanzan entre 15 y 22 metros de altitud sobre el nivel del mar actual en la península Byers se formaron hace aproximadamente entre 9.500 y 8.700 años. Lo que confirma que esta región ya estaba libre de hielo durante el Holoceno medio, una etapa del pasado marcada por condiciones climáticas más cálidas.

Lo que pasa en la Antártida no se queda en la Antártida

Aunque parezca lejana y aisladala Antártida influye directamente en el equilibrio del planeta. El deshielo contribuye a la subida del nivel del mar, altera la circulación oceánica y afecta el equilibrio climático global. También afecta, como hemos visto, al levantamiento del terreno.

Estudiar estas playas levantadas no es solo una forma de entender el pasado, sino una herramienta clave para anticipar nuestro futuro climático. Comprender cómo respondió la corteza terrestre al deshielo en el pasado mejorará la precisión de los modelos actuales que predicen los cambios relativos del nivel del mar y el comportamiento de los glaciares antárticos en un mundo que cada vez se calienta más y más, poniendo en peligro el desequilibrio de la vida.

Lidia Ferri Hidalgo, Investigadora del Proyecto PARANTAR (Ref. PID2020-115269GB-I00), especializada en glaciología y geomorfología glaciar, Universidad de Oviedo. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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  • 31/07/2025

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