
Ley que fomenta el reciclaje define las toneladas, puntos limpios y viviendas que partirán con el retiro domiciliario
En 2022 comenzará la recolección en 708 mil hogares del país, en un proceso que será voluntario. La meta es que en 2030, el 60% de estos residuos sea reciclado. Fuente: El Mercurio, 1 de agosto de 2019.
Cartón para líquidos (tetrapack), papel, cartón, plásticos y vidrios. Todos estos materiales, fácilmente ubicables en cada uno de nuestros hogares, serán el objetivo en la nueva etapa de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que es impulsada por un decreto supremo que se encuentra en etapa de consulta pública —hasta el 14 de agosto— y que fija la cantidad de viviendas, toneladas de residuos y puntos limpios con los que se iniciará el reciclaje domiciliario en todo el país.
‘En Chile, apenas reciclamos el 4% de todos los residuos que se generan en las casas. Y de los envases y embalajes, estamos reciclando alrededor del 12,5%. Todo lo demás se va a un relleno sanitario, al mar o a otros lugares’, explica Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio ambiente, para graficar el contexto del país en materia de reciclaje y donde la ley REP, dice, es ‘el principal instrumento que tenemos’.
La Ley REP se aprobó en 2016 y obliga a las empresas a hacerse cargo de financiar la gestión de los residuos derivados de los productos que ponen en el mercado, estableciendo como elementos prioritarios de reciclaje los neumáticos, envases y embalajes, pilas, baterías de autos, aceite lubricante y aparatos eléctricos y electrónicos.
Así, el decreto supremo para envases y embalajes —el ‘más ciudadano de todos’, dicen en el ministerio— fija que en 2022 partirá la recolección en 708 mil viviendas del país, en un proceso que será voluntario, pero que podría ser apoyado con ordenanzas municipales que incentiven la separación de los materiales descritos. El proceso de recolección será ‘puerta a puerta’ y ejecutado por empresas de gestión, las que luego derivarán los elementos recogidos a otras firmas, que finalmente reciclarán estos materiales.
Con todo, se establece que el universo potencial de reciclaje, con el que partirá el sistema, es de 1,1 millones de toneladas de residuos domiciliarios. La meta es que en 2030, el 60% de estos residuos sea reciclado. Previo a 2022 y mientras se buscan las empresas de gestión, se crearán 116 puntos limpios en todo el país para que la propia comunidad recolecte y traslade sus residuos para ser reciclados.
Las consultas públicas se realizan a través del sitio web del ministerio y serán acompañadas por talleres abiertos —uno por región—, destinados a responder observaciones en torno al respectivo decreto. Participarán municipios, productores, organizaciones de la sociedad civil, academias y recicladores de base.
Magdalena Balcells, gerenta general de la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla), afirmó que la ley REP es un ‘megaavance desde el punto de vista de la visión país respecto del manejo de residuos, que marca un antes y un después, forzándonos como sociedad a concebir nuestro estar, aquí y ahora, de otra manera’. Agregó que como gremio apoyarán esta ‘economía circular’, pues entre sus socios ‘hay recicladores que toman esos residuos plásticos y los transforman en materia prima para hacer nuevos productos finales’.
Humberto Palza, académico del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales de la U. de Chile, explica que ‘cualquier medida que se tome en torno al reciclaje del plástico es buena. Como sociedad, consumimos mucho plástico, porque trae muchos beneficios a lo que consumimos; por ejemplo, en la preservación de alimentos. Pero existe un sobreconsumo, porque la población ha crecido mucho, por lo que hay que ser muy eficiente en el uso de estos materiales y gestionar muy bien sus residuos’.
Max Rodríguez, fundador de la Compañía Nacional de Reciclaje (Conare), precisó que se necesitará mucha educación para que la comunidad sepa los pasos necesarios antes de la recolección para el reciclaje. ‘Los envases plásticos, por ejemplo, yogurt, deben ser entregados limpios, sin ningún tipo de residuo; de otra manera, atrae vectores y genera olores, lo que encarece el proceso’, dijo.