La poca fiscalización, la precariedad laboral y el nulo chequeo de enfermedades pre existentes son algunos de los motivos que ponen en peligro a quienes se dedican a actividades de buceo en empresas salmoneras. De acuerdo a Christian Paredes, abogado e investigador de Fundación Terram, Katherine Pérez, buzo fallecida en un centro de cultivo de Nova Austral, "tenía equipamiento para bucear a una profundidad de 20 metros, sin embargo, el accidente se produjo a 27 metros. Es más, ella tuvo que ser rescatada a los 60 metros por una persona que tampoco tenía la certificación para bucear a esa profundidad, poniendo en riesgo su vida en la misma labor de rescate". Fuente: Chilevisión Noticias, 10 de octubre de 2022.