Por la inversión de US$ 130 millones, contempla construir una planta de procesamiento de arcillas con presencia de tierras raras, tres puntos de extracción, dos de acopio o disposición, una línea eléctrica y caminos internos. Estiman poder procesar con ello 3.100 toneladas al año de concentrado húmedo de tierras raras.
Proyecto rechazado
El proyecto minero, que surgió hace más de seis años, despertó el rechazo ciudadano y de autoridades regionales por sus posibles impactos ambientales, ya que se busca emplazar en un sector de bosque nativo de Naranjillo; una especie vulnerable.
El Consejo Regional (Core) de Biobío había rechazado el proyecto por 17 votos, lo que se suma a pronunciamientos del Consejo de Monumentos Nacionales que alertaba deficiencias en la información arqueológica entregada, y de Conaf que detectó la presencia de Naranjillo en el bosque a intervenir, considerándolo por lo tanto como un “bosque de conservación”.
Desde la comunidad existe un movimiento en contra de la minera, y en 2022 la municipalidad de Penco gestionó una consulta comunal no vinculante con habilitación a votar de todo el padrón, y donde votaron más de 9 mil personas. 99% de las personas que participaron se pronunciaron en contra del proyecto.
Desde la empresa destacan que el proyecto creará 400 empleos directos y que lo presentan con modificaciones para disminuir el impacto en el bosque nativo.
El proyecto ya había sido retirado en el 2022 por la empresa titular, con la promesa de volver a presentarlo pero incluyendo las modificaciones sugeridas tras una consulta ciudadana donde el 99% de las personas encuestadas estuvieron en contra del proyecto.
El Consejo Regional (Core) de Biobío había rechazado recientemente el proyecto por 17 votos, lo que se suma a pronunciamientos del Consejo de Monumentos Nacionales que alertaba deficiencias en la información arqueológica entregada, y de Conaf que detectó la presencia de Naranjillo en el bosque a intervenir, considerándolo por lo tanto como un “bosque de conservación”.