
Oxígeno del Pacífico Sur Oriental frente a las costas chilenas podría aumentar por efecto de El Niño
Un reciente estudio que fue liderado por el geofísico y magíster UdeC Iván Almendra se enfocó en la más extensa Zona de Mínimo Oxígeno del océano, que abarca Perú y Chile, que también es altamente productiva en especies y recursos marinos que sustentan pesquerías y alimentación. Y sus resultados evidencian que por efecto del fenómeno podría seguir una tendencia de aumento de oxigenación que es contraria a la que se ha asociado en términos generales al calentamiento global y cambio climático. Fuente: El Heraldo Austral, 5 de noviembre de 2024.
ZMO y El Niño
Las Zonas Mínimas de Oxígeno, ZMO, son áreas oceánicas donde el oxígeno disuelto es extremadamente bajo. La zona más extensa se encuentra en el Pacífico Suroriental, frente a Perú y Chile, una región altamente productiva y vital para la pesca mundial. Pero esta área está directamente influenciada por el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur, un patrón climático que altera la temperatura superficial del océano y afecta la distribución de nutrientes y oxígeno en estas aguas. Este patrón provoca profundos cambios en la dinámica oceánica, siendo El Niño particularmente relevante, ya que durante sus episodios la termoclina, la frontera entre aguas cálidas y frías, se profundiza, lo que puede permitir una mayor oxigenación en las capas superiores de esta ZMO. Además, estudios recientes indican que la respuesta de esta área a El Niño puede usarse como un predictor de su comportamiento futuro. Por lo que, a medida que El Niño se intensifica debido al cambio climático -y se proyecta que será más frecuente-, se espera que el límite superior de la ZMO se profundice, favoreciendo la oxigenación en la región.
Tendencia distinta
En conclusión, aunque el calentamiento global afecta de múltiples maneras a los océanos, en el caso del Pacífico Suroriental la tendencia hacia una oxigenación en la ZMO superior ofrece una perspectiva alternativa sobre el futuro. Este hallazgo podría orientar el desarrollo de estrategias de adaptación que ayuden a mitigar los impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad, ya que el oxígeno es esencial para la vida marina y su escasez amenaza importantes pesquerías y ecosistemas oceánicos.