
Las negociaciones reservadas con la UE por US$1.000 millones para hidrógeno verde
Gran parte viene de Europa, que tiene sus intereses y pone condiciones para que Chile desarrolle esta millonaria industria. Fuente: La Segunda, 30 de agosto de 2023.
“La crisis energética en Europa demostró que tenemos que elegir bien a nuestros socios. Por eso Chile no es sólo atractivo porque producirá de forma barata, sino que también porque es un país más estable, un socio que comparte los mismos valores, con objetivos a largo plazo similares”, dice Ewout Sandker, jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Chile.
Las consecuencias geopolíticas de la guerra de Rusia con Ucrania obligaron al viejo continente a replantearse algunos de sus socios en temas energéticos. El año pasado, la UE lanzó “REPowerEU”, un plan de escala mundial que busca descarbonizar su matriz energética y diversificar sus fuentes de energía importada.
Chile está dentro de esos planes. Es por esto que los europeos firmaron dos acuerdos en junio con el Presidente Gabriel Boric, cuando visitó el país la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La UE y el Ministerio Federal Alemán de Asuntos Económicos acordaron invertir 4 millones de euros cada uno, dinero que ya se está ejecutando principalmente en capacitaciones.
“Es para capacitar en todo el trabajo regulatorio, desarrollar sistemas de certificación para comprobar que la energía utilizada para producir el hidrógeno es realmente renovable, con lo que se prepara el camino para la exportación a la UE, entre otras cosas”, explica Sandker.
El resto es el grueso de las inversiones: préstamos por 16,5 millones de euros del Fondo de Inversión para América Latina y el Caribe de la UE; 100 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones; y otros 100 millones de euros del Banco de Desarrollo Alemán.
Hasta ahora no había claridad sobre las fechas en que estos recursos estarían disponibles, pero desde la Delegación de la UE dicen que se firmarán en el segundo semestre de este año, y empezarán a ejecutarse en la primera mitad del 2024.
Para acceder a los fondos, eso sí, las empresas tendrán que cumplir ciertos lineamientos. “Los proyectos tendrán que corroborar la sostenibilidad ambiental de los mismos, y temas de cambio climático y género que se definirán en los contratos de préstamo entre los bancos y Corfo/Hacienda”, dice Sandker.
Corfo recibirá los recursos de Hacienda y los distribuirá a través de bancos comerciales con las empresas que postulen a ellos y, claro, que cumplan con los estándares definidos por los europeos en los temas que nombra Sandker. Corfo también tendrá que cumplir con ciertas cosas, como crear una unidad ambiental especial para evaluar ambientalmente estos proyectos.
Los préstamos, obviamente, tienen también una serie de beneficios, explica Ana María Ruz, directora ejecutiva del Comité de Desarrollo de la Industria de Hidrógeno Verde de Corfo.
“Un banco privado hoy le da a la empresa un costo muy alto para desarrollar un proyecto de hidrógeno verde, porque lo ven como una tecnología nueva y, por lo tanto, riesgosa. Los préstamos y líneas de garantía ayudan a reducir ese riesgo asociado. Esta es una industria que necesitará billones de dólares de inversión, y para ellos (los bancos) les abrirá un nuevo negocio enorme”, explica Ruz.
Los recursos europeos se suman a préstamos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (ver infografía) acordados el año pasado con Corfo, que también evalúa aportar otro monto que podría superar los US$200 millones en líneas de crédito.
Tensiones en reunión con Boric
Claro que todas estas negociaciones no han estado libres de controversias y presiones. En su reunión con el Presidente Boric el 14 de junio pasado, Von der Leyen llamó la atención sobre la situación financiera de algunas empresas de energía renovable europeas.
“Hablamos en detalle de las dificultades de acceso al mercado eléctrico. Esperamos los siguientes pasos para que las inversiones tengan acá seguridad de condiciones de trabajo justo”, dijo la presidenta de la Comisión Europea en ese entonces.
A principios de este año, varias firmas energéticas de capitales europeos como Acciona, EDF Renewables y Mainstream, plantearon sus problemas financieros al ministro de Energía, Diego Pardow.
Sandker, de la delegación UE, confía en que el Gobierno aplique las medidas necesarias para evitar la quiebra de las empresas, aunque afirma que los recursos para el hidrógeno verde no están condicionados a ello.
“Son inversiones muy importantes, y no está en los intereses ni de Chile ni de la UE que quiebren. Es un tema desafiante porque, claro, por una parte estamos subvencionando para crear una nueva industria de energías renovables, y por otro lado, las empresas que invirtieron en energías renovables antes, ahora podrían quebrar. No parece lógico, por eso hemos enfatizado mucho que es una gran preocupación que tenemos, pero los fondos para hidrógeno verde no están condicionados por esto”, asegura Sandker.
Las alarmas políticas se activaron al respecto, y Pardow ha estado activo en promover un proyecto que, entre otras cosas, resuelva el problema de las eléctricas.
“El proyecto se encuentra en el primer trámite legislativo en la Comisión de Minería y Energía del Senado, instancia en la que se han sostenido tres sesiones con la participación de empresas y gremios del sector, con una buena recepción”, dice el ministro.
En el Ejecutivo hay consciencia de lo que se juega con estas inversiones. Otros países como Marruecos y Nambia, en África, o Arabia Saudita, también tienen potentes recursos naturales para desarrollar hidrógeno verde, y gozan de ventajas sobre Chile al estar más cerca de Europa. Además, de funcionar bien las inversiones en esta primera tanda de subvenciones, el ejemplo que se dará al mundo podría captar más recursos, como de Japón, la tercera economía del mundo, que espera importar 12 millones de toneladas de hidrógeno renovable al año al 2040.
Además, Chile podría optar en el futuro a más dinero europeo. En mayo, la comisaria de Energía de la UE, Kadri Simson, dijo que planean gastar más de 5.000 millones de euros en captar hidrógeno producido en el extranjero. Parte del plan es la iniciativa “H2Global”, empujada por Alemania, que licita acuerdos de compra a 10 años con productores de hidrógeno internacionales.