Salmonicultura: Esmoltificación en lagos y ríos
A nivel mundial no existe una sola postura respecto del uso de lagos o ríos para la fase de esmoltificación de los salmónidos. Fuente: Revista Aqua. 29 junio de 2018.
Mientras en Canadá, Escocia o Perú, aprovechan estos recursos, Noruega no los emplea y Chile los tiene restringido solo para especies como el salmón coho y trucha arcoíris.
No obstante, cada cierto tiempo, diferentes actores alzan la voz para criticar el uso de estos cuerpos de agua argumentando criterios como el potencial impacto ambiental de estas operaciones o la existencia de tecnologías, como las pisciculturas con sistemas de recirculación de aguas, que pueden reemplazar estas operaciones. En este sentido, la última organización que alzó la voz fue la ONG WWF, que el año pasado le pidió a los candidatos presidenciales el ‘fin de la salmonicultura en lagos y mayores exigencias para la instalación de nuevos centros de cultivo’, aseverando que ‘por su alto impacto, dada la baja tasa de recambio del agua, la producción de smolts en lagos debe ser erradicada, existiendo actualmente alternativas sustentables para esta transición, lo que se grafica en que hoy muchas empresas ya no utilizan estos sistemas de producción y son viables económicamente’.
Y claro, luego de la llegada del virus ISA en 2007 y de la construcción de una nueva normativa que prohibía la esmoltificación de salmón Atlántico en lagos y ríos, hubo algunas compañías que anunciaron su salida desde estos cuerpos de agua, como Marine Harvest Chile. No obstante lo anterior, hay varias que han continuado con sus operaciones. Las razones son variadas.
HISTORIA Y CLIMA
Según se sabe, el cultivo de salmónidos en cuerpos de agua dulce (principalmente lagos) comenzó junto con el nacimiento de la industria, a fines de la década de 1970, en países como Polonia, Escocia, Canadá y Chile. Por ejemplo, en 1994 Escocia producía unas 6.000 toneladas desde unos 50 centros de cultivo en lagos. El 50% correspondía a salmón Atlántico.
Respecto a Chile, la actividad ha utilizado cuerpos de agua dulce diseminados entre la región de La Araucanía y Los Lagos. De acuerdo con la investigación ‘Evaluación del estado ambiental de los lagos utilizados para actividades de acuicultura en la zona sur austral de Chile’, realizada por el IFOP y publicada en 2015, los lagos empleados por la salmonicultura nacional se pueden clasificar en dos grupos. En primer lugar detalla el conjunto de lagos denominados ‘Araucanos’, y que son el Ranco, Puyehue, Rupanco, Llanquihue y Chapo, mientras que el otro grupo, ubicados en la Isla de Chiloé, son denominados lagos ‘Chilotes’, que incluyen el Cucao, Huillinco, Tarahuín y Natri. ‘Su diferenciación no es solo a base de su ubicación geográfica, sino además presentan una serie de diferencias climáticas, geomorfológicas y morfométricas que implican importantes diferencias funcionales’, afirma el documento del IFOP.
Para hacerse una referencia, el documento explica que ‘el clima de la zona de los lagos Araucanos (40°-42° S) se caracteriza por condiciones templadas húmedas con influencia Mediterránea, con precipitaciones promedio de 2.000 mm/ año y una temperatura promedio anual que fluctúa entre 6 y 9 °C, con máximos en enero (20 °C) y mínimos en julio (2 °C). Por otra parte, los lagos Chilotes (42° S) se emplazan en una zona con características climáticas oceánicas con influencia mediterránea. Las precipitaciones varían en un rango de entre 2.000 a 2.500 mm/año y presenta una temperatura promedio de 10,5 °C, con mínimos de 6,9 °C y máximos de 14,2 °C’.
EVOLUCIÓN PRODUCTIVA
En concreto, desde 2010 hasta la fecha, la industria del salmón de Chile ha venido produciendo un promedio de 250 millones de smolts al año para las tres especies, liderando siempre el salmón Atlántico. Un estudio realizado por IndexSalmón, a base de información proporcionada por sernapesca, detalló que las principales regiones productoras de este tipo de ejemplares son Los Lagos (53,7%), La Araucanía (18,6%) y Los Ríos (13,4%). Por origen de cuerpo de agua, de 2010 a la actualidad, los lagos han proporcionado un 24% de los smolts producidos por la industria. Si se analiza solo el 2017, los smolts producidos en estos cuerpos de agua dulce significaron solo el 17%. Igor Stack, con 15 años de trayectoria en la salmonicultura y que actualmente es el gerente de Proyectos Estratégicos de Green Touch, una reconocida consultora acuícola que ha prestado asesorías al Estado en materia de producción de peces en cuerpos de agua dulce.
El biólogo marino recuerda que, cuando se inició la industria del salmón, no existían muchas normativas y que, por ello, para solicitar una concesión acuícola en lagos ‘bastaba con permisos de la Subsecretaría de Marina (hoy Subsecretaría para las Fuerzas Armadas) y la subpesca. Incluso, hay concesiones de acuicultura sin proyectos técnicos o bien, con proyectos técnicos que no se condicen con su real producción’. Con el correr de los años, muchos de los titulares de las mencionadas concesiones han buscado actualizar y regularizar sus permisos frente al Servicio de Evaluación Ambiental. Algunas de las razones de esto es que, sin ser una obligación o que sus permisos corran riesgo de alguna caducidad, ‘han buscado ordenar la casa o cumplir con los requerimientos de las certificaciones ambientales. Sin embargo, pese a las intenciones de transparentar sus operaciones, han salido rechazados’, apunta Stack. Lo concreto es que en la región de Los Lagos operan habitualmente unas 16 concesiones en lagos, mientras que en Los Ríos y La Araucanía, seis y cuatro, respectivamente.
