
Nueva preocupación de las mineras: la contaminación de otras industrias
Las empresas globales del sector enfrentan la amenaza de perder negocios si no ayudan a los clientes a reducir su huella de carbono. Fuente: El Mercurio, 17 de octubre de 2019.
Las compañías mineras globales han pasado años tratando de reducir su huella de carbono. Ahora enfrentan la amenaza de negocios perdidos si no ayudan a los clientes a hacer lo mismo. Una autoridad reguladora australiana hace poco les dijo a Peabody Energy Corp. y a Glencore PLC que no podrían exportar carbón de una nueva mina a países que no hayan firmado el Acuerdo de París sobre cambio climático. Otros dos proyectos de carbón australianos fueron anulados este año, en parte por la preocupación que existe por las emisiones de gases de efecto invernadero en el extranjero.
Los inversionistas también se están volviendo cada vez más inquisitivos con respecto a los registros que tienen las mineras sobre las emisiones de los clientes; en parte, por temor a una potencial responsabilidad. Las mineras están respondiendo con un aumento de la información sobre el impacto del carbono, la formación de alianzas con los compradores y la inversión en tecnología para reducir las emisiones de las fábricas de acero y centrales eléctricas.
40 veces más grandes
BHP Group Ltd. señaló que sus emisiones de Alcance 3 —la contaminación que se crea principalmente cuando los clientes transportan y utilizan las materias primas que produce la empresa— son casi 40 veces más grandes que aquellas que se generan en sus propias operaciones. ‘Reconocemos que tenemos que trabajar con nuestros proveedores, clientes y otros para reducir estas emisiones a través de la cadena de valor con el fin de proteger la demanda por nuestros productos’, señaló Geoff Healy, jefe de asuntos externos en BHP, la compañía minera más grande del mundo por valor de mercado.
En la industria del petróleo, que enfrenta presiones similares, hay desacuerdos entre las grandes compañías en cuanto a si se comprometen o no a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los productos como la bencina; en gran parte, porque las emisiones varían enormemente dependiendo del vehículo. ‘Decir que no le va a comprar a alguien es relativamente fácil. Decir que no le va a vender a alguien es realmente difícil’, manifestó Paul Mitchell, jefe de minería global y metales de Ernst &Young.
‘Pero si ignoramos las expectativas sociales, lo hacemos bajo nuestra responsabilidad’. Es casi inevitable que las emisiones de Alcance 3 de las mineras sean reguladas en alguna forma en el futuro, observó Mitchell, quien asesora a las compañías sobre esos temas. La huella de carbono del sector minero hizo su debut en el cuarto lugar en un estudio anual de la industria de EY sobre los riesgos de negocios que se publicó este mes. El hecho de tomar medidas sobre las emisiones exige que las mineras trabajen estrechamente con China, el principal comprador de mineral de hierro y usuario de carbón del mundo. Aunque China está comprometida con el Acuerdo de París —y las autoridades están presionando para la eliminación gradual de las fábricas antiguas e imponiendo normas más estrictas de emisiones para los vehículos—, la economía sigue estando dominada por los gigantes estatales que a menudo son ineficientes y difíciles de influir.
La experiencia de las mineras en Australia ilustra qué podría involucrar una mayor regulación. La aprobación reciente que se dio a la mina de carbón Peabody- Glencore United Wambo fue con una gran condición: hay que poner en la lista negra a algunos mercados de exportación. La Comisión de Planificación Independiente para el estado de Nueva Gales del Sur insistió en que el carbón térmico del proyecto vaya solo a lugares donde el Acuerdo de París u otros objetivos de gases de invernadero igualmente estrictos estén en vigor. Eso podría excluir a Taiwán, el que depende del carbón para un tercio aproximadamente de su uso de energía. ‘Puede ser un acto valiente por parte de la comisión, pero ha llamado la atención’, observó Debra Townsend, socia del bufete King & Wood Mallesons. Las mineras dijeron que los clientes rechazados podrían recurrir a suministros de más baja calidad de otras partes, aumentando la contaminación global, pero la autoridad reguladora decidió que la necesidad de manejar debidamente las emisiones de gases de invernadero superaba esa preocupación.
Esa decisión es profundamente inquietante, manifestó un vocero del proyecto. El ministro de Planificación de Nueva Gales del Sur Rob Stokes informó que el gobierno del estado está considerando nuevas directrices o una legislación para poner en claro cómo las autoridades pertinentes abordan las emisiones de Alcance 3. Las amenazas al negocio de las mineras van más allá de solo una resistencia a los nuevos proyectos. Las marcas de consumo podrían dejar de comprar materias primas que consideren demasiado sucias, indican expertos. Muchas ya están innovando con materiales reciclados. En julio, BHP prometió gastar US$ 400 millones durante cinco años para desarrollar tecnologías que puedan reducir las emisiones tanto de sus operaciones como de las de sus clientes. ‘No nos vamos a detener en la puerta de la mina’, expresó el jefe ejecutivo de BHP Andrew Mackenzie. ‘El uso de productos intensivos en emisiones de la industria de recursos ha contribuido en forma significativa al calentamiento global’.
Impacto en el valor
BHP planea el próximo año publicar metas para abordar el problema de las emisiones. Rio Tinto PLC también está elaborando hipótesis para descarbonizar la industria del acero. El éxito podría afectar materialmente el valor de su negocio central de mineral de hierro, indicó. Mientras tanto, las mineras están promoviendo su rol en el cambio a una economía baja en carbono mediante la producción de materias primas tales como cobre y níquel para turbinas eólicas y vehículos eléctricos.
El 25 de septiembre, Rio Tinto se unió con la mayor siderúrgica de China, China Baowu Steel Group Corp., y la Universidad Tsinghua de Beijing para explorar formas de reducir la huella de carbono de la industria del acero; la que responde hasta por el 9% de las emisiones directas del uso de combustibles fósiles, de acuerdo a World Steel Association, un organismo de la industria. Rio Tinto es parte de un grupo que apunta a mejorar la sustentabilidad en el sector del aluminio y el año pasado se unió con Alcoa Corp. y el cliente Apple Inc. para desarrollar un método de fundición libre de carbono.