Hidrógeno verde: la energía del futuro, las empresas y el neocolonialismo del presente
By Comunicaciones

Hidrógeno verde: la energía del futuro, las empresas y el neocolonialismo del presente

Un informe del Observatori del Deute en la Globalizació y Ecologistas en Acción señala que el desarrollo del hidrógeno verde está liderado por grandes empresas energéticas y fósiles, con estrategias que ahondan en el neocolonialismo. Además, su producción podría triplicar las extracciones de agua en 2040. Y el 35% de la capacidad mundial de producción está en regiones con gran estrés hídrico. Fuente: Climática, 8 de abril de 2024.

Es la energía del futuro. Al menos, por la que se ha decidido apostar con más ahínco. El hidrógeno verde se vende como la panacea capaz de liquidar las carencias y disputas energéticas. Pero no es oro todo lo que reluce. Un informe elaborado por el Observatori del Deute en la Globalizació y Ecologistas en Acción desvela algunas importantes contraindicaciones.

Principalmente, subrayan que son las grandes empresas energéticas y fósiles (con estrategias neocolonialistas) las que lideran su desarrollo. También destacan el enorme consumo de agua, que es “uno de los insumos clave para la producción de hidrógeno verde junto con la energía renovable».

No hay estándares homologados sobre la producción de hidrógeno verde

Para entender estas dudas razonables sobre un sector que da sus primeros pasos (actualmente, sólo el 6% de los proyectos tienen un acuerdo de inversión y no existen estándares ni certificados homologados para determinar cómo se debe producir ningún tipo de hidrógeno), hay que recordar, como hacen en el estudio, que «el hidrógeno es un vector energético, no un recurso».

Es decir, se necesita una fuente primaria de energía para generarlo. Dependiendo de ésta, se nombra con un color u otro. En el caso del hidrógeno verde, «se genera a través de la electrólisis, un proceso que consiste en separar el hidrógeno del oxígeno de las moléculas de agua mediante una corriente eléctrica», explican. Además, la Unión Europea ha utilizado otras dos grandes categorías: el hidrógeno bajo en emisiones y el hidrógeno renovable. El verde está incluido en ambas.

Cepsa, Repsol, Iberdrola: las grandes empresas acuden a la llamada del negocio

Al frente de los principales proyectos, en el caso de España, no sólo están los gobiernos, sino también grandes empresas energéticas y fósiles.

Las que se han beneficiado del fondo IPCEI HyUse y de los PERTEs de ERHA y de Descarbonización industrial han sido ArcellorMittal, Cepsa, Iveco ES, H2B2, Enel, Repsol, BP, Nordex, SENER, Iberdrola y Enagás Renovables, por orden descendiente.

Para los autores, «esto confirma la hipótesis de que son las grandes empresas, junto a los gobiernos e instituciones públicas, las que están liderando la transición energética. En este sentido, las infraestructuras y el desarrollo del mercado del hidrógeno responden a sus intereses y no a las necesidades básicas de las personas y de la sociedad».

De hecho, subrayan, «el sistema energético, tal y como está diseñado actualmente, favorece la acumulación de capital y los beneficios empresariales, frente a la sustentabilidad de la vida de la mayoría de la población».

El neocolonialismo

La escasez de normativa no ha impedido que la Unión Europea, en el marco del REPowerEU, haya actualizado la cantidad de hidrógeno a consumir en 2030, pasando de 10 a 20 millones de toneladas, importando la mitad de otras regiones del planeta.

Los estudios y mecanismos que respaldan esta estrategia, sostienen los autores del informe, «profundizan las dinámicas neocoloniales que ha tenido históricamente la Unión Europea en el ámbito de la energía, ya que los países identificados como potenciales exportadores se encuentran en el norte de África, Asia Septentrional y América Latina».

Los proyectos de hidrógeno en el sur global «tienen un alto riesgo de acaparamiento de tierras, desalojo de comunidades, acuerdos de deuda injustos, pérdida de biodiversidad y conflictos por el uso de la tierra», detallan.

Agregan que la mayoría de proyectos de producción de hidrógeno son bajos en emisiones y se concentran en Europa, Australia y Nueva Zelanda, América Latina, India, Estados Unidos y China. «El desarrollo de un mercado a nivel global y basado en la exportación puede convertir al hidrógeno en una commodity, como ha pasado con los recursos energéticos. Esto supone un problema porque se pone el énfasis en la rentabilidad económica de los proyectos y no que ayuden a satisfacer las necesidades de la sociedad», manifiestan.

El 46% de los proyectos de hidrógeno planificados en España están en zonas con gran escasez de agua

Según IRENA (Agencia Internacional de la Energía Renovable), las extracciones de agua dulce para la producción mundial de hidrógeno podrían triplicarse en 2040 y multiplicarse por seis en 2050, en comparación con la situación actual.

El consumo previsto representará únicamente el 2,4% del agua destinada para el sector energético en 2050. Sin embargo, «a nivel local, los proyectos de hidrógeno consumen importantes volúmenes de agua, por lo que no se pueden obviar los contextos locales y regionales, a la hora de planificar el desarrollo del hidrógeno, especialmente en aquellos lugares sometidos a estrés hídrico crónico».

Algo muy preocupante, habida cuenta de que «se estima que más del 35% de la capacidad mundial de producción de hidrógeno verde y azul (en funcionamiento y prevista) se encuentra en regiones con gran estrés hídrico», enfatizan.

Y, si la valoración se restringe a España, con datos del IRENA, «es probable que más del 46% de todos los proyectos de hidrógeno planificados en este país estén ubicados en zonas con gran escasez de agua de aquí a 2040»

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  • 08/04/2024

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