MAYOR EFICIENCIA
En relación con el uso que la salmonicultura se le sigue dando a los lagos, se asevera que ‘la razón está en las calidad y en los costos. Un smolt de salmón coho o trucha producido desde una piscicultura con sistemas de recirculación puede llegar a costar hasta el doble que uno proveniente de lagos o ríos’, reflexiona el gerente de Proyectos Estratégicos de Green Touch, considerando que el costo de producción de un smolt de salmón Atlántico se encuentra entre los US$1,7-US$2,1 mientras que un smolt de salmón coho varía entre US$1,0-US$1,5 aproximadamente para un peso de 100 gramos. Pero eso no sería todo. En la industria del salmón se comenta que los ejemplares que salen desde centros de cultivo en lagos son más robustos que aquellos que provienen de sistemas totalmente bioseguros, como las pisciculturas. Es decir, tienen una mayor tasa de sobrevivencia debido a que ya han estado expuestos a patógenos que naturalmente se encuentran en el ambiente y de manejo similares a los que tendrán en mar. De igual forma, algunos productores advierten que los peces que esmoltifican en lagos presentan factores de conversión menor a 1. En definitiva, señalan, prácticamente no estarían eliminando excedentes al medio ambiente. ‘En la fase de mar existen muchos estudios, pero respecto de la esmoltificación en lagos existen pocos análisis. Sería muy positivo poder avanzar en diferentes investigaciones de forma de comprender el real impacto que tiene el uso de estos cuerpos de agua en la fisiología de los peces y en el mismo medio ambiente’, comenta Igor Stack.
MEDIO AMBIENTE
Uno de los mayores argumentos de quienes están a favor de que centros de cultivo de salmónidos salgan desde los lagos es el impacto ambiental que estarían causando en dichos cuerpos de agua. No obstante, la investigación efectuada por el IFOP en 2015 no es concluyente. Algunos de sus resultados es que, en relación con la morfología de las cuencas de los lagos en estudio, ‘se identificó que los lagos araucanos presentaron una mayor superficie, profundidad máxima y volumen, en comparación con los lagos chilotes’. Además, asevera que ‘los parámetros indicadores del estado trófico de los lagos (nitrógeno total, fósforo total, y Chla), indicaron que en general los lagos continentales (Llanquihue, Rupanco, Chapo, Puyehue y Ranco) se mantienen dentro del rango oligotrófico, mientras que el indicador de trofía, transparencia del agua, en la mayoría de estos lagos se relacionó con un estado mesotrófico. En el caso de los lagos chilotes (Huillinco, Tarahuín, Natri, y Cucao), los parámetros indicadores de trofía se relacionaron mayormente a un estado mesotrófico, salvo la transparencia del agua, que para la mayoría de los casos, mostró valores considerados eutróficos’. Asimismo, el estudio del IFOP asevera que ‘en la mayor parte de los cuerpos de agua estudiados se registraron buenas condiciones de oxigenación en la columna de agua, entre 8,5 y 10 mg/L de oxígeno disuelto, salvo en los lagos Huillinco y Cucao donde se han reportado condiciones de anoxia bajo los 15 metros de profundidad’. Entre otros aspectos, el análisis concluye que ‘los lagos estudiados, si bien son capaces de brindar una amplia gama de servicios ecosistémicos, se estima que en un futuro cercano será necesario priorizar los usos asociados a cada cuenca, lo cual deberá ir ligado directamente con la calidad ambiental de cada lago’.
EMPLEO Y RESPALDO
En general, se asevera que las personas que trabajan diariamente en los centros de cultivo de lago eran inquilinos de campos aledaños que, a mediados de la década de 1980, vieron en la salmonicultura una real alternativa de surgir social y laboralmente. A su vez, se puntualiza que la mayor parte de la fuerza laboral corresponde a mujeres, dada su mayor dedicación a aspectos como la alimentación de ejemplares que se están transformando fisiológicamente para adaptarse a las condiciones en el mar. Por ello, de cerrarse estos centros de cultivo, el número de trabajadores que deberían reubicarse podría alcanzar las mil personas en el sur del país. Pero existe otro aspecto. ‘Somos vecinos de un cordón montañoso muy activo. En los últimos años, fuimos testigos de la activación de los volcanes Chaitén, Caulle o Calbuco, situaciones que terminaron con la destrucción o paralización de varias pisciculturas. Las compañías más grandes pudieron utilizar otras instalaciones en tierra, mientras que las más pequeñas debieron volver a utilizar sus concesiones en lagos’, analiza Igor Stack, resaltando que estos permisos le entregaron cierta viabilidad a la industria en momentos adversos. Cualquiera sea el caso, tanto Stack como otros productores llaman a las autoridades y la misma industria a efectuar diferentes análisis con el objetivo de cuantificar el verdadero impacto de la industria del salmón en los lagos y, posteriormente, definir una normativa al respecto.