Llamaradas dantescas, humo negro y olor a gas acechan a una comunidad que no sabe qué exactamente está respirando y, mucho menos, los efectos sobre su salud. La presión para que la empresa estatal responda a las interrogantes de la comuna de la Región del Biobío crecen desde el Congreso –con una comisión investigadora de la Cámara de Diputadas y Diputados–, así como desde la Superintendencia del Medio Ambiente –con un proceso sancionatorio abierto en su contra–. En el curso de estos eventos, el alcalde de Hualpén se ha reunido con los últimos tres gerentes generales. Con Andrés Roccatagliata poco se avanzó; con Julio Aranis Vargas –quien renunció tras el escándalo del petróleo iraní, en el que seis ejecutivos fueron formalizados–, no pasó nada. Y ahora, con Patricio Farfán, ha habido mejor disposición –sostienen–, aunque sin avances concretos. Fuente: El Mostrador, 9 de noviembre de 2022.